Los demonios de Dereck

Capítulo 12

Siempre he odiado las drogas.

Una vez cuando tenía 14 años, papá y mamá me llevaron a la casa de campo de los abuelos, la tía Sofía estaba con Tessa, Elijah e Ian y en medio de mi aburrimiento, fui al cobertizo a ver a mi yegua cuando encontré a Elijah fumando, creí que sería aún más divertido pero fue un asco, fumaba hierba.

A los 16 años, con todo el ajetreo de la enfermedad de mi madre, ella mantenía dopada con morfina para evitar tanto sufrimiento, otro peligroso aditivo, cuando murió, simplemente no era ella.

Desde ese momento comencé a odiar las drogas, no importa si aún no he probado las otras pero…justamente ahora me siento como aquella vez a los 14, ida pero presente a la vez.

— ¿Debería llevarla a urgencias?— preguntó mi padre con una voz alarmada, lejos de su habitual relajación.

— Estará bien Neftalí, quizá solo duerme por el cansancio acumulado y la jodida golpiza que le dieron— respondió su hermana.

Un suspiro largo y frustrado se escuchó.

Seguí durmiendo.

Me estiré todo lo largo y ancho que mi colchón me permitió, el rostro y las piernas me dolían a horrores.

Recordé lo que ocurrió anoche, no he tenido tiempo de procesar la información. Me quité las sabanas de encima para deshacerme de las malditas ganas de hacer pis. Pasé por el espejo pero algo llamó mi atención y retrocedí.

Pegué un grito.

Lo que se veía en el espejo en absoluto no era yo.

¡Mi cabello!

¡Mi rostro!

Las lágrimas no demoraron en salir y las ganas de hacer pis se esfumaron.

— Calma, todo estará bien— mi padre entró a la habitación, me sentí el ser más horroroso que jamás haya existido en la tierra.

— ¡Pero papá!— chillé.

¡Santo cielo!

— Tranquilízate Skyler— me guio hasta el sillón frente a mi cama y me sentó ahí. Acarició mi mejilla sana—, ¿qué ocurrió anoche cariño?

Flashbacks invadieron mi mente.

— No sé, iba caminando por el parque, estaba iluminado, una extraña mujer y creo que también un hombre se acercaron y me golpearon, robaron mi teléfono e intenté defenderme pero la mujer sacó unas tijeras y m-m-me… cortó el cabello— Expliqué con lágrimas e hipidos.

Este asunto se salió de control, se había vuelto personal, tenía la sensación de que mis victimarios sí que me conocían.

— Shh, ya pensaremos en qué hacer— el cálido abrazo de Neftalí me envolvió, tenía la capacidad de calmarme y hacerme sentir en casa.

— Le he roto la promesa a mamá.

— No fue por voluntad propia cariño.

— ¡Rompí la promesa!

— Lo arreglaremos— acomodó lo que quedaba de mi cabello tras mis orejas y besó mi frente— ahora ve, date un relajante baño y nos encargaremos de los detalles.

Cabizbaja y obediente hice lo que me pedía, entré al baño, llené la tina, me desvestí y me senté dentro del rectángulo lleno de agua en posición fetal y apoyando mi cabeza sobre las rodillas nuevamente las lágrimas comenzaron a derramarse.

— ¡Dios Skyler! ¡¿Qué le pasó a tú cabello?!— mamá pasó sus dedos por mi corto cabello nostálgica.

— ¿No te gusta?— pregunté

— Claro que si cariño pero… ¿Por qué lo hiciste?— se reacomodo en la cama para poder verme mejor pero un quejido se escapó de su boca y papá se puso a la defensiva.

— ¿Quieres que llame al doctor Arlett?— la arropo.

— No, estoy bien.

La mirada de mi madre seguía brillando a pesar del dolor tan grande que sentía, no quedaba rastro alguno de lo que alguna vez fue su hermoso cabello, parecido al mío, su piel suave y trigueña ahora estaba reseca y con moratones por las agujas.

— Y  bien cielo… ¿Cómo pasó?

— Yo… ¡Papá llevó a que me cortaran el cabello!

Él ofendido abrió su boca dramáticamente colocando una mano en el pecho.

— ¡Sky!— reprochó.

— Neftalí— le lanzó dagas con la misma mirada.

— Porque yo se lo pedí— Saqué lo que guardaba en mi maletín y papá me animó para entregárselo, lo coloqué en sus manos y ella abrió sorprendida sus ojos.

— Para ti mamá.

— Ay cariño— dejó a un lado el cabello para abrazarme entre sus delgados brazos, besó mi frente—, gracias cielo, es hermoso.

Sonreí feliz.

— Pero prométeme que no volverás a hacerlo— Me observó de frente esperando mi respuesta—, aun que eres hermosa como decidas llevarlo.

— Lo prometo.

Apreté más las rodillas al pecho al recordarlo, justamente dos días después murió mirando hacia el cielo ¿Irónico, verdad?

 — ¿Estás bien?

Limpie las lágrimas con el agua, dejé que se fueran, una vez que salga de aquí volveré a ser la Skyler Johnson de siempre, no dejaré que un par de estúpidos destruyan lo que por tanto tiempo me costó reconstruir.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.