Joshua no lo podía creer. Arthur era la ‘persona oculta’ que estaban buscando desde hace tiempo, estuvo cerca de ellos y jamás se dieron cuenta. Tal como les decían, era experto en ocultar su magia. Era tan poderoso que había derrotado a Dany y a Francis.
—¿Francis está en cama? —preguntó Dany, preocupado.
—Tú enfrentaste a Arthur, ¿Cómo es que no estás tan grave? —preguntó Jamie, tratando de entender.
—Solo me dolía la espalda por la caída que me provocó —comenzó a explicar—. Aparentemente no fue grave, aún me duele, pero puedo caminar.
—¿Una caída? —Joshua recordó lo que Tania dijo: «Es como si hubiera peleado con alguien y ese alguien lo hubiese azotado en el suelo.»
—Si nos ponemos a pensar, Francis ataca sin piedad, así que lo más probable es que Arthur le haya correspondido —comentó Mark.
—Sí, puede que los ataques hayan sido más fuertes —Benny estuvo de acuerdo.
—Mmm… entonces, ¿la pelea fue el día de ayer? Suspendieron las actividades en el Liceo —dijo Karie.
—¡Es cierto! Sí, fue ayer —afirmó Joshua.
—Oigan, no olviden que mis amigas están encerradas en ese lugar —aclaró Sharon—. Karie, ¿crees que puedas investigar si están allá?
—En estos momentos no, sería hasta el final de las clases cuando todos vayan.
—Debemos saberlo ahora. Ellas están en peligro y no tienen poderes para defenderse.
Betsy y Mark se miraron.
—¿Por qué ellas están allá? —preguntó Mark.
—Uriel utilizó un Hechizo de Intercambio para liberar a Dany y a Jamie —respondió Joshua, molesto por eso.
—Ya veo… eso es porque no estaban seguros de dónde se encuentran, ¿cierto? —dijo Betsy.
—¿Estás apoyándolo? —preguntó Joshua.
—Ahora, gracias a nosotros, sabemos dónde están. En el Liceo —informó Dany.
—¿Qué haremos? —preguntó Jamie.
—¡Debemos rescatarlas! —respondió el líder.
—¿Solo nosotros? Falta Francis.
—No podemos contar con él en estos momentos, debe recuperarse —respondió Joshua—. Así que iremos los tres y las salvaremos.
—Oigan, en la profecía dice que solo los cuatro unidos podrán derrotar a Arthur —intervino Mark—. No es por ser pesimista, pero…
—¡Vamos a ir! —insistió Joshua— Las chicas están en peligro y no me interesa ninguna profecía ahora.
—¿Faltaremos a clases otra vez? Tengo que asistir, ya falté ayer.
—¡Daniel, tómate esto más en serio! —regañó.
—Dany tiene razón. Además, deben justificar su falta con Mayra —dijo Sharon—. Quisiera que fueran por mis amigas en estos momentos, pero sus actividades también son importantes. La banda es importante.
Entraron a la primera clase. Fue estresante para ellos, no se podían concentrar al ver los lugares de Melany y Nelly vacíos. En el otro grupo, la ausencia de Lucero no se notaba porque era muy callada y no tenía amigas cercanas.
—¿Es verdad lo que dices de Giovanni? —preguntaba Sherly en voz baja.
—Sí, el mismo me lo dijo —respondió Kenneth.
—¿Y Emilio no te cree? ¡Qué estúpido! Lo bueno es que Violeta terminó con él.
—Aunque sufra, ya no será engañado por ella.
Sonó el timbre para finalizar la clase. Todos los jóvenes comenzaron a salir del salón para relajarse.
—¡Ya no puedo seguir así! —decía Jamie— Debemos ir al Liceo.
—Es verdad, no me puedo concentrar —añadió Dany.
—Tú nunca te concentras —señaló Joshua—. Bien, entonces busquemos a Mayra para avisarle que faltaremos. No podemos ensayar sin Francis de cualquier forma.
Los tres estuvieron de acuerdo y se fueron a la dirección.
Llegaron a las oficinas. Mayra estaba revisando otras actividades que tenía pendientes, además de trabajar para el Recording Studio, ayudaba a que el Salón de Música se hiciera oficial en la escuela.
—¡Mayra! —llegó Dany a su escritorio.
—Oigan, ¿Por qué faltaron ayer? Y no me digan que fue por el futbol, porque no estaban en las prácticas.
—Tenemos un problema con Francis, está muy enfermo —comenzó a explicar el líder—. Desde ayer está en cama. Fuimos a visitarlo, por eso faltamos al ensayo y a las prácticas de futbol.
—¿En serio?
—Sí, ¡es la verdad! No vino hoy a la escuela —Dany trató de convencerla—. Venimos a avisarte, hoy tampoco podremos ensayar. No podemos sin él, es el guitarrista.
Mayra los miró, al parecer, se dio cuenta de la preocupación de los chicos. Se veían estresados e inquietos.
—Entiendo. Espero que se recupere pronto.
Salieron de las oficinas.
—Ya con avisarle a Mayra es suficiente.
—¿No le vas a avisar a Kenneth? Es el capitán del equipo —preguntó Jamie.
—Tal vez con mi ausencia de hoy crea que todo es culpa del idiota de su rival.