Los Delirios de Cassandra

Capítulo 1. La voz de mis sueños.

Si de sueños y metas se trata, Cassandra Collins es toda una experta. Enigmática y solitaria, dueña de una pequeña casa en el centro de Pomeland y la mente ingeniosa detrás de los secretos mejor guardados de las delicias que ofrecen en el "paraje de azúcar", la pastelería que la ve casi como a una diosa por los manjares que prepara y con los cuales ha atraído a la mayor parte de turistas anuales en la ciudad. Dueña de dos perros y...

- Basta Oliv, era una pequeña carta de recomendación lo que debías hacer, no describir mi vida y dar la impresión en cada letra de que estas enamorada de mi - Solté de pronto exasperada y antes de que siguiese con esa sarta de ridiculeces que había escrito.

- Eww, no... - Dijo fingiendo que estaba a punto de vomitar - No cariño, yo aprecio demasiado mi vida como para enamorarme de ti - Dijo con una mueca de disculpa y diversión - Además no son ridiculeces, es la verdad, yo solo trato de mostrarle al mundo lo buena que eres en lo que haces - Aseguró cruzándose de brazos.

- Y lo agradezco - Afirmé - Pero eso no me ayudará a conseguir el lugar - dije con pesar.

Llevaba un tiempo deseando un lugar en la famosa pastelería "Rossy's Sweet Deligths" que era la más famosa y reconocida en todo el estado, pero por alguna cosa u otra siempre terminaba siendo rechazada.

- Yo creo Cass, que si ellos no ven lo geniales que son tus postres es su problema - Dijo la castaña - Piénsalo - Se reclinó sobre la mesa y comenzó a enumerar - Mira, tienes un buen trabajo, una pequeña y linda casa, estudiaste lo que amas, además de un buen trabajo, tu no necesitas a Rossy's - Sentenció apuntándome - Ellos te necesitan a ti

Quería creer que así era.

Quería creer, pero, ese lugar era todo lo que siempre había soñado, a lo que había aspirado toda mi vida y que mis postres no fueran lo suficientemente buenos era una tortura para mi y un motivo menos para seguir intentando encajar en los altos estándares de Rossy, la dueña del lugar.

No deje de pensar en las palabras de Oliv ni siquiera después de que ella se fuese antes de que llegará tarde a su primer día de trabajo en la biblioteca. No había dejado de rondar por mi cabeza que quizás en el fondo yo sabía que tenía razón, llevaba tres años aplicando para diversos puestos de trabajo que me acercarán a ser siquiera una de las conocidas reposteras de Rossy, pero todo era en vano. Si llevaba un postre de fresa para ella era común, si llevaba uno de maracuyá era atrevido, quizás era que yo simplemente no le gustaba para el puesto o no me veía como alguien digna de estar cerca de ella y su equipo.

Eran casi las nueve en punto cuando decidí salir del pequeño café donde me había encontrado con Oliv, llevándome conmigo un pequeño trozo de pastel de zarzamora conmigo.

No me había dado cuenta que estaba caminando y moviéndome casi en automático, hasta que, al intentar salir choque con algo duro, por lo cual estuve a punto de tirar mi preciado pastel.

- Lo siento... - Susurre, puesto que sabía que era mi culpa, camine tan rápido que el ruido de mis zapatos no me había permitido escuchar las campañas del lugar.

- ¿Estas bien? - preguntó una voz profunda, que por extraño que pareciese había sentido tan familiar que había logrado provocarme una pequeña corriente de electricidad que me recorrió todo el cuerpo.

- Todo bien, gracias - Fue todo lo que dije antes de seguir mi camino sin escuchar nada más, y sin darle más vueltas a ese sentimiento de familiaridad que se instalaba en mí, después de todo ni siquiera lo había visto a la cara, lo más seguro era que ni siquiera lo conociese.

Aunque, toda la tarde sentí exactamente lo mismo y ese sentimiento simplemente no se fue.

..............................................................

- Lo prometo Cass, mañana tendrás esa carta - Aseguró Oliv, antes de meter a su boca un gran trozo de lasaña que seguramente había preparado su mamá.

- Está bien, no te presionaré, pero solo no pongas tantas cosas románticas - Fingí vergüenza - No me gustaría perder nuestra amistad por algo así...

Tan rápido como termine de decirlo me callo

- Mejor ve a dormir, me estas poniendo los pelos de punta - Y colgó.

Graciosamente hice lo que dijo y tan pronto como terminé mi taza de chocolate me metí a la cama.

No sufría de insomnio, pero por alguna razón había sentido que el sueño había tardado en llegar a pesar del largo y tedioso día que había tenido entre todo lo que tenía que hacer para conseguir el puesto y los postres que debía preparar en mi trabajo, aunque cuando lo hizo trajo consigo lo de cada noche.

.................................

Cuando me encuentres...

- Se escuchó un susurró -

¿Cuándo te encuentre? - Pregunté con desconcierto

Lo sabrás... - volvió a susurrar.

¿qué cosa?

Todo lo sabrás... - Se comenzó a escuchar a los lejos.

Pero ¿Qué cosa ¿quién eres? - Pregunté alterada.

Y no podrás alejarte...

Desperté agitada, casi cayendo al suelo de la conmoción y sintiendo como un sudor frío recorría mi cuerpo mientras no dejaba de tiritar.

Cada noche tenía estos sueños, pero ninguno había sido tan claro o mejor dicho tan .. personal, parecía que el dueño de la voz me conocía y demasiado bien.

Pero esa voz...

Sentí por un efímero momento que la conocía, que sabía a quién pertenecía.

Lo único que tenía claro era que esta vez, se había sentido real, tanto que creí que no había sido un sueño, pero el que lo fuese me reconfortaba, eso era, si, tenía que ser solo un sueño...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.