Los cuentos de mi abuelo Chucho

LAS MENTIRAS DE MENTILANDIA

Erase un reino llamado “Mentilandia”, ubicado en una región muy lejana y apartada del resto del mundo por grandes accidentes geográficos.

Todos los habitantes de ese reino estaban acostumbrados a mentir, incluyendo su rey. Eran tantas las mentiras que sus habitantes vivían en un mundo totalmente al revés y disparatado; inmersos en constantes disputas. A pesar de los malos deseos, el odio y las difamaciones reinantes en las mentes  de los habitantes de ese reino, había un orden; eran pocos los atracos y hurtos,  la gente temía violar las leyes por los castigos severos que podían recibir en nombre de su rey, quien contaba con un cuerpo de vigilancia muy represivo.

En ese reino siempre tenía la razón el más fuerte; por ello, era todo el esfuerzo del rey en tener un ejército bien dotado y un gran cuerpo de científicos dedicados a inventar medios para divulgar sus mentiras y someter a quien no opinara igual a él.

El rey contaba con un primer ministro, quien asumía todas las culpas o consecuencias de sus mentiras, particularmente cuando esas mentiras provocaban inconformidad en la corte del rey y en las familias poderosas de ese reino.

Aconteció que aquel primer ministro, tuvo una linda niña, a quien llamó Clara; la cual tenía la particularidad de conocer la diferencia entre  la verdad y la mentira, cosa extraña en aquel reino, donde  la palabra verdad era poco utilizada.

La niña siempre preguntaba a su padre:

—Papi, ¿Porqué  los habitantes de este reino siempre mienten, dicen que las cosas son de una forma cuando realmente son de otra; el rico dice que “carece de dinero” y el pobre que “no tiene dinero”, cuando; el primero tiene demasiado y el segundo algo tiene?

—Mi niña, no tengo la respuesta. Tan solo te puedo decir que la gente nunca está conforme con lo que tiene.

—Papi, me estas respondiendo con la verdad. ¿Acaso es una mentira lo que me estas respondiendo?

—¡No!, mi niña, simplemente, te digo lo primero que paso mi mente.

—¡Padre!, me has vuelto a decir una verdad verdadera.

»¡Padre!, podemos decir la verdad sin mucho esfuerzo. ¿No sientes un gran alivio que recorre por tu cuerpo, cuando dices la verdad?

—Para serte sincero. ¡Si!,  ¡siento alegría en decirte la verdad!

Era difícil desenvolverse en aquel reino ya que siempre había dudas en la veracidad de las afirmaciones; por ello…   los habitantes  preferían resolver las diferencias a golpes y no con la razón.

Al principio, Clarita fue considerada por sus amigos como un ser de otro mundo: era bella e inteligente y siempre decía la verdad. Como su padre era el primer ministro (el político más importante de aquel reino), ella comenzó a incursionar en la política: espacio donde se sentía bien diciendo la verdad. Al principio fue atacada por los opositores políticos de su padre, luego admirada ya que la consideraban una mujer muy astuta (un atributo, también valorado en aquella cultura).

Clarita intentó cambiar la realidad de su país; pero… todas sus indicaciones, tendían a ser mal interpretadas; sintiéndose engañados sus interlocutores, quienes sonreían y acompañaban con varias palmadas de mano al ver que Clarita les había dicho la verdad.

«No le crean a la hija del primer ministro; sus instrucciones tienden a ser lo que es, y al seguir lo contrario a sus indicaciones, nos encontramos con una controversial verdad, y eso nos confunde», pensaban los súbditos de aquel reino.

—¿Es que decir la verdad los ofenden?, — señalaba clarita.

—No es ofensa, es que no sabemos vivir de otra manera. Hemos mentido tanto que construimos una sociedad totalmente al revés — indicaban los amigos de clara.

—Poco a poco podemos cambias las cosa. ¿No crees ustedes?

—Pero quien cambiara al rey. ¡Amiga!, el rey ha construido su poder a base de mentiras. El rey cuenta con todo un emporio a base de mentiras donde concurren muchas gentes que difunden sus mentiras por el mundo conocido. Y será difícil deshacerlo de un plumazo. Gracias a esas mentiras nuestro reino se ha convertido en una nación prospera y poderosa.

Aun así, Clarita se sentía feliz de decir siempre la verdad; lidiando con las mentiras de los políticos y las del rey.

Con el tiempo, Mentilandia extendió su territorio abarcando todas las tierras cercanas. Aquellas regiones cuyos habitantes eran más débiles militarmente, el  rey de Mentilandia los sometían imponiendo su cultura de mentiras y, valiéndose de trampas, se adueñaba de sus riquezas y por su gran poderío militar, nadie le contradecía:

 «Todas vuestras tierras, animales, caminos, rio y demás, pertenecen a mi reino, por mandato del supremo creador del mundo y todo quien se oponga a este mandato, recibirá la mano implacable del señor, así está escrito en los libros de la verdad», eran los argumentos utilizado por ese rey para encubrir sus acciones.

El libro de la verdad eran textos escritos, basados en los sueños del rey e interpretado por un grupo de sacerdotes. Toda interpretación contraria a los deseos del rey era considerada sacrílego, borrado de los libros y, el  sacerdote quien lo interpretó era tildado de brujo  condenado al destierro o quemado en la hoguera.



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En el texto hay: amor, temores, valientes caballeros

Editado: 26.09.2021

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