Los Cuatro Que Llegan Cuando Nadie Mira

CAPÍTULO 4

La guerra no siempre empieza con disparos.

A veces empieza con una reunión.

Estoy sentada frente a una mesa demasiado limpia cuando el comisario Carrasco decide pronunciar la palabra que yo he evitado desde el principio.

—Sectas.

La dice despacio, como si pudiera contagiarse.

—No tenemos pruebas suficientes —respondo—. Tenemos indicios. Patrones. Un discurso.

—Tenemos un muerto más —interviene la subcomisaría Ortega—. Y una inspectora que decide actuar sin autorización.

No bajo la mirada.

—Si hubiera esperado, habría otro cadáver.

—Y aun así lo hay —dice Carrasco.

Silencio.

Siento la presión en el pecho. No es culpa mía. Es rabia.

—A partir de ahora —continúa— este caso pasa a ser compartido. Antiterrorismo entra. Y tú informas antes de moverte.

Asiento, aunque sé que no cumpliré del todo.

Cuando salgo de la sala, Lara me alcanza en el pasillo.

—Te están vigilando —susurra.

—Siempre lo hacen.

—No.

No le respondo. Porque lo sé.

La primera manifestación de la guerra llega esa misma tarde.

Un enfrentamiento entre dos bandas en un barrio que llevaba años tranquilo. Armas blancas. Tres heridos graves. Un muerto.

En el lugar, pintadas recientes.

Cuatro símbolos.

No iguales a los anteriores.

Más agresivos.

—No es suyo —dice un agente joven—. Parecen imitadores.

—Eso es lo que quieren —responder—. Que otros peleen por ellos.

Guerra.

No necesitan empuñar armas si consiguen que lo hagamos nosotros.

En el hospital identificaron al fallecido. Un chico de veintidós años. Sin antecedentes. Sin afiliación clara.

—¿Por qué estaba allí? —preguntó a su hermano.

—Porque le dijeron que defendiera lo que era suyo.

—¿Quién?

—No lo sé. Nadie daba nombres.

Esa noche, alguien dejó un sobre bajo la puerta de mi piso.

No hay remitente.

Dentro, una sola hoja.

LA GUERRA ES INEVITABLE CUANDO NO HAY CONQUISTA.

Trago saliva.

Al fondo del papel, una marca tenue.

Cuatro líneas.

No llamo a nadie.

Me siento en el suelo con la espalda contra la pared.

Porque por primera vez desde que empezó todo, tengo miedo.

No por mí.

Por lo que están aprendiendo a hacer.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.