Los Cuatro Príncipes

Intercambio

Joshua estaba sorprendido, nunca imaginó que uno de sus mejores amigos hubiera estado a punto de morir. Sabía del accidente, una tragedia en carretera; pero solo sabía la parte en la que sus brazos habían sido amputados y por eso Francis necesitaba prótesis. Se sintió muy mal por él.

—¿Él lo sabe?

Sharon lo miró cuando preguntó esto.

—Sí —respondió Karl—. Se lo dijimos desde el principio para evitar una desilusión. Estuvo de acuerdo todo el tiempo.

—Este proyecto no solo salvó una vida… —Tania comenzó a explicar— …hicimos que pudiera seguir con su vida normal. Sus órganos fueron rescatados, su cerebro, sus recuerdos, su vida… ¡Realmente Karl tuvo éxito! Cuando yo era joven, apenas pude hacer un robot con forma humana que podía hablar. Esto es mucho más.

—¿Y por qué nunca nos lo dijo? Somos mejores amigos.

—Queríamos mantener este trabajo en secreto. Algo tan increíble llamaría la atención del gobierno. No es que sea un egoísta, pero tal vez solo se pudo hacer una vez y con la persona afortunada —respondió Karl.

—Además, hay científicos que solo lo usarían. Lo encerrarían y experimentarían con él varias veces. Se olvidaría la idea que tuvimos al salvarlo, la idea de que Francis pudiera seguir viviendo —añadió Tania—. Espero que ustedes guarden el secreto.

—Sí. Lo haremos… —dijo Joshua, ya más tranquilo, aunque aún no lo podía creer.

—Por eso se portaba tan distante poco después del accidente —comentó Sharon—. Nosotros creímos que era por esa mala experiencia. Aunque claro, al inicio de este año se repuso y ya es más sociable. No es como Dany, pero es algo.

—Es verdad. Por eso no nos dimos cuenta…

Tania se quedó pensando, era buena idea preguntarles a esos chicos qué era lo que había pasado.

—Lo encontramos en la parte trasera del Liceo. ¿Ustedes saben qué fue lo que le pasó?

—Eh…

—Ah…

Joshua y Sharon se miraron entre sí.

—No. No lo sabemos —respondió Joshua.

—Es que no puedo creer que sus partes metálicas se hayan roto. Esta vez le di a Karl el material más resistente que conseguí. Es como si hubiera peleado con alguien y ese alguien lo hubiese azotado en el suelo.

—Oh… —Joshua se imaginaba la batalla, pero no podía decir nada— …tal vez se cayó del edificio —supuso.

—El Liceo es un lugar manejado por Christopher, ¿cierto? —preguntó Tania.

—Eh… no. Él es el Director del Recording Studio —aclaró Sharon.

—Una de mis amigas me comentó que su hija está trabajando ahí, se llama Elizabeth, ¿la conocen? Ella dijo que Christopher estaba ahí todo el tiempo.

—Ya veo… —dijo Joshua— Sí… conocemos a Elizabeth.

—¿Creen que haya atacado a Francis?

Con la pregunta de Tania, los jóvenes se sorprendieron. ¿Qué sabía ella como para sospechar de Elizabeth? «Que yo sepa, ella no tiene poderes mágicos…» Pensó Joshua, como si quisiera responder de esta manera.

—No creo que haya sido ella, ¿Cómo podría atacar a Francis? —respondió, al dejar sus pensamientos a un lado— No lo entiendo.

—Yo no quiero creer en cosas que en este mundo no existen —dijo Tania—. He estado muy ocupada en otros proyectos como para dedicarme a investigar. Afortunadamente, mi hija Elysia está interesada en estudiar Historia. Ella podría llegar al fondo de todo esto algún día.

—¿De qué está hablando? —preguntó Sharon.

—Podría investigar acerca de un objeto mágico que exista en la ciudad.

Joshua se asombró mucho.

—Sé que es tonto que una científica hable de magia, se vería mal que yo investigara sobre esas cosas. Bien, tengo que irme —Tania comenzó a tomar sus cosas—. Parece que ya todo está bajo control, Karl. Solo deja que recupere sus energías y se adapte a la reconstrucción.

—Lo haré. Muchas gracias por apoyarme.

Mientras tanto, era de noche. Melany estaba hablando por teléfono con Nelly…

—Estoy muy preocupada. Uriel dice que están bien, pero me cuesta creerlo.

—Es porque Jamie te interesa mucho. ¿Podrías ser menos linda con él? Ni siquiera te invita a salir ni nada. Creo que no vale la pena que estés todo el tiempo preocupada.

—No lo entenderías, Nelly. Sé que ahora no es un buen momento, tal vez está esperando a que se resuelva todo esto.

—Eres muy ingenua. A un chico le interesas sin importar lo que haya de por medio. ¿Viste a Kenneth? No perdió tiempo con Sherly, a pesar de que a ella le decían ‘zorra’ y ‘quita novios’.

—No todos son iguales. Jamie es más reservado, jamás haría algo como besarme enfrente de todos.

—No, pero al menos debería invitarte a salir en serio. La cita del domingo solo fue una ida al cine y ya. A mí me parece que pierdes el tiempo, Melany.

En medio de la conversación, entró otra llamada…

—Es Lucero, hablemos con ella.

Atendieron las dos…




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