Capítulo 1

(Dos años después)

Caminé desesperada por los pasillos vacíos del instituto, decir que estaba furiosa le quedaba realmente corto a como me sentía. Ese chico me volvería loca en cualquier momento, lo presentía. 

Saqué nuevamente mi teléfono del bolsillo trasero de mis shorts blancos ¿Por qué carajos no me respondía? Fui al parqueadero y su moto ya estaba ahí estacionada, está aquí pero no tengo ni la más mínima idea dónde.

— ¿Señorita Johnson se puede saber por qué no está en clase?—La orientadora escolar se acercó.

Suspiré. Creí que había sido algún maestro. Giré sobre mis talones y me encontré con una castaña de mediana edad subida en unos estilizados tacones color purpura que hacían conjunto con su vestido de ejecutiva del mismo color. Me miró burlona con esos ojos color café.

— Amanda, ¿qué haces aquí?

— Trabajo aquí Sky— respondió obviando mi pregunta.

¡Ay mierda!

— Y bien…

— Está bien, está bien— levanté mis manos en señal de rendición, apreté el teléfono entre mis dedos y acomode la camisa campesina verde menta—. Busco a Dereck, estoy muy preocupada.

Se acercó y rodeándome con sus brazos me apretó contra su pecho en un abrazo.

— Te preocupas por pequeñeces

— Pero es que él…

— Ahí viene

Se preguntaran, ¿Por qué tanta familiaridad con una mujer que podría delatarte a directivas? Sencillo, lo llamo preferencias, Ja a quien engaño, Amanda es la novia de mi padre y a quien le debo mi amor y gusto por los tacones.

Ella se apartó e inmediatamente sentí unos brazos varoniles junto a un delicioso perfume caro.

— Hola pequeño cielo.

— Eres un estúpido— menos mal no había llorado, el odia que llore por su culpa.

— Vámonos, aquí nos pueden ver.

Dejamos a Amanda atrás y caminamos hasta el campus para escondernos bajo las gradas. Él acomodó mi cabello rebelde tras mi orejas y pude observar en primer plano sus ojos avellana, pupila café y contornos grisáceos.

— ¿Dónde putas estabas?

— Hey tranquila.

— Se supone que irías el viernes a mi presentación y justo ese día hasta hoy desapareces con un maldito mensaje de “Te deseo suerte pequeño cielo”— Observé su brazo izquierdo en donde tenía unos extraños símbolos tatuados, todos ellos cubrían las cicatrices que adornaban su piel.

— Lo siento Sky

— Te conozco, así que no me vengas con esa jodida mirada.

Sonrío y esta vez acaricio mi mejilla.

—Estaba en el funeral del hermano de mi madre.

No sé por qué pero preferí que me dijera eso a decirme que tuvo otra de sus crisis, vale… su tío ya no está vivo, pero mi actitud frívola y egoísta me hacía aliviarme por eso.

— ¿Tú estás bien?

— Excelente mi cielo.

Ahora sí con todas las de la ley, pegué mi cuerpo al suyo y él condujo sus labios a los míos. Primero dio un mordisquito en mi labio inferior para finalmente invadir mi boca con su lengua, pasé mis brazos por su nuca y una holeada de excitación recorrió mi cuerpo, lo detuve.

— ¿Ya no estás enojada?

—Solo un poquitín— admití—. Te extrañé idiota.

—Yo a ti, ¿Cómo estuvo la competencia?

Guiñé el ojo—. Clasificamos de segundos.

—Mmm seguramente esperabas más.

—No te equivocas, pero… como no estuviste ahí para ver cómo nos robaban nuestra coreografía deberás pagarlo de alguna forma.    

Lanzó una carcajada de esas que me gustan.

—Cualquier cosa que pienses, te digo de una vez, no.

Debe de estar traumado, la última vez pasó algo similar le pedí que me acompañara de compras, fue bastante divertido ver como un chico rockero y arrogante iba de compras con su novia entrando de aquí para allá con bolsas y más bolsas.

—Por favor…

—No.

— ¿Por mí?

—No.

— Perfecto, le diré a Ian que me acompañe.

— ¡NO!

Di justo en el clavo, por cosas de la vida mi chico tiene un odio descomunal hacía Ian un chico que de manera burlona me pidió que saliéramos pero aparte de ser el capitán de Básquetbol , es mi primo.

— ¿Entonces tú irás?— Asintió resignado.

— Te escribiré— Dejé un beso casto sobre su mejilla y salí presurosa a la cafetería, antes me aseguré que nadie me hubiera visto.

Gracias por seguir leyendo, jejeje 🍭