El poder del Fuego era impresionante. Joshua no solo tenía su Hechizo Final del Arco y la Flecha, también tenía el Hechizo Supremo del Ave Fénix. Podía compartirlo con otros seres mágicos, sus amigos, que también revivían y sus heridas se curaban gracias a este poder. Poco a poco el fuego los devolvió a la vida, haciendo que despertaran y se pudieran levantar. Francis, Dany y Jamie estaban de pie otra vez.
—¡No hay tiempo! ¡Debemos atacar a Arthur! —ordenó.
Los tres, sin mencionar ni una palabra, estaban de acuerdo. Por fin, los Cuatro Príncipes se enfrentarían a Arthur tal como lo decía la Profecía.
—¡Maldición...! —le quedaba poco tiempo con el efecto del arma— ¡Todos ustedes van a morir!
—No vas a matar a Sandra, ni siquiera te daremos la oportunidad de hacerlo —sentenció Joshua.
Uriel desapareció. Ya sabía lo que estaba a punto de suceder.
Mientras tanto, Nancy y Melody fueron hacia Alan.
—¡Eres un traidor! —Melody sacó su pistola y le disparó.
Todos se sorprendieron ante esto, incluida Nancy.
—¡Melody! —le quitó el arma— Es mejor que Arthur se encargue de castigarlo con magia, así no podrán culparnos de nada.
Britanny y Melany fueron rápidamente a auxiliar al joven, que cayó al instante.
—¿Cómo te atreves a disparar? —reclamó John.
—¿Acaso eres idiota? —llegó Nelly, acompañada de Sharon— Le disparaste a una estrella.
—¿Qué hacemos? ¿Llamamos a la policía? —preguntaba Melany, muy asustada.
—No lo sé… esto es… complicado… —Sharon vio que todavía estaba ese enfrentamiento de magia, llamar a la policía no era una buena idea en ese momento.
Nancy se llevó a Melody, antes de que las chicas se les fueran encima.
Terminó el efecto de paralización. Arthur podía moverse, pero tenía a los cuatro enfrente, listos para atacarlo. Antes de que pudiera hacer la señal para herir a Sandra, fue atacado rápidamente. Francis tomó venganza del daño que le había hecho y le lanzó sus hechizos eléctricos. Éstos le paralizaron los brazos…
—Eres un… —fue lo único que pudo pronunciar.
Dany también hizo sus hechizos y, con ayuda de Jamie, toda el agua que caía encima de él se congelaba segundo a segundo. No era difícil para Arthur liberarse, pero al hacerlo con su magia oscura, Joshua ya estaba preparando una flecha. Inesperadamente, la flecha se clavó en el pecho en cuanto se liberó. Ardía mucho más que los demás hechizos de Joshua. Esto lo dejaba inmóvil nuevamente. Era el momento de su derrota al enfrentarse a los cuatro.
—No importa que acaben conmigo… la Reina Ámbar algún día vendrá a este mundo y los aniquilará a todos.
—Podrá hacerlo cuando quiera —dijo Dany.
—Nosotros estaremos preparados —agregó Francis.
—Y si no somos nosotros, habrá alguien más —dijo Jamie.
—Así que la Joya Misteriosa estará protegida por siempre —concluyó Joshua.
Los Cuatro Príncipes unieron sus poderes para crear un Hechizo Supremo que acabaría con Arthur. La energía de los jóvenes se concentró y fue lanzada hacia su enemigo. Aunque él levantara sus barreras oscuras y usara el 100% de sus poderes, ya no podía escapar de esta. Era una energía blanca y pura la que estaba recibiendo. Lo derribaron. Arthur cayó al suelo completamente derrotado. Prueba de ello era que, en ese momento, Sandra pudo liberarse del hechizo oscuro en el que estaba. Las estacas oscuras desaparecieron y la barrera también. Uriel ya estaba ahí para auxiliarla. Nancy y Melody ahora sí estaban aterradas.
—¡Arthur! —Nancy fue inmediatamente a verlo— ¡Despierta! ¡Aún no ha terminado!
—No puede ser… —Melody estaba paralizada, después del error que cometió, ya no estaría Arthur para arreglarlo.
Joshua, Francis, Dany y Jamie estaban atentos. No querían confiarse como lo habían hecho otras veces.
De repente, Nancy y Arthur, que estaban juntos, desaparecieron. La Reina Ámbar los transportó al Mundo de la Oscuridad.
—¿Qué pasa? ¿Qué está pasando? —Nancy preguntó, al mirar otro escenario a su alrededor.
—Bienvenida al Mundo de la Oscuridad.
La mujer tenía miedo al ver a la Reina. Antes la había visto a través de un hechizo, pero verla en persona era impresionante.
—Pude darme cuenta de que toda la magia oscura desapareció del Mundo Real y ya veo por qué. Arthur fracasó.
—¿Lo castigarás…? —se atrevió a preguntar.
—No te preocupes por eso, no todo está perdido. Ustedes me ayudarán a crear a la bruja más poderosa de este mundo.
Sandra abrió los ojos.
—¿Estás bien? —preguntó Uriel, al tenerla entre sus brazos.
—Sí… ¿qué pasó con los demás? ¿Todos están bien?
—No te preocupes. Esos aprendices pudieron derrotar a Arthur.
—Me alegro mucho. ¡Lo sabía! ¡Sabía que ellos podrían hacerlo! —se levantó— Y sabía que al final tú les ayudarías a lograrlo.