Los Demonios Mentales (libro 1)

Capítulo 25

Capítulo 25

 

 

"Acepto"

 

 

Mi abuela mostró una sonrisa de esas que muestran su opinión... cuando piensas que haces linda pareja con una persona.

"No me gusto."

Apenas nos conocíamos y en realidad me sentía un poco incómodo con esos temas de los cuales no tenía la experiencia adecuada.

En realidad, la presenté como una amiga y en realidad era mi primera admiradora de los videos de youtube que subía a internet.

Si me ponía a pensarlo, era algo loco, pero era la verdad. Cheryl vino a decirlo, primero, me dejaba notas hasta que las encontré y me conto todo lo que pensaba de mí y eso me gustaba.

Escuchar pensamientos de otras personas, me abría la mente. Porque era bueno escuchando y quería ver si coincidían en una de las tantas cosas que mi mente compleja, piensa.

Mi abuela me guiñó el ojo y yo le devolví una mirada media enojada y la miré con el rostro de: "Abuela, no lo arruines, ella es solo mi amiga".

Una vez de ese momento tan avergonzaste, dentro de la habitación pequeña, Cheryl se sentó en la cama como lo había hecho Jazmín y empezó a hablar.

—Tu abuela me cae bien...

—Es amigable.

—En realidad no por eso.

La miré y levanté una ceja, mientras me separaba de mi rostro ese mechón que siempre iba a tapar mi ojo izquierdo. Es increíble que ya la haya analizada psicológicamente a mi abuela tan solo unos segundos.

—Su mirada en nosotros.

Me reí y luego me quedé en silencio, porque de verdad estaba algo avergonzado y no sabía que responder.

—Pues piensa que nos vemos bien— Indicó Cheryl haciéndome sonrojar.

—En realidad no estoy en el tema de buscar una novia, es la primera vez que me ve con una chica como tú, por eso se mostró de esa manera, esta algo sorprendida.

— ¿Por qué Yannick?

Me senté al lado de ella y mi vista se dirigió a la guitarra que estaba apoyada en la pared del cuarto.

Estaba concentrado en poder cumplir mi sueño, era la respuesta, mintiendo un poco.

Además Jazmín era la chica que me había hecho sentir muchas sensaciones desde que era muy pequeño y ella había tomado mi corazón y lo había roto en mil pedazos.

—No sé.

—Si lo sabes, lo que sucede es que no quieres decírmelo.

—Quizás, pero no lo tengo bien en claro.

Ella me tomó la mano y enseguida mi corazón empezó a latir, mi garganta se secó lo que provocó que tenga que tragar saliva para calmarme y me quede quieto. Cheryl estaba tocando mi mano y yo no quería... pero no era por ella, si no que era por mí, no quería que estas cosas avanzaran.

—Solo quiero que sepas que te esperare.

Sentí su voz suave y tranquila.

Asentí.

—Está bien.

—Algún día estarás maduro para poder empezar algo con una chica que tiene una mente compleja y dice que te ama demasiado... —Suspiró con tristeza— Que desde que te vio, dice que esto es especial, que nosotros podemos... podemos ser algo más, valemos tener algo distinto que a las otras personas les parezca extraño, porque estamos rodeados de mucha gente que no nos entienden y eso es lo difícil, vivir con ellas.

Escuché su respuesta y era muy lindo lo que pensaba de nosotros.

—Tu imaginación, Cheryl.

—Quizás...

—Necesito tiempo, además apenas te conozco, no puedo, de ninguna forma.

—Lo sé.

Tomé su mano para dejarla a un costado de la cama, y que ya no toque mi piel, porque no quiero ilusionarla, en algo que no puedo darle.

No puedo salir con ella.

Aunque sienta que la conozco, aunque sea buena, aunque me regale lo mejor del mundo, no puedo. Quizás porque soy inmaduro, y no puedo soportar la idea que salir con alguien te hace maduro porque estas empezando a aprender a ponerte en compromiso con alguien o no sé realmente lo que pasa. El miedo es una de las causas también, estoy lleno de miedos, soy débil, pero trato de no demostrarlo, trato de hacer como que no me importa nada, cuando en realidad me importa todo.

Es triste, pero es de verdad.

— ¿Amigos?

Ella dudo un poco antes de responder.

—Amigos.

Me alegraba escuchar que entienda que nosotros solo podemos ser amigos y nada más, por la culpa mía, solo eso.

Ella sonrió y yo me sentía avergonzado, porque siempre eran las chicas que rechazaban a los chicos porque no estaban listas, pero esto era al revés y eso me hacía pensar que era un completo estúpido, pero la verdad no era esa, la verdad era que estaba completamente loco. Pero a veces los locos, somos mejores que las personas normales.

—Esto no va a quitar que yo siga enamorada de ti.

—Supongo que no.

—No supones, no, es así— Sacó un cigarrillo — ¿Puedo?

Dejar la habitación, llena de humo, no era buena idea, así que abrí la ventana y ahí le dije que puede encender uno.

— ¿No tratas de dejarlo?

—No.

—No sabes para todo lo que es malo...

—Sí, pero es mejor para mí.

La miré y no dije nada, entendía su dolor, entendía por lo que estaba pasando y era bastante comprensivo, pero a la vez, era triste ver a una chica de esa forma. Me gustaría ayudar a personas con trastornos depresivos, pero luego pensaba que era lo mismo que me pasaba a mí, nada más que reflejados en otra persona... ¿Cómo podría ayudarlos, entonces?

Cheryl dirigió la vista a mi guitarra que estaba apoyada en la pared, mientras sostenía el cigarrillo y se sorprendio como si hubiera visto realmente a un "famoso" allí parado.

—La estoy viendo de cerca.

—Es solo una guitarra.

—Pero siempre la veía en los videos y ahora como verla de cerca es realmente asombroso para mí —Dijo sorprendida, luego se paró y fue hacia ella — ¿Yo soy la primer fan que conoces verdad?

—No creo que tenga otra.

— ¿Por qué?

—Porque no.



#11874 en Joven Adulto
#12254 en Thriller
#5002 en Suspenso

En el texto hay: demonios, depresion, drama

Editado: 23.03.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.