Los Cuatro Príncipes

Concurso de Arte

Sin enterarse de lo que había pasado con Sandra en el Centro Entertainment, Arthur llegó a su oficina con ayuda de Alan, Estela y Elías.

—¿Necesitas atención medica? —preguntó Alan.

—No… me recuperaré… estaré bien —respondió—. Quiero estar solo.

Su equipo se marchó sin hacer más preguntas. Estando completamente solo, contactó a la Reina Ámbar.

—¿Alguna novedad? —preguntó ella.

«Al parecer, Uriel no le ha dicho nada sobre mí» Pensó, antes de responder.

—Su Alteza… quiero informarle de algo muy importante. Fui atacado por Uriel… apenas pude escapar. Él piensa traicionarnos… no, más bien, piensa traicionarla a usted. Ha intentado robar la Joya Misteriosa para su beneficio.

—Ya veo. Ahora entiendo por qué no se ha contactado conmigo.

Escuchar esto fue un gran alivio para él.

—¿Qué haremos? —preguntó, preocupado.

—No debes preocuparte, sigue con tus planes. Si Uriel interfiere, busca un punto débil para atacarlo.

—Ya lo hice… su novia pagó las consecuencias.

—¿Su novia? —la Reina reaccionó a esto— Así que tiene novia…

—Sí, pero creo que ahora debe estar…

—La Profecía…

—¿Qué? —preguntó intrigado.

—Arthur, deberías disfrutar un poco más del Mundo Real. Tus planes deben seguir y… no te preocupes demasiado. Busca una distracción.

—No entiendo…

La Reina Ámbar terminó la conversación, dejando con muchas dudas al joven. ¿A qué se refería con ‘la profecía’? ¿Y por qué de repente se portaba tan flexible?

—Al menos Uriel no le ha hablado de mis verdaderos planes —fue lo único que pudo decir, en medio de la oscuridad y la soledad.

—¡Dejen de discutir y ayúdenme! —se quejó Francis, al ver a Joshua y a Dany.

—Ya no tenemos nada… —dijo Jamie, mirándose.

Francis se miró y ya no estaba atado, luego, volteó hacia donde estaba Unknown. Él había desaparecido.

—¡¿Por qué de repente se va?! —preguntó él, casi perdiendo la paciencia por la situación en la que se habían metido.

—Ya no siento nada de magia, tal vez sea porque se terminó lo que no quería que viéramos —Jamie llegó a esa conclusión.

—Debimos interrogarlo… —dijo.

Joshua y Dany dejaron de discutir y también se dieron cuenta de que eran libres.

—¿Qué sucedió? —preguntó el líder.

Mientras tanto, Kenneth besó a Sherly y se alejó. Emilio estaba esperando una respuesta positiva. La chica tardó en reaccionar unos segundos, pero, en efecto, despertó. Al ver esto, Kenneth le hizo señales a su rival de que no dijera nada sobre lo que había pasado…

—¡Sherly! —Emilio entendió las señales y se alegró al verla consciente— Estás de vuelta.

—¿Qué? ¿Qué pasó? —preguntó al tocarse la cabeza— ¡Oigan! ¡No cumplimos con la misión! —exclamó un poco alarmada.

—¿Recuerdas lo que sucedió? —preguntó Kenneth.

—Teníamos que atacar a Sandra, pero luego… ella nos atacó con… poderes mágicos.

—Sí, eso es verdad —apoyó Emilio.

—Sandra tiene magia… al igual que Joshua y… —se interrumpió ella misma.

—¿Qué? —preguntaron los chicos al mismo tiempo.

—Ehm… creo que ya no debemos regresar al Liceo.

—¿Por qué? —preguntó Emilio— Tú misma dijiste que no podíamos fallar al ser el mejor equipo.

—¡Estoy segura de que algo raro pasa en ese lugar! Lo estaba investigando con Britanny.

—Si dices que pasa algo raro, deberíamos volver y actuar como si no supiéramos nada —sugirió Kenneth—. Así será más fácil investigar.

—Pero… ¿Qué vamos a decir cuando Arthur pregunte por Sandra? No nos creerá si le decimos que ella tenía poderes —dijo Emilio.

—Podemos decir que se nos escapó, además las cámaras no estaban grabando en ese momento, podemos mentir —propuso Sherly.

Se pusieron de acuerdo para poder volver al Liceo con la frente en alto.

Uriel no quiso saber nada del asunto y desapareció usando un hechizo. Betsy y los demás se acercaron a Sandra.

—Rainbow, ¡explícanos que está pasando!

—Tenía que guardar el secreto… pero la Princesa estaba en peligro y no pude evitarlo —se excusó de inmediato.

—¿De verdad tú eres Kristal? —preguntó Mark.

Sandra tenía la mirada en el suelo, estaba muy triste por lo que acababa de pasar.

—Lo siento mucho… —dijo— …no quería que lo supieran de esta manera.

—Por eso no podías contactarla en el Mundo de la Magia —dijo Karie a Rainbow.

Solo asintió.

—¿Es verdad lo que dijo Rainbow? ¿Eres la prometida de Uriel? —preguntó Betsy.

—Sí. Tengo que hablarles de algo muy importante.




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