Los Desaparecidos

#15: Querido Abuelo

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Nos encontramos en la estación de policía, en este preciso momento Kevin está adentro siendo interrogado. Paola y Athena aún no llegan, lo cual me preocupa un poco, ya que yo seré la siguiente en ser interrogada y luego vienen ellas.

-Oriana Blanco.- Uno de los policías que custodiaba la puerta de la sala de interrogaciones me llama, queriendo decir que es mi turno.

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Ya estoy adentro con el oficial, que, para mi suerte (noten el sarcasmo, por favor) es el mismo de anoche, al cual no paso; y es que no lo paso ni con aceite vatel.

Kevin al salir me dijo que recordara nuestra coartada, a lo que yo asentí.

-Hola, Oriana, que alegría verte nuevamente.- Uyy, como deseo quitar con un golpe esa sonrisa de ironía que tiene en su rostro. Aunque creo que por la oscuridad de ayer en la noche no me fije muy bien, pero es lindo, peeeero lo que tiene de lindo lo tiene de imbécil.- ¿Te acuerdas de mí?, ah no espera, obvio que te acuerdas de mí; soy el oficial David Gómez, aunque repito, es obvio que te acuerdas de mí.

-Ahhh... con que el desgraciado tiene nombre.- Susurro asintiendo.

-¿Qué dijiste?- Pregunta con su rostro bañado en confusión.

-¿Te importa acaso?- Alzo las cejas. - ¿Vas a interrogarme o no?, porque si vas a seguir hablándome sobre ti, mejor me regreso a mi casa.- Le suelto con simpleza.

-¿Sabes que es un falta hablarle así a un oficial?- Se acerca a mi cruzándose de brazos.

¿Y este quien se cree para hablarme así?, digo, sí es un oficial, pero... ¡igual no tiene derecho!, bueno, no sabe lo que le espera; por alguna razón papá siempre me decía ''eres una falta de respeto, deja la respondedera''.

-¿Sabes que es una falta estar en una sala de interrogación y no estar interrogando a nadie?, inútil- Replico levantándome del asiento y poniendo una mano sobre la mesa- Además, ¿sabes?, creo que esto ya lo sabes... eres un oficial bueno para nada.

-¡Oye, niña!, me colmas la paciencia.- Escupe levantándose de la silla y señalándome con su dedo.

-¡Y tú me tienes hasta la coronilla!- Frunzo el ceño.

Segundos después se abre la puerta y entra el oficial que me defendió anoche de este... idiota.

-¿Qué pasa aquí, oficial Gómez?- Pregunta el oficial que acaba de entrar alzando una ceja.

-No lo soporto.

-Y yo no te soporto a ti, niña.- Me fulmina con la mirada y le da un manotazo a la mesa.

El otro oficial nos mira con una mueca de diversión plasmada en su cara, pero la borra inmediatamente cuando se da cuenta de que lo estoy observando.

-Oficial Gómez, deje de comportarse como un adolescente estúpido y salga que la interrogaré yo mismo.- Okay, eso de adolescente estúpidos me dolió...me llegó al corazón.

El oficial Gómez asiente y sale de la sala, no sin antes dedicarme una mirada de odio que yo devuelvo ahí mismo. En ese mismo momento, me siento y el interrogatorio empieza.

Me pregunta que si esto había pasado antes, yo lo niego. Aunque si había pasado anteriormente, con Key. Me pregunta porque estábamos solos y reunidos todos justamente ese día y yo solo le explico todo sobre nuestros cumpleaños.

Pregunta que si lo reconocí y lo niego; por último me pregunta que porque estábamos solo 4 personas (sin contar a Key) celebrando un cumpleaños doble, a lo que yo le digo la verdad, le digo que en realidad ninguno de nosotros tenemos muchos amigos.

Finalmente me deja ir, a lo que suelto todo el aire que no sabía que estaba reteniendo. Estoy nerviosa, aunque sigo sin entender el porqué; quizás estoy nerviosa porque tengo miedo de que descubran lo que estamos haciendo, porque temo que nos hagan algo si lo hacen.

Al salir de la estación de policías, mamá me intercepta y comienza a hacerme preguntas del tipo: ¿qué pasó?, ¿cómo te fue?, y etcétera.

-Basta mamá... tengo un poco de dolor de cabeza, justo en este momento solo quiero descasar.- Murmuro con una mueca.

Mamá simplemente asiente y me guía hasta el auto, en el cual entro y literalmente me arrojó en el asiento, descansando mi cabeza en el respaldo de este.

-Toma, esta pastilla te hará sentir mejor.- Mamá me extiende una pequeña pastilla y yo la agarro, para, seguidamente, tomármela sin agua, raspando mi garganta en el proceso.

-Iugh, sabe horrible.- Mi cara se arruga en una mueca de desagrado, como si hubiese mordido un limón o algo.

Mamá suelta una risita.- Descansa, quejona. Has tenido un largo día hoy.

Asiento y vuelvo a apoyar mi cabeza en el respaldo del asiento, al mismo tiempo que mi madre enciende la radio y suena una canción relajante, lo cual hace que me entre el sueño de repente.

Es algo confuso, porque no entiendo el lugar en donde estoy, es algo así como un jardín lleno de flores

Es algo confuso, porque no entiendo el lugar en donde estoy, es algo así como un jardín lleno de flores... oh, es el jardín de mi casa, o... bueno, lo que solía ser el jardín, porque ahora no está así de bonito.

Estoy en lo que parece ser una fiesta, puesto que todo está decorado con globos y el número seis está en casi todas partes. ¿Mi cumpleaños?, bueno, exactamente así lo recuerdo yo.




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