Los demonios de Dereck

Capítulo 3

Finalmente sola en casa y haber fregado los platos, saqué mi teléfono para escribirle a mi sexy novio.

“¿Pijamada con tú caliente novia?”- Sky.

No pasaron ni dos minutos cuando entró un mensaje.

“Llego en media hora”- Dereck.

“Te espero ;)”- Sky.

Me lancé a mi cama con mi laptop en mano, solamente con una camisa negra de las que Dereck ha dejado en mi casa y bragas cachetero color rosa.

Este es el mes de las aplicaciones a la universidad y por el momento aún me debato entre psicología o periodismo, ya sé que no tienen relación entre sí, me encanta la primera profesión porque el campo de las percepciones y sensaciones es demasiado amplio, además el ejército posee grupos investigativos sobre el comportamiento humano de los que me gustaría ser participe (ya sé que suena bastante ambicioso) y la segunda me abre las puertas al mundo del espectáculo (aún más ambicioso). La universidad de San Diego es una de mis favoritas pero a inicio de año me enteré que Dereck está interesado en Stanford la cual pondría una distancia de 693 kilómetros con 431 millas entre nosotros.

Tan puntual como siempre, tras media hora de espera el timbre sonó, salí presurosa de la habitación y ahí estaba él con su cabello despeinado, un piercing en su oreja derecha, ojos avellana, ropa negra con este calor tan jodido, botas militares y el maletín a los hombros.

— Pequeño cielo— lamio sus labios como sabía que a mí me gustaba.

— Grandísimo idiota— abrí más la puerta para que el hombre pasara, cerré la puerta y me escaneó con la mirada, le ponía duro cuando me veía con sus camisetas.

Besé sus labios y antes de subir las escaleras pregunté:

— ¿Has comido algo?

— SÍ — pasó su mano por mi cintura y me apretó contra su cuerpo, llegamos a la habitación y tirando su mochila al suelo junto a sus botas, vi que estaba relajado (nada comparado a como estaba esta mañana).

— ¿Tienes tarea?— Negué.

— Hannah se quedó conmigo en la biblioteca para ayudarme con cálculo.

Sacó un cuaderno de la mochila y al ver que tenía intenciones de acostarme en la cama, el hizo exactamente lo mismo.

— Me pregunto cómo una chica tan hermosa como tú, prefiere quedarse en casa con su problemático y bastardo novio haciendo nada, cuando tienes otro mundo a tus pies.

— Mmm mira que ese novio “problemático y bastardo” la hace sentirse llena de vida y adrenalina, podrá tener todos los mundos que quiera a sus pies, pero si no encuentra en un solo mundo a un chico llamado Dereck Weston entonces nada importará.

Él suspiró con un deje de tristeza.

— Escucha, sé que para nuestra edad este sentimiento puede ser banal y que tú vida sea una porquería pero… el amor tan inmenso que siento por ti, simplemente no lo puedo describir, me importa un trasero si eres imperfecto y saliste defectuoso… yo también lo soy y es eso lo que nos hace el uno para el otro, tú tienes las piezas que me hacen falta y yo tengo las tuyas.

Ahora sí, él sonrió y dejó un beso en mi cuello.

— No entiendo como pude enamorarme de tú tremenda honestidad y tú “sutil” manera de decirlas.

— ¡Hey! No tengo la culpa estúpido.

— También te amo pequeño cielo.

Hace una semana comencé a verme una serie de Netflix “Scream” y gira en torno al asesino Brandon James y desde hace cinco minutos le perdí el hilo al capítulo así que tuve que ponerle Stop. Los labios de Dereck apretaban el lápiz y su bendita ceja perforada me desconcentraban, él lucía tan tranquilo resolviendo ecuaciones de cálculo avanzado y yo con las bragas empapadas.

— Deja de mirarme así Sky.

— ¿Cómo?

— Como si quisieras que te follara muy duro.

Le lancé un puño con todas mis fuerzas en su muslo derecho y él respondió con un gritito agudo.

— ¡Diablos Sky me engranaste la pierna!

— ¡Tú me dejaste sorda! estamos a mano.

Humedeció sus labios, cerró mi laptop y dejándola de lado junto a su cuaderno, se abalanzó salvajemente a mis labios; en un movimiento ágil, pasé una pierna por su cadera y mis brazos sujetaron su nuca.




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