Erase un reino pequeño en el interior de un reino grande cuyos monarcas, a pesar de ser hermanos, vivían en constante conflictos provocando una guerra fratricida interminable. El reino pequeño era gobernado por el rey Pedro, mientras que el reino grande por el rey Miguel (ambos hijos del rey Leonardo). El rey Miguel deseaba las minas de carbón ubicadas en el reino pequeño y el rey Pedro deseaba extender un poco más sus costas, ya que, la costa que poseía era tan pequeña que no permitía el atraque de grandes embarcaciones para la comercialización su carbón.
Las veces que intentaban llegar a un acuerdo el rey Miguel suspendía las negociaciones, muchas veces obedeciendo las órdenes de un reino mucho más grande llamado El Imperio (reino muy poderoso que deseaba poseer la mina de carbón, producto necesario para movilizar sus maquinas de guerra).
(…) El origen de tal conflicto ocurrió varios años atrás con la creación de esos dos reinos; cuando el rey Leonardo, padre de los príncipes Miguel y Pedro, decidió entregarle un lote de tierras a su hijo menor (Pedro) para así evitar los intentos de agresión de su hermano mayor el príncipe Miguel quien temía que su padre cambiara las leyes y cediera todo el reino a su hermano.
A pesar de corresponderle todo aquel reinado al príncipe Miguel (heredero del trono por ser el primogénito), el rey Leonardo no estaba a gusto con el comportamiento de este quien era una persona soberbia, poco inteligente y déspota; le gustaba la cacería de animales de gran fortaleza como tigres, leones y leopardo, por lo que en sus tierras ya estaban extinguidos estos animales; mientras que el príncipe Pedro era la antesis de su hermano; un joven modesto, inteligente y bondadoso, y le gustaba la conservación del medio ambiente.
La disputa entre ambos príncipes; se hizo insostenible, ocurriendo muchos enfrentamientos donde podía peligrar la vida del menor de los dos. Ya que el príncipe Miguel, quien había recién recibido un entrenamiento en el manejo de las armas, constantemente amenazaba con acabar la discusión a balazos.
— pao, pao —decía príncipe Miguel, haciendo correr a la servidumbre alarmada— pao, pao; ¡hombre que a balazo dominares este reino!.. pao pao “a rey muerto, rey puesto”; pao, pao, no habrá príncipe que me quite el derecho divino de tener un gran reino.
El rey padre ante esa realidad y temiendo un fratricidio decidió entregarle al hijo menor (Pedro) unas tierras ubicadas en el extremo más alejado del palacio.
—Allí, mi amado príncipe podrá estar a salvo de las amenazas de su hermano y podrá desarrollar todos los planes que él tiene como buen soberano — señaló el rey padre mientras firmaba su testamento.
Las tierras ofrecidas al príncipe Pedro era un gran valle privilegiado con hermosos lagos, prados y bosques, además de una mina de carbón poco explorada; sin embargo tenía una estrecha bahía con acceso al mar. Dos filas de enormes rocas formaban dos murallas que como muros se hundían al mar haciendo imposible la entrada y salida de grandes barcos; para llegar a estas tierras se debía cruzar unas enormes montañas o acceder por el mar, siendo esta ultima ruta la más fácil.
El príncipe Miguel quedo satisfecho con la decisión de su padre; ya que, para él, esas tierras eran solo bosques deshabitados y sin animales peligrosos para cazar. Sin embargo, mantuvo ocultas sus ambiciones de ser el dueño absoluto de todas aquellas tierras.
«Seré el soberano de todas estas tierras por mandato de Dios— pensaba el príncipe Miguel — solo deberé esperar que mi amado padre fallezca e iniciaré mi plan de unificación de ambos territorios»
Con el tiempo y luego de varias exploraciones ordenadas por el príncipe Miguel; este descubrió enormes riquezas en ese pequeño territorio, pero no podía contravenir la voluntad del rey o seria despojado de su derecho al trono.
Por su parte el príncipe Pedro fue construyendo su palacio y algunas fortificaciones ya que imaginaba lo que se avecinaba al faltar su padre.
Muerto el rey Leonardo, los príncipes Miguel y Pedro asumieron el control de las tierras cedidas por el rey padre. Así, se crearon esos dos reinos.
(…) Se celebró una apoteósica coronación del rey Miguel, seguida de una gran caravana hacia las tierras cedidas al príncipe Pedro. El rey Miguel daba a entender a sus súbditos que fue él quien había otorgado esas tierras a su hermano. El joven Pedro, ahora rey del reino pequeño asumió el mando de sus tierras, dándole cobijo a muchos jóvenes que decidieron irse con él a fundar el nuevo reino, así se logró organizar un gran ejército de jóvenes aguerridos dispuestos a defender esas tierras.
Al poco tiempo, el Rey Miguel inicio una campaña de descredito en contra de su hermano:
—¡Hombre!, que tonto fui al entregar unas tierras a su ser cobarde y déspota. Ahora tengo el deber de salvar a esa pobre gente de esa cruel tiranía.
Realmente, el Rey Miguel era el tirano, pero contaba con el control de los medios de comunicación de la época. Así, se armó un ejército con el fin de invadir al reino pequeño; pero… los intentos de invasión del rey Miguel para recuperar las tierras cedidas a su hermano Pedro fueron infructuosas debido las grandes montañas, los bosques impenetrables, la audacia del rey Pedro en estrategias de guerra y a la ferocidad de los jóvenes que no deseaba ser gobernado por un rey tan perverso como el rey Miguel.