Los Cuentos sin Dueño 2020

El Baile del 93

Celeste se miraba al espejo, una y otra vez. Se había probado más de diez combinaciones de ropa distintas y Vero, para ser sincera, ya estaba harta. La muchacha se había entretenido durante la última media hora leyendo la carpeta que le había dado su amiga, dónde tenía escrita la novela en la que trabajaba pero ahora ya se había puesto al tanto con las aventuras del vampiro Ismael y no le quedaba más por hacer que ver a Celeste decidir si usaría su boina color azul Francia o no. 

"La boina o no la boina ¿Vos qué decís?' Vero se encogió de hombros y volvió la vista hacia el póster con la portada de Lestat. Verónica no la entendía, ¿Porque habría de hacerlo? Ella era la chica simpática que no tenía broncas con nadie, mientras que ella era la "niña de los vampiros" como le había puesto la imbécil de formación ciudadana, era una rara y una marginada y lo peor es que esa noche se jugaria el corazón. Boina no, definitivamente boina no.

"Lista" dijo Celeste y Vero salto de alegría, siempre tan simpática, con un "al fin".

El baile de San Ignacio era una tradición de cada invierno, previo a abandonar las carpetas por dos semanas en el receso. Aquella vez habían adornado el colegio con guirnaldas color plata colgadas de las barandas que separaban las galerías y se unian en el mástil. El suelo del patio destellaba con más luces de colores que venían de los reflectores colgados en la planta alta. También se podía sentir una capa de humo ligeramente densa que ascendía hacia el cielo inundando el ambiente con un olor parecido a frutillas.Vero y Celeste ubicaron rápidamente a Jimena que estaba a un costado tomando una gaseosa y charlando con Nadia Rojas. Al fondo del todo ubicaron el rostro severo del director Burgos que no hablaba con nadie, solo miraba a cada rincón asegurándose que todo estuviera en perfectas condiciones. Luego cerca del puesto de las gaseosas vio al grupete de Ariel García charlando a risotadas con el profesor Chávez. "Ni rastros de Daniel" pensó Celeste.

Daniel le gustaba desde el fiasco de "la niña de los vampiros". Cuando la de civica la bautizo con su infame apodo no hubo varon en el curso que no la llamara así o de las otras burlas derivadas de aquel momento, salvo Daniel. Él nunca le habia faltado al respeto, siempre se acercaba a ella diciendole "Hola Cele" y charlaban por horas. Él tambien era versado en literatura y, aparte de Vero, era el unico quien estaba al corriente de los nuevos aconteceres de la novela que estaba escribiendo. Por eso esta era la noche donde le declararía sus sentimientos, una pieza de baile era todo o que faltaria bajo las guirnaldas de plata, solo tenia que encontrarlo, y al parecer lo habia logrado, mientras se sumía en sus pensamientos, porque Daniel salía del cuarto de baño y se juntaba al grupete del maldito de Ariel Garcia. Daniel no era igual a ellos, de ninguna manera, y era verdad porque tras intercambiar un par de saludos con sus amigotes dio vuelta sobre sus talones y se dirigio hacia ella.

"Hola Cele" le dijo sonriendo, y la saludo con un beso en el cachete "¿Viniste sola?". 

"No, no, vine con Vero... pero te queria ubicar a vos" Celeste miraba al piso muerta de pudor, su amado no podía verla así. No estaba preparada para esto, debía encontrar a su amiga Veronica y recordarle que nunca más la deje cometer una acción tan estupida como esta "pero igual mejor me voy con Vero, no te quiero molestar..." y al darse media vuelta él la tomo del brazo. "Vamos a bailar" le dijo.

Sonaba una musica calma. una balada romantica y Celeste no lo podia creer, no sabia si era suerte o no pero Daniel la tomo de la cintura y ella institivamente llevo los brazos alrededor de su cuello. No habia nadie más en el salon, eran solo ellos dos y a Celeste le inundó un sentimiento fuerte de valentía. Aproximó su cabeza hacia el pecho de Daniel y en un susurro casi inaudible, uno que solo podia escuchar él se lo dijo, determinada, con una voz que le temblaba, pero se lo dijo: "Te amo Daniel".

Lejos de intimidarse o alejarse el muchacho se acercó aún mas a ella. La arrimo fuerte contra su pecho y llevo una mano hacia su cabellera, un par de caricias suaves y luego la miro a los ojos. Un segundo abrazo fuerte pero esta vez pasó su menton por sobre su hombro, de modo tal que sus cabezas estuvieran pegadas. Celeste esperaba que el muchacho acercara sus labios a los suyos pero antes de eso sintió los de él subiendo por sus hombros. Un beso, dos besos que ascendian hasta su cuello. Celeste volaba en una nube de estupor que no sabia si era producto del shock de dopamina que inundaba su cerebro o del humo que nuevamente ascendia a la atmosfera. Y de repente sintió los colmillos clavandose en su cuello. 

Jimena y Vero seguían charlando animadamente cuando la primera se dio cuenta de que algo andaba mal. Golpeó en el codo a su amiga e indico al centro de la pista donde Daniel abrazaba a Celeste y esta ultima se encontraba sumida en un trance, con los ojos practicamente idos hacia adentro: en blanco. Veronica estaba horrorizada, y la multitud empezaba a acumularse alrededor de la pareja. "Mira mira, la pendeja se esta excitando" le decia Ariel Garcia a sus amigos que respondian a risotadas. Vero corrió hacia el centro y gritó el nombre de su amiga que seguía sumida su fantasia vampirica mientras Daniel trataba de aguantar la risa y sus colmillos de plastico se movian dentro de su boca por la carcajada contenida.

Celeste sentía su corazon acelerado y aunque le parecía algo fantastico e inverosimil estaba segura que había llegado la noche de su transformación, ¿no era acaso la noche perfecta? Habia confesado su amor y en recompensa su amado le había dado el permiso para ingresar a ese mundo prohibido de la que ella solo podia escribir. Su sueño se habia hecho realidad... hasta que escuchó las risas. Con un fuerte golpe se separó de Daniel, trastabillo y cayó de espaldas al suelo. El alboroto que se habian vuelto las carcajadas le penetraban los timpanos y las lagrimas caián tibias por su cara. Se levantó como pudo y recién en ese instante llegaron los profesores a acallar a los estudiantes que no paraban de reir y reir.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.