Los Deseos De Adelin

17.

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𝑨𝒅𝒆𝒍𝒊𝒏.

Esto debe ser una maldita broma. Siento que la garganta me arde y no sé que hacer al respecto cuando Breeana los deja pasar.

Los ojos de Miles dan contra los míos y de repente, el sonido deja de existir, es como si el tiempo se detuviera, mi corazón desemboca latidos que yo misma desconozco y mis labios se entreabren, como si quisiera decir algo, pero realmente no me sale.

—¿Qué hace ella aquí? —es lo primero que le dice a Breeana.

—¿Por qué no me lo preguntas a mí y dejas de tratarme como si no existiera? —suelto de un momento a otro, capturando la atención de todos—. ¿Qué haces tú aquí?

Mis ojos viajan de él a Breeana que observa con detenimiento a Axel, quién, por cierto, tampoco le despega los ojos. Ella mira a Miles y luego a mi negando.

—No pienses que él y yo...

—Jamás se me ocurrió.

—Breeana está saliendo conmigo y Miles quería ser la niña caprichosa que recibe conos de mí parte, porque soy el que trabajo y por ello está aquí— interfiere Axel, apenas dejándome procesar.

Breeana lo mira como si tuviera tres cabezas y alzo las cejas cuando el chicho se me sienta al lado con una sonrisita coqueta.

—Eh, pero ¿qué hay de ti?

—Tu y ella... ¿ustedes están saliendo?

—Somos novios, aunque ella prefiere la categoría amantes discretos—le guiña el ojo mientras ella aprieta los dientes, Axel se vuelve hacía mi rodeándome los hombros con su brazo— Pero ahora que te encontramos aquí, tu grata compañía no se puede desperdiciar.

—De hecho, solo vine a traerle los apuntes a mi amiga— la miro— no me dijo que iba a tener compañía.

—Juro que no la iba a tener—fulmina con los ojos a Axel quién sigue apoyando un costado de su cabeza contra la mía.

—Levántate de ahí que pareces un borracho— exige Miles.

—Aquí estoy cómodo, hermano.

—Créeme que te sentirás más cómodo tres metros bajo tierra, si sigues molestando.

—¿A ti te molesta? —me pregunta Axel.

—Para nada.

—No vinieron para nada de eso— Breeana se nos acerca y toma a Axel del brazo, mientras él se levanta de la silla a regañadientes—. Miles, Axel y yo hemos estado haciendo un proyecto para Plan de Lectura y Pequeños Genios. Por eso están aquí, se que no esperabas que vinieran, y yo tampoco, así que no pienses mal. Y, el imbécil y yo no somos pareja.

—Aún—rebate él.

Suelta a Axel rápido con una expresión de disgusto. Mis ojos viajan de ellos a Miles que mira la escena aburrido y luego me observa a mí.

—¿Me veo como la clase de persona que mendiga un helado?

Breeana blanquea los ojos y niega pellizcándose el puente de la nariz.

—Iré a terminar esto rápido— me avisa— ¿vienes con nosotros?

—No, me quedo aquí mejor—ni me molesto en mirar a Wallace.

—No podría dejar a Adelín sola, imagínate la pobre toda aburrida— comenta Axel.

—Deja de creer que le gustas a todo el mundo—riñe mi ex mejor amigo— no molestes.

—Oye, oye, muestra algo de respeto por los lindos e inteligentes, campesino.

No puedo evitar la sonrisa que se asoma en mi rostro. No conocía este lado de Axel.

—Tu orgullo está rompiéndome los tímpanos— Breeana se mete.

—Apostaría que quisieras que te rompieran otra cosa.

—¡No seas idiota!

Vuelvo a reírme viéndola enojarse mientras él la mira como un cachorro sin hogar.

—Ya no se permiten bromas en está casa—me mira y aprieto los labios— mira que ella si tiene buen humor. Por eso me cae bien.

—Ya deja de parlotear— Miles le empuja el hombro— muévete que hay que acabar eso.

—Puedo quedarme con él, si no les molesta—digo y el pelinegro se queda viéndome— ¿qué? Tu debes terminar el trabajo con Breeana ¿no?

—Totalmente de acuerdo con la linda—me apoya Axel y Miles lo vuelve a empujar, advirtiéndole con la mirada. —Bree debe terminar el trabajo con alguno de los dos, ya que el primer proyecto se lo hice yo, favor que, por cierto, no me ha devuelto. Adelín no debe quedarse sola.

—No te preocupes por eso— Miles se cruza de brazos.

—Si— lo secundo— no te preocupes por eso...

—La acompañaré yo— se hace a mi lado— tenemos una charla pendiente. Hice gran parte del primer proyecto, así que lo más justo es que descanse en este, apartando las tareas de química que no has hecho y te he dado.

—Tampoco debes masacrar mi imagen de esa manera...

—Déjate de payasadas, Axel— lo quema con los ojos y su amigo se calla.

—Bien, bien, solo quería romper el hielo. ¿Qué le pasa a todo el mundo hoy?

«Eso también quisiera saber»

—Tu y yo, yo y tú— señala a Breeana que le da la espalda para subir las escaleras en caracol sin decir más.

Los vemos perderse en el segundo piso y clavo la mirada en el suelo. Realmente no quiero hablar con él. Saco mi móvil mirando mi galería en silencio, deslizo por las imágenes más recientes, una con mi familia y como no hay videos entonces me meto a capturas de pantalla.

Oh, ¡mierda!

—¿Ese soy yo? —pego un brinco cuando la voz de Miles me pega en el oído izquierdo.

Giro la cara y... grave error. Gravísimo, está tan cerca de mí que siento que podría besarme, me hago para atrás aterrorizada de la idea y él enarca una ceja con despreocupación.

—¡Claro que no!

Me rapa el móvil antes de que pueda bloquearlo y mi cara enrojece cuando se levanta observando la foto. Una sonrisita estúpida se le estampa en la boca y salto para alcanzarlo.



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En el texto hay: romance, friendstolovers

Editado: 28.03.2024

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