Los Cuatro Príncipes

La Princesa Kristal

Joshua, Francis, Dany y Jamie se levantaron del segundo ataque para enfrentarse a Unknown. Sus ataques habían sido poderosos, parecía que iba en serio.

—¿Por qué estás causando todo esto? —preguntó Joshua— Tú deberías ser un niño normal, con una vida normal. ¿Por qué amenazas al Mundo Real? ¿Sabes que, por tu culpa, nosotros tenemos esta magia?

—¿Por mi culpa?

—Kevin, es mejor que lo pienses, nosotros no queremos pelear contigo —advirtió Francis.

—¡Mi nombre es Unknown! —aclaró.

Volvió a atacarlos. Esta vez, los chicos estaban más preparados, cada uno formó una barrera de acuerdo con su elemento.

—Creo que solo lo haremos entender de una manera —Francis hizo más que una barrera, después de protegerse, le lanzó unos rayos para regresarle el ataque.

Unknown fue rápido y los esquivó.

—¿De verdad vamos a pelear contra él? —preguntó Dany.

—Creo que solo la mitad de nosotros debe enfrentarlo. Aun siento más magia lejos de aquí —sugirió Jamie.

—De acuerdo, ¡sepárense! —ordenó Joshua.

Francis y Joshua irían en contra de Unknown, mientras que Dany y Jamie escaparían. Los ataques de electricidad y fuego fueron en vano cuando sorpresivamente, el niño desapareció.

—No huirán tan fácilmente —Unknown atacó por la espalda a los jóvenes que se iban.

La técnica de aparecer y desaparecer se le daba muy bien, así que logró detenerlos al mismo tiempo que esquivaba el ataque de los demás. Ambos cayeron al suelo.

—¡No puedo creerlo! —Joshua estaba impresionado— ¿Podemos desaparecer nosotros también?

Francis levantó los hombros como respuesta, también estaba impactado.

—¡Ahora sí no te tendré consideración, aunque seas Kevin! —Dany se levantó rápidamente, molesto por ese ataque tan cobarde.

Extendió las manos hacia el cielo e invocó muchas nubes oscuras, cargadas de agua. Joshua y Francis no salían de una sorpresa para entrar a otra, ¿Qué clase de cosas podían hacer ellos si Dany lograba algo así? Jamie se reincorporó y también estaba sorprendido.

—¿Qué vas a hacer? ¿Atacarme con un rayo? —preguntó Unknown a modo de burla.

—Con una brisa de lluvia es suficiente —respondió Dany al hacer un movimiento con las manos.

Fuertes gotas comenzaron a caer y estaban dirigidas al chico de la magia oscura. El viento sopló en esa dirección, aturdiéndolo con el ataque. No hizo más que cubrirse la cara con los brazos.

—¡Aquí tienes tu rayo! —Francis aprovechó la oportunidad y lanzó otro ataque de electricidad.

Esta vez, Unknown no pudo hacer nada y lo recibió.

Mientras tanto, otra batalla se llevaba a cabo. Uriel se repuso de esos ataques y pudo levantarse como si nada hubiera pasado. Alan y su equipo volvieron a disparar, pero esta vez fue inútil, ya que hizo una barrera para protegerse y regresar esos rayos a sus atacantes. Por suerte lograron esquivarlos.

—Tranquilos, yo me encargo —Arthur hizo la señal para que su equipo diera unos pasos hacia atrás.

—No puedo creer que hayas hechizado a mis mejores amigos Estela y Elías. Esto fue a propósito, ¿cierto? ¡Atacarme y usarlos al mismo tiempo!

—Puedo hacer lo que yo quiera en el Mundo Real, no tengo restricciones. Hubieras sido un poco inteligente, las cosas serían más fáciles para ti.

—¿Por qué modificar armas con magia?

—Porque es la manera más fácil de hacer que la gente se incline ante mí. No tiene caso asesinarla.

—La gente no tiene poderes mágicos…

—Mis enemigos sí.

Arthur formuló sus hechizos de magia negra y los lanzó. Eran poderosos, pero se estaba enfrentando a un verdadero Hechicero del Mundo de la Oscuridad. Uriel pulverizó esa magia con otro hechizo. Entonces, Arthur siguió atacando. No le daría ninguna oportunidad. Se acercó y lo rodeó con más magia oscura. Sin perder el tiempo, usó uno de sus puños para golpearlo. Ese golpe era fortalecido con sus poderes mágicos. Uriel tuvo que formular otro hechizo para defenderse, pero recibió los disparos de Alan, Estela y Elías por la espalda, se paralizó y recibió un segundo golpe con el puño. Cayó al suelo nuevamente.

—No dejaré que intervengas en mis planes —advirtió Arthur.

Comenzó a formar una barrera alrededor de donde el Hechicero estaba acostado. Su plan era sepultarlo con hechizos y barreras mágicas. Concentró toda su energía negativa para hacerlo. Terminó con el trabajo. Satisfecho por haber ganado esa pelea.

—No eras el mejor.

Dio media vuelta y comenzó a caminar, triunfante y sonriente. Una sonrisa en el rostro de Arthur era tan inusual, que debía ser un verdadero logro para sacarla a flote. Notó que su equipo no lo seguía, así que volteó para ordenarles que caminaran, cuando de repente…

—Una luz… —Alan miraba asombrado.

—¿Qué? ¡No puede ser! —Arthur se volteó completamente al ver dicha luz.

De la tumba improvisada, salía una luz que se hacía grande, una luz color púrpura. Las luces blancas solo les pertenecen a las hadas. Esta luz cubrió todo lo que estaba encima de Uriel y, en segundos, destrozó las barreras y los hechizos que habían sido formulados. Arthur no sabía qué hacer, había hecho lo mejor como para que Uriel se lo quitara tan fácilmente. Tenía miedo y no quería admitirlo.




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