Los Demonios Mentales (libro 1)

Capítulo 8

Capítulo 8

 

“Clases De Guitarra”

 

Pasaron pocos días y nada había cambiado. Pero hoy era el día donde aprendería a tocar la guitarra, mi primer día.  Que emoción tengo.

Abrí los ojos y me senté en la cama.

Había preparado la guitarra, mi madre se había encargado de comprarme el estuche donde guardaría la guitarra acústica y tenía un poco de nervios… por muchas cosas y no podía imaginarme como seria aprender lo básico de la guitarra.

Mi padre en la cena de anoche se animó a preguntarme: “¿Cómo te fue en la psicóloga?

¿Cómo te noto? ¿Te pregunto porque volviste?

Dime todo lo que te dijo y lo que le dijiste.

¿Te hizo dibujar? ¿Te hizo contarle lo que hiciste todo el año que no asististe a las terapias con ella?”

A veces le contestaba un poco desanimado y me gritaba delante de mi hermana y mi madre. Qué vergüenza me hizo pasar porque nadie decía nada, dejaban que me gritara como a un niño, como a un pequeño niño indefenso.

—Habla como corresponde, Yannick.

Su voz me quedo grabada en mi mente y cada vez que la recordaba venia ese irritante escalofrió en todo mi cuerpo.

Había hecho que la comida me caiga mal por eso luego de la cena, me dolió el estómago un par de horas.

Supongo que estaba enojado por las clases de guitarra, pero eso no tenía que importarme, porque son cosas de las que no tiene que enojarse y si lo hace problema de él.

En la cena, miraba el plato de arroz con pollo mientras trataba de expulsar las palabras o los recuerdos que tuve con la psicóloga.

Me acuerdo que me empezó a venir un fuerte dolor en la boca del estómago que me daba ganas de soltar el tenedor y salir corriendo a mi habitación, pero no podía hacerlo.

 Sentía las miradas de mi madre y mi hermana, cada vez que mi padre me interrogaba.

Que horrible cena.

Me coloqué una camisa color blanca, con unos jeans color negro, mi cuerpo se veía más delgado de lo habitual. Me acerqué a mi espejo y me arreglé un poco ese mechón oscuro que me tapaba el ojo izquierdo.

Tomé con mis dos manos, mi guitarra con su estuche negro y bajé las escaleras.

— ¿Ya te vas guitarrista? —Me dijo Melody con una sonrisa.

—Si.

Se acercó y me dio un beso en la frente. Sentí su rico perfume a frutilla que siempre llevaba los días que ella quería porque luego estaba el perfume con olor a durazno.

Mi madre estaba sentada con las llaves del auto en la mano y me entregó una leve sonrisa cuando me vio.

— ¿Ya estás?

—Claro.

Se paró y abrió la puerta para sacar el auto. Me acerqué a la ventana de la cocina, y vi la casa de en frente donde vivía un hombre solo.

Nuestro vecino.

Era simpático, siempre me saludaba, siempre salía a hacer compras, y también siempre salía a caminar o a correr.

Vivía solo, pero creo que es divorciado y tiene una hija.

Su casa me la aprendía de memoria ya que casi todos los días cuando bajaba por la escalera miraba la ventana y lo primero que se encontraban mis ojos eran con su casa.

—Cada vez tu pelo se hace más negro y tu piel luce blanca como la nieve —Oí la voz de Melody detrás mío.

Me di vueltas y se hallaba sentada comiendo un chocolate.

Miré su comida y ella sonrió. Me hizo seña a ver si quería un pedazo, pero le dije que no con la cabeza.

—No te pintas el pelo en secreto ¿no? —Me preguntó con una mueca en su rostro.

—No, claro que no.

—Ya sé, pero es muy raro.

Mi hermana era muy graciosa, y muy feliz… Bueno eso parecía. Yo siempre me levantaba con menos ganas de vivir, cuando ella siempre se arreglaba, se maquillaba y se levantaba con una sonrisa, parecía que estaba a gusto con la vida que le toco.

—Es muy extraño que un blanco como tú, tenga el pelo negro azulado.

—Eso mismo pienso yo.

En general los de color de mi piel, eran rubios naturales o pelirrojos.

“¡Yannick!”

La voz de mi madre. Seguro, ya había sacado el auto y estaba lista para llevarme a mi primer día de clases de guitarra.

—Suerte, aprende mucho.

—Seguiré tus palabras sabias.

Nos devolvimos unas sonrisas y me colgué la guitarra para irme. Tragué saliva y pensé… ¿Qué te pasa Yannick, estas nervioso?

La verdad que sí. Había cosas buenas y malas de esas clases si pensabas…

Las buenas: aprendería a tocar definitivamente la guitarra para llevar a cabo mi plan. Me sacaría todas las dudas, y podría empezar a subir videos de Youtube.



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En el texto hay: demonios, depresion, drama

Editado: 23.03.2024

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