1.

🎵  Bad Reputation.

🖋️🖋️🖋️

Uno: Un buen regreso al insti.

𝑨𝒅𝒆𝒍𝒊𝒏.

Intentar equilibrarse con una caja llena de libros en una mano y un café recién salido de la estufa en la otra, definitivamente, no es una buena manera de empezar el día.

—Oye, gilipollas—escucho detrás de mí y no tardo mucho en reconocer la voz «Breeana» —¿No le ayudarás a Adelin con sus libros? Estamos demasiado liadas.

Leonardo se gira con el control del Xbox en las manos. Nuestro amigo no parece muy interesado al verme, de hecho, vuelve a concentrarse en su pantalla y me preparo para el ladrido de Breeana cuando él decide subirle volumen.

—¡Levanta tu culo sucio hispánico! —sigue y aprieto los labios—O juro que destrozaré esa maldita cosa, adicto.

Leo resopla y pausa el juego para vernos, blanquea los ojos y me ayuda con la caja, lastimosamente el café se me riega quemándome y suelto un quejido.

—No era tan difícil ¿verdad? —sigue ella y me siento en el escritorio antes de verla.

—Sueles ser paciente—comento en su dirección y la castaña se tumba en mi cama.

—Hoy no es uno de esos días donde lo soy, llevamos horas en el trasteo, intentando subir tus cosas y este pelele no ayuda casi a nada. Si tu madre no viene, él ni se levanta.

—Oye— Leo frunce el ceño mirándola— no es mi culpa que ayer me hubieras ofendido con Star Wars. Ambas.

—¿Qué? —arrugo las cejas— ¿yo qué?

—¿Por decirte la verdad? —se apoya sobre sus codos.

—Dices que Palpatine no es el más poderoso.

—Es que no lo es, Anakin fue el antagonista más poderoso y me la suda que creas que no.

—¡Y tras del hecho ves las películas sin mí!

—¡Tu no me esperaste para la quinta maratón, hispánico!

Empiezan una tonta discusión que no entiendo, por ello abro la red social en mi móvil observando los mensajes de Paul, trato de que no me afecte tanto el hecho de que siga con una actitud un tanto extraña.

Una bola de papel me cae en la cara y cuando levanto el rostro hallo a Breeana haciendo un avión con un papel amarillo.

—El hispánico dice que habrá una fiesta en un par de semanas, para el cumpleaños de Juliette, ¿quieres ir?

—¿Tú irás?

—No, prefiero evitar escenarios donde vea a las parejas compartiendo bacterias vía oral— se levanta para organizar mis libros en la estantería y lo agradezco, porque me arden los pies—. Quería saber si te espero con comida, tu hermana me ha dicho que puedo quedarme.

—Claro.

—¡Adelin, tu novio ha llegado! —mamá me llama y ambos me miran con los ojos entrecerrados.

—Estaremos abajo—avisa Leonardo y Breeana lo sigue—trata de no perturbarnos con los sonidos, estas paredes son demasiado delgadas.

Mis mejillas arden mientras me levanto a recibir a Billy, el rubio saluda con una palmada en el hombro a Leo y a la castaña le deja un beso en la mejilla distraídamente, mientras sus ojos verdosos me observan de arriba abajo con una sonrisa pícara.

Ahora tengo muchas ideas, con él, que no implican para nada la ropa.

🐼💜🐼💜

—Durante el último decenio, las anteriores generaciones se han encargado de llamarnos despectivamente generación de cristal, haciendo referencia a una juventud sensible. Una juventud que ha luchado durante su creación por lo que cree es correcto, una juventud y una generación que prefiere la sensibilidad a la violencia, que sabe que el estado físico y el emocional valen en la misma proporción. Suena increíble y lo es.

» Solo que no todo es vainilla, ya que, si te opones ante un sistema fascista, a este sistema, serás quemado en la hoguera, así que ellos prefieren ridiculizarnos y seguir en su cacería fascista de brujas, matando todo lo distinto y todo lo que intenta avanzar por sí solo...

Billy termina y aplaudo con una sonrisa en el rostro.

—¿Qué tal?

—Me ha gustado, pero— miro su hoja rayada con la pluma negra—podrías hacerle algunas mejoras.

Le acaricio el cabello y él me ojea para luego volver su atención al discurso que va a dar.

—¿Por qué? ¿Qué tendría yo que cambiarle? —frunce el ceño.

—Fascista, lo repetiste.

Una risa femenina detrás de nosotros nos hace girar, Astrid pasa junto a su grupo de amigas, no sin antes darme esa mirada felina de desprecio camuflada en esa expresión de niña santa que grita siempre soy la víctima.

—De hecho— Billy me toma la barbilla para que lo mire—fue lo que la maestra nos pidió, cariño. Repetir el título del discurso dos veces, es para una práctica con los niños de primaria...

—Oh.

Trato de ignorar la burla que emerge de los ojos de otra del grupo que nos mira con asco. Aprieto la carpeta bajo mi mano escuchando un murmuro que se repite en mi cabeza.

—Solo para robar novios sirve ¿a que sí? —replica Marisol pasándole un brazo por los hombros a Astrid.

El rubio decide no prestarle importancia y lo sé cuándo toma mi nuca llevándome contra su boca para darme un beso suave, me aparto cuando uno de sus amigos le pone una hoja blanca sobre la frente obligándome a mirarle.

—Que tenemos aquí, tortolitos estudiosos y fogosos—nos molesta Flynn antes de poner sus ojos marrones en mi la hoja de mi novio—. ¿Cuánto obtuviste? Matemáticas me ha dado por el culo.