Los Cuatro Príncipes

El Poder Psíquico

Sharon y Dany estaban sentados. El joven rubio no se molestaba en atacar la barrera con sus poderes, había escuchado lo que esa misteriosa voz decía: «Deben aclarar sus sentimientos para romper el hechizo que hice desde el principio. Basta con que dos de ustedes rompan las barreras. Solo les queda confiar en sus amigos.»

—Tal vez me llamarás ilusa, pero… espero que Joshua venga a salvarnos.

—Yo también espero eso, Sharon —apoyó.

En ese momento, llegaron tres personas a donde estaban ellos. Inmediatamente se pusieron de pie, no podían creer que alguien pudiera entrar…

—Miren a quien nos encontramos, a la novia de Joshua —dijo Violeta—. ¿Si es ella?

—Sí, pero parece que ya cambió de pareja —comentó Dora.

—¿Qué hacen ustedes aquí? ¿Cómo entraron a esta barrera? —preguntó Dany, rápidamente acercándose a las chicas.

—No lo sabemos, Nancy nos dijo que solo tres equipos podían entrar, pero parece que fuimos las únicas —respondió Azucena.

—¡Es increíble! Entonces ustedes nos ayudarán a salir.

—Ahm… Dany, no creo que estas tipas vengan a ayudar —observó Sharon.

—Por primera vez tienes razón —dijo Dora—. Nosotras tenemos la orden de acabar con ustedes.

—¿Cómo fue que conseguiste tus poderes, Dany? Si nos dices, tal vez te perdonemos —dijo Violeta, interesada.

—Es una larga historia.

—Bien, quisimos ser buenas —Dora comenzó a disparar.

Sharon y Dany se alejaron para esquivar esa energía que salía del arma.

—Bien, chicas… —dijo Dany, dispuesto a enfrentarlas— …yo también quise ser bueno —se puso sus lentes oscuros—. ¡No me importa que sean niñas! ¡Las voy a patear!

—No es necesario pelear —sugirió Jamie—. Es mejor que busquemos la forma de salir de aquí.

—¿Tienes miedo? —preguntó Kenneth— Recuerdo que tú también atacaste a mi hermano, no… más bien, tú hiciste un hechizo especial para derribarlo.

—¿Kevin te contó todo? —preguntó, estaba sorprendido.

—Así es. Sé que ustedes son peligrosos, por eso vengo muy preparado.

—Tuvimos suerte de encontrarte solo —añadió Emilio.

Estaban listos para atacar. Melany tenía miedo, era imposible evitar el enfrentamiento.

—Quédate detrás de mí —pidió Jamie, viendo que no había otra opción.

Dispararon. Jamie levantó una barrera de hielo, lo cual hizo que desaparecieran esas energías.

—Debemos pelear cuerpo a cuerpo, si solo disparamos, sacará esas barreras mágicas —murmuró Emilio.

Kenneth entendió. Debían cambiar el tipo de ataque. Hicieron sus armas a un lado y corrieron hacia Jamie. Llegaron a él y comenzaron a golpear entre los dos. Pudo levantar otra barrera, pero los golpes de los chicos fueron capaces de romper el hielo delgado que la conformaba. Siendo los mejores reclutas del Liceo, estaban muy bien entrenados. Emilio logró tomar a Melany como rehén y Kenneth logró golpearlo, pues Jamie se distrajo al ver que su chica estaba siendo capturada.

—¡Excelente! —celebró.

Su compañero tomó el arma y apuntó a ella. El joven se reincorporó.

—Si no quieres que algo le pase, debes ser más cuidadoso con tu magia – amenazó Emilio.

—Melany…

No había salida para él. Ella era tan inocente, no podía defenderse y tenía mucho miedo.

—Somos compañeros de clase… no deberían tratarnos así… —dijo la chica, muy triste— ¡Por favor! ¡No nos lastimen!

—No te preocupes, Melany —dijo Kenneth—. No tengo nada en contra de ti, pero si Jamie hace algo imprudente, será su culpa que te pase algo.

Comenzó a llorar una vez más. Jamie estaba tan molesto, era incapaz de salvarla.

Dany invocó sus burbujas y las lanzó hacia las chicas. Violeta, Dora y Azucena las recibieron. Estas burbujas las golpearon lo suficiente para tirarlas al suelo.

—Y ni siquiera es mi ataque más fuerte, tontas.

—Pensé que no dolerían… —decía Azucena al levantarse— …se veían tan frágiles.

—¡No se dejen engañar! —advirtió Violeta— Eran burbujas mágicas.

—Escuché que Dany podía hacer llover —comentó Dora.

—¡No puede hacer llover en un ambiente como este! ¡No seas estúpida!

—Mejor hay que dispararle entre las tres —sugirió Azucena—. Ya no debemos confiarnos.

Se pusieron de acuerdo y comenzaron su ataque en conjunto. Dany hizo una barrera para protegerse de los constantes disparos. Detrás de él estaba Sharon, segura.

—Si es lo único que pueden hacer, estoy decepcionado —dijo él—. Creí que darían una buena batalla.

Francis vio que Nelly estaba muy triste. La chica se arrodilló y siguió con su llanto. Se acercó a ella y también se inclinó. Le dio un abrazo. Sin embargo, este abrazo no significaba nada para Nelly. Era un abrazo de lástima para ella. No hizo nada y solo se lamentaba por el rechazo de hace unos momentos. Él la abrazaba más fuerte, sintiéndose culpable. Comenzaba a pensar en lo que había hecho cuando…




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