Ian
Los nudillos me escocían, los tenía rojos por culpa de todos los golpes que tuve que darle a dos miembros del equipo. En momentos como este, extrañaba cuando Skyler era una niña pequeña sin gracia a la que tomaban como chico, sin embargo, ahora debo lidiar con los imbéciles que intentan sobrepasarse con ella, ya no respetan el hecho de decirlo en frente de mí, cada vez son más descarados.
Acaricie los nudillos y busqué a mi prima con la mirada, ya tendría que estar aquí. Encendí el aire acondicionado por el calor tan endemoniado que tenía, este clima no hacía más que empeorar mi humor. Le dejé mensajes y ni siquiera los había visto, Sky a veces puede resultar irritante.
La puerta del copiloto fue abierta y una melena castaña con rallos rubios y uniforme de animadora se coló agitada y cerró la puerta agresivamente.
— ¡¿Qué carajos?!
— ¡Arranca Idiota!— me gritó la reina de Roma.
— ¿Qué pasa?
Me señaló la ventana y tres compañeras del equipo de animadoras la estaban buscando. Sin preguntar encendí el auto y arranqué.
— Apaga el aire acondicionado— pidió, pero ella misma lo hizo. No objeté, estaba roja y toda sudada, dicen que si mezclas calor con frío tú cara se tuerce, no me gustaría que ella terminara así, aunque si lo pienso mejor nos haría un favor.
Bajé las ventanas del auto para que el viento nos soplara, finalmente salí del estacionamiento de la escuela y me dirigí a la autopista.
Sky apoyó la cabeza contra la almohada que respalda el sillón, ya un poco menos agitada habló.
— No puedo creerlo, me llaman zorra solamente por unas putas fotos que ni siquiera yo misma publiqué— se quejó.
— Podemos pedirle a Elijah que las elimine— sugerí. Mi hermano mayor se encarga de todas las cuentas de los Johnson y tiene gran conocimiento informático.
Ella giró la cabeza.
— ¿Cómo no se me ocurrió antes?
— Porque estas en tú etapa tonta en la que debo pensar por ti— respondí a modo de broma. Ella cruzó los ojos y me dio un pellizco en el brazo—, carajo, ¿por qué siempre eres tan violenta?
— Cállate.
Tiró dos mochilas a los asientos traseros y luego ella con maestría se pasó atrás.
— Solo conduce, me cambiaré.
A veces me sentía como el peón de la abeja reina.
— ¿Cómo está Dereck?
— No lo sé, no he hablado con él desde ayer, no contesta mis llamadas y ni siquiera fue a la escuela.
— ¿Estás segura de lo que haremos? Esto no es cualquier cosa Sky.
— Ian, estoy preocupada, hay muchas cosas que él me oculta y necesito saberlas, ¿Por qué alguien quiere que termine con Dereck?
No me mordí la lengua y lo dije:
— ¿Y si está con otra? ¿Por qué debe tener algo oscuro y prohibido para sospechar que está en malos pasos?
— Dereck nunca te ha agradado, ¿podrías ser tú el responsable?
— ¿Yo? ¿Qué bicho se te ha metido a la cabeza?— me sentí ofendido por su suposición.
Guardó silencio por el resto del camino, llegamos al centro de reposo y fue ella la primera en bajarse. Peino el cabello corto y ocultó los mechones rebeldes detrás de las orejas.
— Discúlpame.
Apreté el botón para asegurar el auto y caminé de prisa con Sky pisándome los talones.
— Ian…
— ¡¿Qué?!— paré.
— Discúlpame.
Coloqué el dedo índice y medio tras la oreja.
— ¿Qué has dicho?
— Que me disculpes idiota.
— No era necesario el insulto.
Me sacó el dedo medio.
— Recuerda que la familia siempre es lo primero, no me agradas pero jamás haría algo para dañarte.
— ¿No te agrado?— aparentemente eso fue lo único que escuchó.