Los Demonios Mentales (libro 1)

Capítulo 27

Capítulo 27

 

 

"Primer beso"

 

 

Tomé otro vaso de cerveza más para que mi rostro arda más de lo que estaba haciendo, mientras que sentía el humo del cigarrillo llegar a mi nariz.

Cheryl al lado mío.

—Qué bueno que hayas querido festejar tus cincuenta mil suscriptores.

—No es una buena idea, pero aquí estoy.

Dije, más que nada. En realidad estaba aquí porque quería festejar otras cosas...

Tener 50.000 personas que te apoyen es genial, y se los agradezco mucho, por oprimir el botón y tomarse el tiempo de ver uno de mis videos, pero la verdad que no solucionaba nada de mi mente, porque nadie podía curarme y tampoco quiero que nadie me ayude porque nadie me comprende así que... no hay nada que aclarar.

— ¿Por qué no es una buena idea?

—Porque para un gran festejo es cuando llegas a un millón de suscriptores cosa que nunca llegaré...

—Si vas a llegar.

—Siempre tan positiva.

—No lo creas, solo contigo soy positiva.

La miré y a Cheryl le brillaban los ojos. Esta vez tenía su cabello teñido de un verde bien fuerte como de verdad quería lograr que se vea su cabello y le quedaba bien. Sabía que mantenerlo de ese color, era bastante difícil, ya que tenías que teñirte el pelo bastante seguido, porque ese color fantasía se lava enseguida con el agua. Parece que a Cheryl hoy no se le olvido pasarse un poco de tintura.

— Entonces ¿No eres positiva? —Pregunté.

—No, todo el tiempo veo lo malo que tiene la vida o sea casi todo porque la vida es una mierda si te pones a pensar.

Largué una pequeña risa, pero si tenía razón.

—Solo por ti soy positiva.

La observé y ella tenía la vista clavada en mi rostro lo cual me hacía poner nervioso, pero tenía que dejar esos sentimientos que me hacían idiota. No podía estar con ella, por su propio bien.

— ¿Sigues teniendo esa fantasía por mí?

Pregunté mientras sonreía por esas preguntas estúpidas... Digo estúpidas porque hace un año que conozco a Cheryl y por lo tanto salimos muchas veces a discotecas y la vi besándose con un chico distinto todas las noches.

—Si.

No dije nada porque no le creo.

—Pero estoy tratando de olvidarte... porque quiero darte tiempo y quiero esperar hasta que crezcas de altura y llegues a pasarme o al menos llegar a mí misma estatura.

Me reí y ella también lo hizo. Nuestras risas hicieron eco y la verdad que se sentía bien reír un poco con una amiga, una noche en dónde estabas tomando demasiadas cervezas y ella fumando demasiados cigarrillos.

—Solo un poco de estatura me falta, no me pasas tanto.

—Sí pero soy más alta que tú —Suspiró.

—Pero en realidad no es eso, solo era un chiste malo, el problema es porque tú no te sientes preparado, por eso te estoy esperando.

De nuevo, largué una carcajada, pero esta vez solo yo lo hice, mientras ella me miraba con una ceja levantada, pero no le prestaba atención a su actitud, seguía riendo porque sentía ganas de seguir.

Solamente porque esas frases la utilizaban para una película, o una serie, o una novela, en la vida real casi ni siquiera existen esas palabras porque lo dicen mintiendo y no tiene el mismo efecto.

— ¿De qué te ríes?

—De que dices que me estas esperando y cada vez que salimos te agarras a un tipo diferente todas las noches, te besas con lengua y todo.

Hice una mueca al recordar a Cheryl con unas de sus prendas de poca ropa... besándose con un tipo que conoció esa misma noche.

—Es que me imagino que tienen tu cara.

La miré y levanté una ceja, luego le pegue un empujoncito muy suave para que se dé cuenta que estaba hablando idioteces.

—No seas ridícula.

Ella sonrió con ironía.

—Bueno me tengo que divertir.

Suspiré y luego negué con la cabeza, mientras bebía un sorbo de cerveza, medio resignado ante esta conversación.

—Y yo me estallo de risa porque ni siquiera hablas con una chica.

No contesté, preferí sentir el gusto amargo de mi cerveza en la garganta.

—Además solo son noches con esos chicos, nada más.

Ni siquiera podía imaginarme con todos los que se habían enrollado Cheryl... por favor ¿Ni siquiera lo pensaba?

—Al menos usas protección ¿no?

— ¡Claro que sí! No quiero quedarme embarazada a los diecinueve años.

La verdad que Cheryl sí que tenía problemas... Pero no quería ponerme como un estúpido consejero y decirle que algún día de seguro se iba a olvidar de cuidarse y más si bebía en exceso como siempre lo hacía.

Recuerdo una vez que la vi caerse en una discoteca y que unas amigas de ella, la tuvieron que ayudar porque no podía mantenerse en pie. Estaba en peligro...

—Bueno solo quiero que sepas que quiero que tengas cuidado.

—Pronto lo dejaré de hacer cuando me vaya a New York a ser actriz... Una de esas grandes actrices...

—Pero mientras tanto cuídate...

—Bueno papá...

Asentí conforme. Aunque lo había dicho sarcásticamente, lo ignoré.

Espero que cumpla su sueño es lo único que pienso y deseo. Por el bien de ella, para que pueda recuperarse de su depresión.

Me gustaría comprar una película o ir al cine solamente para ver a Cheryl actuar y cuando estén sus escenas me venga una alegría por ver que está haciendo lo que le gusta de verdad.

— ¿Quieres probar? — Me señaló el cigarrillo.

—No se...

— Yo solo te digo que cuando estás muy nervioso o ansioso esto te calma demasiado.

El cigarrillo es malo, pensé.

Tienes riesgos de contraer cáncer en cualquier órgano si lo fumas en exceso, pensé.

Hace mal a los pulmones, pensé.

Es adictivo...

Mis padres se llegaban a enterar... no sé qué pasaría. Más bien mi madre y mi padrastro.

Pero todos esos pensamientos desaparecieron cuando tomé un cigarrillo y lo observé. Delgado, largo y blanco como muchos lo describían.



#11875 en Joven Adulto
#12257 en Thriller
#5002 en Suspenso

En el texto hay: demonios, depresion, drama

Editado: 23.03.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.