Los Deseos De Adelin

21.

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𝑨𝒅𝒆𝒍𝒊𝒏

Lo peor de decidir que es peor, entre darle una respuesta a tu crush de la infancia y ver a tu amiga en una ruptura de una relación que jamás comenzó, es que no estás seguro de como actuar o a quién decirle algo primero.

Breeana evita mirarme mientras me cuenta lo que sucedió con Axel. Al parecer después de la fiesta del sábado todo se jodió.

—No lo entiendo— digo—¿qué es eso que no puedes hacer? Trudy sabía que él iba a por ti, hace mucho tiempo, me enteré por Heather.

—El problema soy yo.

—Breeana…

—No me siento lista para esto, no puedo… mírame como estoy— se señala— yo no puedo, Adelín. Y es que yo lo comprendo, si fuera él tampoco me metería con alguien como yo.

Arrugo las cejas, sacudiendo mi cabeza.

—No digas tonterías, eres una persona magnifica.

Se tapa el rostro y mi pecho se aprieta al oírla llorar, no es del tipo de personas que lo hace muy seguido que digamos, intenta ocultar hasta la más mínima pizca si siente que no es necesario.

—Es que no me siento suficiente.

—Oye… —la abrazo— ¿acaso olvidaste las cosas que has hecho por tu cuenta?

—No— se esconde en sus manos— me gusta, es un idiota, pero me gusta y mucho. Y no se que diablos hacer porque no quería que esto pasará. Solo intento hacer lo correcto, yo sé la verdad.

—¿La verdad? —sobo su espalda.

—Si, que meterme con él terminará del mismo modo que con Román, no era una mala persona, era el tipo ideal, la relación ideal— saca su cara de mi cuello, limpiándose las mejillas— y lo herí, y siento que pasará lo mismo con Axel, porque, demonios, odio admitirlo, pero es bueno.

—Breeana, a veces, merecemos más que lo “ideal”. Si, Román pudo ser muy buen hombre, pero no era lo que querías, el amor no es algo que se deba exigir, son los ciclos de la vida, no debes culpabilizarte por ser humana—explico—. Sientes culpa, porque eres una persona empática y el dolor no es algo malo, lo malo es como lo procesamos.

Me observa con atención.

—Eres una persona que admiro, te amo por ser casi que una hermana para mí, has estado cuando nadie lo hizo, así que no importa la decisión que tomes, si quieres ir por él o no, si no te sientes lista, no debes presionarte, solo siéntelo y procésalo. Estoy y estaré aquí para ti. Siempre.

Vuelve a llorar abrazándome.

🐼💜🐼💜

—¿Qué pasó con Breeana? —pregunta mi hermana y aparto el cuaderno, pausando la música para ponerle cuidado.

—¿Por?

—Hay un chico abajo, con Miles, dijo que tú debías saber algo de ella.

Arrugo las cejas. —Ya bajo.

Salgo de la cama, me pongo mis pantuflas y bajo las escaleras con Tessa detrás. Aprieto la pijama contra mí al ver a Miles y a Axel.

—Hola— me repara Wallace de arriba abajo— ¿qué tal?

—Bien… ¿quieren pasar?

—No, gracias— el rubio se hace para atrás— ¿Sabes algo de Breeana?

Entrecierro los ojos. Mi amiga no estaba bien el otro día que confesó lo que había pasado y cómo se sentía. Su último mensaje fue “Estaré ocupada hasta mañana, te amo”.

—Dijo que estaba atendiendo algo.

—¿Atendiendo?

—Si.

—¿No te dijo si está en su casa o…?

—No, Axel.

Él respira hondo pegándose el móvil al oído.

—Gracias por la información, Adelín— me sonríe el rubio y asiento pasando los ojos a Miles que sigue con los brazos cruzados.

Se despide y me quedo con la ceja enarcada, sin entender muy bien lo que pasa.

—¿Qué sucede?

—Peleas de niños.

—Oye.

—¿Qué?

—Hablo en serio, ¿qué sucede?

—Nada en especial, ella no responde sus mensajes, porque al parecer otra lo besó en un mal momento y tu amiga los vió.

—Miles— Tessa sale a mi lado— ¿por qué no entras? ¿Ya te ibas a ir?

—En realidad, vine por otra cosa— me observa— ¿estás ocupada?

Mi hermana me codea.

—Estoy terminando un proyecto de filosofía, adelantándolo para final de año. ¿Por qué?

—Quería invitarte a un lugar— quita los ojos y sonrío— aunque si estás ocupada…

Intento fingir no estar locamente emocionada por la idea y me hago a un lado abriendo más la puerta.

—Tengo el fin de semana para hacerlo— aviso— me cambiaré, si quieres sigue.

Mamá deja el móvil y entrecierra los ojos cuando salgo corriendo escalera arriba. «Calma, solo es una cita» Si es que se le puede catalogar así. Tomo una bocanada de aire, busco en mi armario y noto los pantalones que hay, ¿por qué lucen sucios? Ayer lave el blanco, pero por alguna razón lo veo percudido.

Saco la falda de cuadros, la camisa negra y la chaqueta de cuero, montándome la ropa con velocidad. Me miro en el espejo notando mi cabello esponjado, lo suelto de la coleta y busco la plancha mientras visualizo a mi hermana en la puerta.

—No creo que tengas tiempo para eso— se acerca —¿no quieres unas trenzas?

—Me veré como si sufriera de alopecia.

—No seas tonta, te dejaré el cabello suelto— señala mi silla y a regañadientes me dejo caer sobre ella, me observa con diversión antes de tomar el peine y me divide el cabello.

—¿Qué?

—Nada— intenta poner los ojos en mi coronilla, tejiendo mi cabello.

—¿Qué? —insisto— ¿por qué tienes esa horrible expresión en tu rostro de suficiencia?

—Pensé que era mi imaginación al principio—responde mirándome por un momento mediante el espejo— que él era solo tu amor platónico de la infancia y que las miradas solo eran una muestra de aprecio.



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En el texto hay: romance, friendstolovers

Editado: 13.05.2025

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