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Conocer cualquier zoológico.
𝑨𝒅𝒆𝒍𝒊𝒏.
Entrecierro más mis ojos frunciendo el ceño, tecleo y vuelvo a borrar. La castaña sigue mis movimientos mientras toma gaseosa antes de ponerla sobre la mesita.
Tecleo y borro de nuevo. Tecleo, releo y...
—No me convence— suelto aire por la boca borrando las palabras y Breeana blanquea los ojos.
—Llevas una hora escribiendo un párrafo, solo uno—se queja por lo alto—solo ponle un punto después de la idea y listo.
—Pero es que me suena más la coma—explico—si lo leo en voz alta y pongo punto, no suena bien.
—Ponle punto y coma—refuta, tomando la laptop mientras lleva una papa frita a su boca y los dedos se le untan de grasa.
—¡No seas sucia, Bree! —la empujo logrando que la hamburguesa se mueva en el plato.
—¡Oye mis papas! —suelta mi laptop que tomo evitando el desastre. Se limpia los dedos con la servilleta—. Me hacía falta una buena hamburguesa.
—No hables con la boca llena.
Vuelve a girar los ojos, con fastidio y noto la notificación de Axel que le llega al móvil. Ella lo borra rápidamente y vuelve a masticar.
—¿No me vas a contar nunca? —pregunto tomando mi cajita de comida y abro mi hamburguesa.
—¿Contarte qué?
—Axel...
—¿Qué quieres que te cuente? —cuestiona— no tiene mucha importancia, la verdad.
—¿Qué está pasando? Te pones de mal humor cada que lo ves y... te pones seria.
—Me saca de quicio.
—¿Tanto como para que no lo bloquees?
Ella enarca una ceja. —No quiero que piense que me tome tal molestia.
—Yo creo que le gustas— me sincero.
Estos últimos días no hace nada más que buscarla y muy en el fondo se que ella lo nota. Pero siempre le huye, mirando a Trudy, ya que, todavía tiene su enamoramiento hacía alguien que nunca le prestará atención.
—Yo creo que se quiere meter entre mis piernas.
—Breana...
—Adelin.
Suelto un suspiro antes de llevarme el jugo de mango a la boca. —No es tan mal chico.
—No me agrada como amigo.
—¿Y cómo algo más?
Ella frunce más la ceja mirándome mal.
—Broma.
—No es gracioso—echa los hombros para atrás—. Podría decir algo de Miles y a diferencia tuya, yo si tendría argumentos.
—¿Qué tiene que ver Miles?
—¿Crees que no me doy cuenta de las miraditas que se hacen? —se me burla—Son muy evidentes.
—¿Miraditas?
—Sí. Además, cuando estás distraída se queda babeando.
—Eso no es así—sacudo la cabeza—él me ve como la que era su mejor amiga...
—No existen mejores amigos, solo hombres pacientes.
—Lo dice la que se la pasa con el suyo.
—Él no está enamorado de mí, Adelin. Me trata como otro de su especie.
—¿Y cuál es esa regla?
Se inclina la bebida sobre los labios mirando mi móvil que se enciende. —Si no te ven como otro simio, ya sabes a lo que van.
—¿Y cómo sabes que él no me ve como otro simio?
—Porque no eres fea, no como yo— suelta—. Además, él no te busca para jugar a la play ¿o sí?
Las mejillas se me encienden logrando que ella se ría de mí.
—Y tú no lo ves como tu inocente amigo.
—Las cosas han cambiado.
—Lo sé, pero Miles si se preocupa por ti. Además, es hora de que vayas superando a nuestro viejo amigo, Billy.
—Ya no siento lo mismo por Billy.
—Eventualmente lo superarás, pero ya han pasado meses y quiero verte muy bien con alguien más— se acomoda el cabello castaño desordenado detrás de las orejas— el otro día vi tus mensajes.
—¿Qué mensajes?
—Esos eróticos que tienes con chicos de por ahí.
Se me descuelga la mandíbula «¿por qué es tan cotilla?»
—¿Qué hacías mirándome el móvil?
—Estabas respondiendo al mensaje y, por accidente lo vi.
—¡Eres una chismosa! —la empujo y se ríe sin importarle.
—Ya, en serio— se hace para atrás para verme—honestamente, no creo que estes preparada para algo pasajero con alguien, créeme, luego le estarás llorando a tu ex y al de paso.
—Estoy bien sola.
—Si claro, y tu lista de deseos no involucra a una pareja.
—No todavía, ¿por qué no sigues tu consejo?
—Los hombres me aburren.
—Ajá.
Bree lo vuelve una discusión y odia admitir que gano, ambas nos quedamos en silencio luego de un rato cuando vemos la notificación que nos llega al tiempo. Miles ha subido un nuevo post.
—Ya te dije que las cosas no son iguales—me apresuro, adelantándome al comentario sarcástico que seguramente hará— Miles fue mi amigo y... eso no cambiaría, pero él y yo no nos alineamos, sumándole que probablemente yo lo seguiré viendo como un recuerdo del niño que era.
—Mira esto.
Se acomoda bien y alza las cejas al ver la foto del chico con audífonos y en el gimnasio.
—Madre mía... —exclamamos al tiempo.
Trago saliva con el video que subió, que en menos de cinco minutos ya tiene más de 200 me gusta.
—Por amor a los santos—murmura haciéndole zoom a las abdominales—esto no es para nada anticonceptivo, ¿por qué parece salido de un trabajo de Photoshop?
La canción termina y Breeana me mira.
—¿Segura lo ves como el niño de los viejos tiempos?
🐼💜🐼💜
Quiero matarla.
Quiero asesinar a mi hermana.
—¡Vale, estaremos en cinco! —cuelga el móvil y aprieto los labios acribillándola con los ojos —¿qué? Habíamos hecho un acuerdo.