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Su sonrisa se borra, pues al voltear la hoja ¡Sorpresa!, se encuentra otra nota, la cual lee en voz alta:
• "Te dije que tú tiempo perdías al intentar descubrir quien soy, pero, para ser justos, una pista te doy.
En el parque de tu comunidad la gran estatua de un bebé en pañales encontrarás, en sus flechas una hoja encontrarás, y en ella la información encontrarás''
-F.B
¿En en parque de mi comunidad?, la estatua del bebé en pañales... ¡Ya lo sé!, en mi comunidad hay una plaza y en ella hay un pequeño parque, en el parque hay una estatua de ''Cupido'', puesto que ahí se celebra ''San Valentín'' o ''El día del amor y la amistad''
-La estatua de Cupido.- Decimos al unísono
-Me coloco una camisa y vamos.- Yo asiento y me vuelvo a sentar en uno de los pocos muebles.
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Luego de unos pocos minutos el sale ya con una camisa y, lo admito, me quejé un poco.
Salimos de su casa, no sin antes despedirnos de su madre y su hermanito. Y nos dirigimos al parque en busca de aquella pista.
-Kevin, yo...- Trato de romper el silencio o la barrera invisible que nos separaba. Era un silencio incómodo, yo solo quería explicarle porque no le había hablado.
-Solo dilo.- Dice encogiéndose de hombros, al mismo tiempo que escondía sus manos en los bolsillos de su pantalón.
-Es que...- Lo miro de reojo y muerdo mi labio inferior, demostrando que estoy nerviosa.- No sé por dónde comenzar...- Suelto una pequeña risilla llena de nerviosismo.
-Pues, por el principio, ¿no?- Dice soltando una risa. Le doy una mala mirada y deja de reírse.
-Bueno, para comenzar, yo si quería hablarte, pero mi... madre, no me dejaba hablar contigo.- Un leve rubor se instaló en la zona de mis mejillas.
-¡Dios!, sabía que era irresistible, pero o para que te sonrojaras.- Volteo mi rostro lista para darle otra de mis miradas matadoras, para luego, darle un puñetazo en el brazo.- ¡Calma fiera!, me imaginé que tu madre no te permitiría hablar conmigo, ya sabes, por lo que dice todo el mundo...-Baja su cabeza y patea una pequeña piedrecilla que se atravesaba en su camino.
-Sí, que bueno que sacaste tus propias conclusiones, porque se me estaba haciendo difícil explicártelo todo... Además, ¿qué demonios le pasa a la gente?, ¿no saben que a un libro no se le juzga por su portada?, la portada puede estar maltratada, puede ser la peor portada, pero cuando abres el libro y vez su contenido, quedarás fascinado con la maravilla que lees. – Inhalo y exhalo un poco, ya que las palabras las había dicho con mucha rapidez y sin descanso.- ¿Sabes?, no eres para nada como dice la gente que eres.- Lo miro y le doy una sonrisa dulce y ladeada. El me la devuelve.
-Nunca nadie me había dicho algo tan bonito.- Clava sus ojos en mí al mismo tiempo que dejo de caminar.- Gracias, de verdad Oriana.
Yo me sonrojo una vez más y aparto la mirada.- Creo que deberíamos seguir caminando, ya falta poco.
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Llegamos al bendito parque, el cual quedaba más lejos de lo que pensaba, ¡Estoy que me derrito!
Le hago una seña a Kevin para que me siga, ya que estaba caminando hacia la estatua. Como decía en la nota, al llegar a la estatua busco directamente en el carcaj de flechas que cuelga en el hombro del bebé-estatua; enrollado en una de sus flechas estaba un papel, lo tomo rápidamente y leo en voz alta:
- ¡Que inteligente que eres!, pensé que no vendrías, ¿pues quien en el villano confía?, desde luego solo tú cariño, eres única, ¿lo sabías? Lo prometido es deuda, aquí está la pista:
''Hace mucho tiempo que nos conocemos, pero de eso ya no se habla, pues hace mucho tiempo fue. Tal vez no me recuerdes querida''
Veo que viniste acompañada, eso se predecía, Hola Kevin querido, ¿qué tal tú día?... Pensándolo bien no me importa, solo quería ser cortés.
Esta pista a ningún lado los lleva, solo quería ver que tan desesperados estaban y que tanto en mí confiaban.
Hasta pronto queridos míos, esperen a la próxima, y no sean tan ingenuos, no esperen más nada, que de un villano nunca se escapa.
-F.B
¿Qué demonios?, ¿vinimos hasta acá por nada?
En un arrebato de furia tiré el papel al suelo y lo pisé repetidas veces. Siento unos fuertes brazos rodear mi cintura y alguien que en mi oído susurra:
-Cálmate.
Mi piel se eriza por completo al sentir su aliento caliente en la zona de mi oreja y cuello.