Los demonios de Dereck

Capítulo 7

Estoy furiosa por muchos motivos, primero: no pude ir de compras; segundo: el problema con Dereck; tercero: estoy a punto de reprobar cálculo y ahora cuarto las malditas notas en mi casillero.

“Sé que eres la novia de Dereck Weston”

Lo que me tiene prácticamente con los nervios de punta es que él se entere de esto.

— ¿Estás malgeniada por el campeonato?— preguntó Hannah

Miré por un momento mis tacones amarillos y acomodé las tiras de mi vestido floreado.

— No realmente— respondí posando en el espejo, hoy me veía muy linda.

— ¿Qué es?

Tiré para atrás todo mi cabello para mirar a mi amiga.

— Estoy a punto de reprobar cálculo— no es que estuviera mintiendo del todo, esa era la menor de mis preocupaciones, podría pedirle ayuda a Dereck y asunto solucionado, lo que verdaderamente me jodía era no saber quién colocó esa nota en mi casillero.

— Te ayudaría pero estoy peor o igual que tú.

Mientras caminábamos a cafetería nos topamos con Dereck y Jasen, el primero nos miró como si fuéramos los dos bichos más insignificantes del planeta y el segundo escondía una carcajada. El nivel actoral del chico malo me deja impactada de vez en cuando.

— Imbéciles— susurré.

Hannah abrió sus ojos asustada.

— ¡¿Estás loca, Sky?!  ¡¿Quieres que nos golpeen?!

Jasen se devolvió y nos hizo para en seco.

— Mas te vale callar a tú amiga la porrista sino quieren que las golpee— tal como llegó se fue.

Hannah se colocó más blanca que el color y entramos a la cafetería para comprobar que Andra tampoco estaba ahí.

— ¡Skyler eso fue horrible!— lloró.

Pegué la carcajada, horrible lo que le haré a Jasen cuando lo vea.

Al tomar asiento Hannah sacó un par de cuadernos para hacer la tarea, al ver las formulas supe que se trataba de química, escondí mi cabeza sobre los brazos que estaban cruzados sobre la mesa, de cada tanto recordaba su confesión.

— Te he mentido.

— ¿Qué?— algo de enojo se traspasó a mi voz.

— El viernes no estaba en un funeral, no quise decirte nada porque sabía que si te decía faltarías a las semifinales sé que esa competencia significa mucho.

— A lugar Weston.

— Desde el martes pasado los chicos y yo hemos tenido algunos problemas con unos hombres, entre ellos está el hombre que me secuestró.

Joder.

— Noah…s-su rostro.

Asintio.

— El viernes tuvimos la pelea entre ellos estaba el hombre, debo dar declaración por lo ocurrido hace año y medio.

— ¡Dios, Dereck, esas cosas no se callan!

Sus ojos estaban vidriosos, estaba a punto de llorar.

— Debido a eso volvieron las pesadillas— las lágrimas cayeron libremente por su rostro.

¿Cómo puede verse alguien tan bien físicamente pero interiormente verse tan…destruido?

Después del encuentro en el ascensor aquella tarde (la primera vez que le vi), seguí encontrándomelo con más frecuencia…tengo que hacer un gran esfuerzo para leerlo, penetrar aquel muro emocional que tiene suele ser bastante difícil.

— El hombre no se arrepiente de lo ocurrido, me jodió la puta vida y estaba libre en las calles— siempre es ahí donde la historia me queda en blanco, desconozco lo que pasó antes y durante del secuestro, es un secreto bien guardado.

Me acerqué y pasé el brazo por su nuca, él rodeo mi cintura con su brazo libre, me levantó para colocarme del otro lado de la cama donde minutos antes dormía, se aferró a mi cuerpo como si tuviera temor a que desapareciera en cualquier instante. Soporte mis ganas de querer llorar porque este era su momento de desahogo.

Volví a la realidad, Hannah seguía copiándose de la tarea, levanté la cabeza y Andra ya estaba sentada.

— ¿Dónde te habías metido?— pregunté.

— Estaba follando con un amigo de tú primo— intervino Hannah.

— ¡Hannah!— chilló, ahora que la veo bien, tiene un moratón en su clavícula mal tapado con una camisa esqueleto vinotinto.

— Así hablas de Hannah y su vagina loca.

— ¡Sky!

Lancé una carcajada con ganas al verlas a ambas sonrojadas, aunque lo nieguen son tal para cual.

En la tarde al llagar a casa no había nadie, quizá mi padre estaba en el restaurante, dejé todo tirado en el suelo y me lancé al sofá para revisar mis redes sociales, tenía mensajes en Instagram que iban desde “Que hermosa” a “Ese culito está rico para follar”

Lo que me recuerda al accidente de hace dos meses, dejé el teléfono en casa de Dereck, no fue nada lindo al anochecer cuando me lo devolvió, prácticamente estaba furioso e irritado por los mensajes obscenos de las notificaciones.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.