— Cuando amas a alguien, no importa lo que pase, tendrás que hacer sacrificios para estar a su lado, involuntariamente esa es la manera en la que admitimos nuestra total entrega a esa persona— mamá dejó un beso sobre mi frente y terminó de hacer la hermosa trenza francesa colocando una mariposa al final de la coleta.
— ¿Si amas a alguien por qué tienes que hacer sacrificios? ¿No se supone que deben aceptarme tal y como soy?
Ella sonrió y colocó pensativa el dedo índice en su mentón.
— Mmm le preguntaré a tú padre, no sé la respuesta.
Ambas reímos.
— A lo que quiero llegar mi pequeño cielo, es que por más que ames a esa persona y hagas los sacrificios que hagas, nunca debes permitir que te hagan sentir inferior, que menosprecien ese sentimiento, debes ser consciente hasta dónde quieres llegar, el amor por ti misma debe prevalecer sobre cualquier otra cosa.
Me quedé mirándola fijamente, mamá es muy hermosa.
— En ese caso jamás me enamoraré— prometí.
Ella lanzó una carcajada y luego de calmarse ajustó el collar sobre su cuello.
— No hagas promesas en las que no tienes certeza de cumplir o que te cumplan Skyler, siempre, siempre, debes ser honesta y fiel a ti misma.
Sus cálidos brazos rodearon mi cuerpo y me llevó hasta su pecho en un abrazo. Cuanto amo a esa mujer.
Abrí los ojos.
Me sentí feliz y plena, había soñado con ella. Acaricié la almohada con mi brazo izquierdo que estaba debajo de mi cabeza. Recordé cada instante de ese sueño y en vez de ponerme triste por ella, estaba alegre, mamá disfrutó cada último instante de su vida.
Suspiré.
Me quité las sabanas de encima y cuando coloqué los pies en el suelo, los recuerdos del día anterior me atacaron directamente.
¡Que mierda había hecho!
Volví a lanzarme a la cama y comencé a dar vueltas exasperada esperando que quizá una solución mágica a todos mis problemas apareciera de la nada.
Primero, la pequeña discusión con Dereck y segundo, la infiltración con Ian en la escuela, esta ealmente no me preocupa tanto, ese detalle quedé en resolverlo mañana cuando la familia se reúna en casa de tía Sofía para el almuerzo mensual de los Johnson. Dato que se me olvidó completamente.
¿Será que Dereck canceló nuestra cita?
Volví a levantarme de mi cama con más valor, ¡Lo haré!
Revisé mi teléfono y tenía varios mensajes de mis amigos pero el que más resaltaba en la pantalla eran los del chico malo.
“Perdóname, mi comportamiento hace unos minutos no fue el indicado”- Dereck
“Tienes razón cariño, tengo un petardo en el culo y por más que lo pienso no debí tratarte de esa forma, sé que estás preocupada”- Dereck
“Así será? Me vas a ignorar? Por favor hablemos”- Dereck
“Pequeño cielo…”- Dereck
Esos fueron una hora después de que me dejara en casa.
“Te esperaré mañana a las 10 en la confitería que nos gusta”- Dereck.
La madre que me parió.
Revisé la hora y el reloj marcaba las 10:40 am. Me reí sin ganas.
“Parezco intenso escribiéndote sin recibir respuesta, pero pequeño cielo… ¿me dejarás plantado?”- Dereck
Ese fue hace menos de 2 minutos.
No escribí ninguna respuesta, contesté los mensajes del grupo de Hannah, Andra y yo contando las novedades de la fiesta y me dirigí al baño para darme una ducha.
La venita de maldad palpitaba con alegría en mi sien, mi instinto decía que Dereck seguía esperándome en la confitería, así que para desquitarme un poquito me coloqué un vestido de mezclilla y tirantes con una abertura nada prudente entre mis pechos y unos cuantos tirantes entrecruzados en la espalda así que decidí no ponerme sostén, mi tatuaje quedaba a la vista, trencé los laterales de mi cabello para recogerlo por detrás y dejarlo suelto, me maquillé, busqué unas vans moradas y con todo lo necesario, salí.