Los Cuatro Príncipes

Una Decisión

—¡No puedo! Hay una barrera que me lastima —exclamó Rainbow al tocarse la cabeza.

—¿Qué?

—¡No es posible! Atraparon a Sandra… —Betsy sabía lo que esto significaba.

Sharon y Melany solo habían preguntado por ella, aún no mencionaban a Joshua, Francis, Dany y Jamie.

—Tengo que avisar a los demás —anunció—. ¡Esto es muy grave! —se fue, acompañada de Rainbow.

—¿Eso significa que… Uriel nos traicionó? —preguntó Melany— Él es el único que pudo atrapar a los cuatro.

—Puede ser… al menos sabemos dónde podrían estar —dijo Sharon.

—En el Liceo…

Las dos se miraron. Tenían miedo, sentían que lo peor estaba por llegar.

En el hospital, Nelly llegó. Lucero volvió a ilusionarse, pero no, no era su novio de nuevo.

—Hola, Lucero. ¿Cómo te sientes hoy?

—Mal… —confesó.

Nelly entendió esta respuesta, ella también se sentiría mal estando en cama todo el día y en un hospital.

—Oye, tengo algo que decirte.

—¿Es sobre Dany? —preguntó, molesta— ¿Puedes creer que ni siquiera ha llamado? Ya pasaron muchas horas desde el accidente y… no ha sido capaz de hablarme —comenzó a llorar.

—Déjame hablar, lo que te voy a decir es acerca de él —Nelly trató de ser paciente—. Entiendo que pienses que no le importas en este momento, pero…

—¿Acaso él te dijo eso? —interrumpió— Al final de cuentas no le importo…

—¿Qué? ¡No!

Era difícil para la rubia no enojarse por esa actitud, en su mente se tranquilizaba, tenía que comprender esa postura.

—Tú le importas, solo que en estos momentos no puede verte.

—Nelly, sé directa conmigo —pidió, al dejar de llorar—. Tú siempre eres directa, no trates de mentirme diciendo que a él le importo.

—¡Pero no te estoy mintiendo! Deja tu pesimismo de lado, por favor. Arruinas el momento.

Estas palabras hicieron que Lucero se sintiera peor.

—¡Lo sabía! Solo soy una fracasada.

—Ahh… ¡no arruinaste nada! A lo que me refiero es que me dejes explicarte lo que en realidad pasa.

—Lo siento. Discúlpame por no ser como tú, Nelly —Lucero no estaba dispuesta a escucharla y en lugar de eso se victimizó—. ¿Tienes idea de lo que estoy sintiendo en estos momentos? Claro… no la tienes. No la tienes porque no sabes lo que Francis piensa de ti.

—¿Eh?

—Si supieras lo que dijo, estarías igual o peor que yo.

—¿De qué demonios estás hablando? —Nelly dejó de insistir en dar el aviso sobre Dany por el interés que tenía en el tema.

—Sharon no quiere que te lo diga porque sabe que te lastimaría y si te lastima, es porque te gusta Francis.

La rubia se ruborizó y no fue capaz de negarlo, necesitaba saber qué era lo que él había dicho.

—Bien, debes saber que a él no le importas. Joshua le preguntó sobre lo que había pasado el viernes en la noche y él dijo que no quería tener una relación contigo. No está interesado en ti.

El silencio se apoderó de la habitación. Nelly sintió un nudo en la garganta, enterarse de eso realmente le dolía. Ya se esperaba algo así, pero… el que él se lo dijera abiertamente a uno de sus mejores amigos, era devastador. Quería llorar, pero se aguantó, estaba molesta por la actitud de Lucero.

—Tienes razón, Dany no ha venido porque no le interesas.

Con esto terminó la conversación. Lucero se echó a llorar de nuevo y Nelly salió de la habitación. No se arrepentía de haber dicho eso.

Era de noche. Sharon volvió a llamar a Joshua y seguía ausente. Era demasiado… marcó a otro número.

—¿Melany? Hola… Joshua sigue sin contestar el teléfono.

—Esto es muy extraño. Todo alrededor de ellos está muy tranquilo, por ejemplo, Dany. Sus guardias estuvieron en la entrada de la escuela cuando él desapareció. Esta vez ninguno de ellos fue a preguntar por él.

—Lo sé… es como si todo estuviera bien, pero al mismo tiempo, todo está mal. Odio esta sensación.

—¿Qué hacemos?

—Podríamos ir al Liceo, pero no tenemos poderes para enfrentarlo. Joshua y los demás tuvieron problemas, ahora imagínate si vamos nosotras.

—Es mejor que… formulemos un plan entre nosotras —sugirió Melany—. Hay que decirle a Nelly mañana.

—Sí, no quiero quedarme cruzada de brazos. Joshua es mi novio y lo apoyaré en esto.

En el Liceo.

—No fueron a la escuela y parece que tampoco asistieron a su ensayo. Faltaron a las prácticas de futbol también —informaba Elías.

—Es como si desaparecieran, pero… nadie los está buscando —agregó Estela.

Arthur estaba pensando. Después de las prácticas, Elías y Estela fueron al Liceo a dar este reporte, les pareció que era muy importante.

—Esto es bueno y malo a la vez —dijo—. Por una parte, podremos poner orden en la ciudad sin que intervengan, pero por otra parte… parece un plan.




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