Dereck
Reduje la velocidad al entrar a la calle de la casa de pequeño cielo, su padre odia que lleve la máxima velocidad cuando voy con ella, bueno…no lo culpo, yo de él, ni siquiera dejaría salir a mi hija con alguien como yo, aún estoy en periodo de prueba.
Sky apretó el agarré de mi cintura y olfateó por encima mi olor, ella cree que nunca me doy cuenta, pero si lo hago, analizo cada detalle que tenga que ver con su persona.
Me detuve en frente de su gigante casa, el auto de su padre estaba estacionado y ella bajó cuidadosamente.
Aun no entiendo cómo es posible que alguien como Skyler Johnson esté enamorada de mí, no me quejo, físicamente la naturaleza me concedió una belleza medianamente razonable… Ja, a quién engaño, soy demasiado apuesto y ella es toda una princesa o mejor, una reina con armadura lista para luchar y salvar su reino.
Se quitó el casco y lo extendió, me miró fijamente, sus hermosos ojos miel me miraban de la forma más amorosa en la que alguien te podría mirar, un amor tan puro e ingenuo que te hace envidiarla por ser capaz de querer así a alguien, y la envidio, porque su corazón es abierto para dar todo lo que tiene corriendo el riesgo de que la dañen, es por eso que mi vena sobreprotectora se enciende cada vez que estoy a su lado.
Sky, Sky, Sky… ¿Qué me estás haciendo?
Me quité el casco y recibí el que ella extendía, tengo una pequeña obsesión por mirarla fijamente, sus ojos son otro mundo que te hace añorar, pero te da un frenazo para hacerte aterrizar de golpe.
Acaricie su ahora corto cabello y ella sonrió, pensar que probablemente eso pasó por mi culpa, me hace apretar el puño y quitarlo, no merezco estar cerca suyo.
— ¿Quieres pasar?— preguntó.
Me lo pensé, pero no soy capaz de mirar a su padre ahora que hemos hecho el amor, ella se entregó a mí, eso me hacia el hombre más feliz del mundo y a ella la chica más estúpida, no debería creer en mí, sin embargo lo hace.
— No cariño, debo ir a casa para ver cómo está Max.
Asintió, me sentí culpable por tener que mentirle, me quitaba un peso de encima el que ella no supiera, Skyler tiene el pequeño defecto de ser demasiado curiosa y cuando algo se le mete en la cabeza, no deja de pensar en ello hasta saber su respuesta.
— Dereck— murmuró. Levanté una ceja para hacerle entender que contaba con toda mi atención—. De verdad lo siento, quizá no fui muy buena con lo de anoche y no llené tus expectativas— dijo apenada.
Mi corazón tamborileó de ternura, mi mente retrocedió a horas antes mientras estábamos en la cama, a pesar de mi problema con el contacto piel a piel con algunas personas, ella sobrepasó lo que tenía en mente al imaginarme cómo sería cuando estuviéramos juntos por primera vez. Es que joder, el sexo cambia totalmente de concepto cuando lo haces con alguien a quien amas, deseas y te entregas.
— Mi pequeño cielo, anoche fue el mejor momento que he tenido contigo. Tú cuerpo, mi cuerpo… juntos son un rayo. No tienes nada de lo que disculparte— toqué su mejilla, me contuve, aún queda una pequeña marca del golpe que recibió en su rostro—. Disculpa si fui muy rudo contigo.
Se acercó y dejo un pequeño beso sobre mis labios, no entiendo qué hace que sus labios sepan a fresa, son condenadamente deliciosos.
— Para nada, todo fue perfecto— una risita de su parte.
— ¡Oh nena me tienes medio loco!— Canturreé la canción que le escribí hace unos meses.
Se hizo la desentendida, sus mejillas se tornaron de un sexy color rosa, sabía cuánto le encantaba que le cantara esa canción.
— Te dejo Weston, te violaré si me sigues coqueteando— dio media vuelta para caminar por el sendero de piedras que conduce a su casa.
— ¡Skyler!— llamé. Ella giró y espero a que le dijera algo—. Te faltó mi beso de despedida.
Llevó su cabeza hacia atrás para reírse con ganas, luego llevó su mano derecha a los labios, seguramente dejando un beso ahí y sopló a mi dirección.
Me humedecí los labios y extendí el brazo para atrapar su beso en el aire, lo quise llevar a mi pecho pero hice el amago de lanzar una pelota, Sky indignada abrió sus ojos sorprendida porque rechacé su beso.
Me reí, solo con ella podía comportarme de esta manera.
Inútilmente intentó fingir que no le afectaba para no reírse, dio la vuelta para seguir caminando y levantó su brazo derecho para sacarme el dedo del medio. Se veía demasiado caliente.
Me aseguré que llegara a su casa y después de haber cerrado la puerta, encendí mi moto.
Conduje hasta el bar de Black Garden, sabía lo que me esperaba una vez cruzara esas puertas. Entré y Simon me lanzó una mirada lastimera, él también sabía por qué estaba aquí. Crucé el escenario para abrir la puerta de la habitación, el chico frente a mi tenía una altura imponente y una mirada que convocaba al mismísimo diablo, él si era a quien debía temerle.
Noah.
Él era el verdadero propietario de este bar, Simon simplemente era una fachada.
Tim, Jasen y cuatro chicos más estaban esparcidos por la habitación, en algún momento Noah y yo fuimos mejores amigos, pero el accidente lo cambió todo, nos terminó de joder a ambos aunque no lo queramos admitir.