Esta es la historia del rey Indispuesto, monarca de un reino muy lejano, quien valido de cualquier pretexto, vivía siempre preocupado.
Su primera preocupación fue obtener el mando de aquel reino, ya que su hermano mayor era el legítimo heredero.
La solución fue sencilla, desprestigiar a su hermano, el príncipe Estimado, un joven noble y caritativo; pero… muy ingenuo y descuidado. Las acciones que él emprendía a favor de su pueblo, sin saber como ocurría resultaban un total fracaso. Los objetos se le desaparecían estando al alcance de sus manos. Lo envolvía un profundo sueño, como si viviera narcotizado. El príncipe Estimado renuncio al trono, como su hermano menor lo esperaba y siendo Estimado eliminado; Indispuesto fue coronado.
Iniciado su reinado, el rey Indispuesto se preocupó de nuevo: «¡No tengo un amplio territorio donde ejercer mi mandato!». Así, aquel Rey, valiéndose de un ejército severo, sometió a las aldeas cercanas, a su régimen de maltrato.
El rey Indispuesto soñaba con un imperio, esa fue su siguiente reocupación, por lo cual, se declaró a si mismo protector del culto más extendido en la región.
«¡Soy el elegido por Dios para expandir su voz y quien se oponga recibirá el castigo divino que yo he de imponer, en nombre del todo poderoso!»
Así, se organizó una cruzada para imponer la creencia y el culto del rey Indispuesto en territorios lejanos, adueñándose el rey Indispuesto de una gran parte del mundo.
A pesar de tener un territorio muy extenso el rey Indispuesto no podía disponer de toda la riqueza que aquella tierra daba, por lo que se preocupo de nuevo e impuso altos impuesto a los pueblos que él gobernaba.
Aconteció, focos de disturbios en contra del rey Indispuesto, por lo cual, este rey tuvo que eliminar por la fuerza a toda voz disidente, preocupándose luego por una mala reputación que distorsionaría su imagen en la historia futura y presente. Por esa razón, el rey Indispuesto armo una gran campaña de propaganda su favor de sus acciones y que difamara todo movimiento que en su contra emanara.
Así, surgió un nuevo mundo, en el cual, la verdad la dictaba el rey Indispuesto (amo del imperio), siendo los sin razón la voz disidente de los pueblos oprimidos por este monarca.
El rey Indispuesto, una vez libre de toda culpa; empezó a preocuparse por la naturaleza, pues sus negocios necesitaban la explotación de toda la riqueza proveniente de esta.
La naturaleza comenzó a deteriorarse por los desmanes de ese Rey. La naturaleza envió señales: aumentaron las muertes por enfermedades. Y el rey Indispuesto no se preocupo por ello, pues su preocupación era por tener más poder y riqueza.
Los súbditos del rey Indispuesto, viendo a su monarca preocupado por necesidades banales en desatención a su pueblo, pidió a su rey un poquito de compasión.
Pero… el rey Indispuesto siguió preocupado por su poder y riqueza; por ello, sus súbditos, hartos de tales preocupaciones, y luego de muchos enfrentamientos, le revocó su mandato.
El pueblo tomó el gobierno bajo un régimen republicano. Ahora son ciudadanos sin que sean tutelados, responsables de su destino.
Ahora, los pueblos han de preocuparse de cómo recuperarse de los desmanes de aquel rey y sus preocupaciones.