Los Destellos De Aurora

PARÍS

Finalmente llegó para Aurorita el anhelado día de partir rumbo a París. El gran día de un viaje de sueños eternos. Sentía en su pecho tanta felicidad que se le hacía imposible explicarlas con simples palabras.

— ¡Oh, mi princesita hermosa! —exclamó su hermana Gina Alicia— Juro que si no me hubieses tomado tan desprevenida con respecto a tu participación en la CIBCC, yo habría reorganizado toda mi agenda para acompañarte a París. Michael y yo sentimos mucho pesar por dejarte ir solita —prosiguió echando lágrimas mientras la abrazaba—

El pequeño Ezra quien había acompañado a su madre al aeropuerto, también se despidió de Aurora con un fuerte abrazo.

— No debes sentir ningún pesar, hermanita y tampoco Michael. Fue culpa mía por haber tomado deliberadamente la decisión de participar en la CIBCC. Hablé con él a través de la videollamada y le prometí que todo estaría bien.

— ¡Hermanita, te prometo que cuidaré muy bien a Copito de Nieve!

— ¡Oh, mi Copito de nieve! —exclamó aurorita con pesar— Ezra, no permitas que me extrañe demasiado. Sé que contigo estará muy feliz porque podrán jugar un montón en mi ausencia. No lo dejes solito —le pidió despidiéndose de él con un abrazo y llenándolo de besos—

— Lo haré Aurorita.

— Te deseo todo el éxito del mundo en esta gran aventura que tendrás, mi destellito. Y escúchame… no importa hasta que instancias llegues en la Competencia. Tú no bajes la cabeza jamás Aurorita, porque eres muy joven y apenas estás iniciando tu carrera de ballet en esta vida y tendrás infinitas oportunidades a lo largo del tu camino. Disfruta de cada cosa que hagas, disfruta de cada instante. De cada presentación sobre el majestuoso plató del Palais Garnier.

Las palabras de Gina Alicia iluminaron de emoción los ojos de Aurora.

— Llevaré conmigo cada una de tus palabras, hermanita y las tendré muy en cuenta.

— Gut! (¡Bien!) ¿Karîm, estás listo para tu cabello tipo de cepillo de seguir a Aurorita por toda París?

— Mmm… Me lo he mentalizado toda la semana —contestó sonriendo—

— ¡Es bueno oírlo! ¿Pero seguro qué estás bien? Te veo un poco pálido.

— A veces a Karîm se le baja el azúcar, pero le convidaré mis gummys de colores y todo estará bien —se antepuso la jovencita enganchando su brazo izquierdo al derecho de Karîm—

— Si en verdad te bajó el azúcar, deberías de ver algún refresco bien dulce para que se te pase el malestar antes de abordar el avión.

— Estoy bien, Gina. No debes preocuparte.

Gina Alicia asentó con la cabeza.

Aquel día Gina y Ezra fueron los únicos que pudieron ir hasta el aeropuerto para acompañar a Aurora, pues todos los demás poseían sus actividades, y Michael había viajado para uno de sus partidos internacionales. No obstante, aquello no le fue impedimento para que le explayara a la jovencita sus 500 recomendaciones a través de la videollamada que le había hecho aquella mañana.

— No debes preocuparte de nada, Gina que yo estaré a cargo de mis alumnos, del mismo modo que un día lo estuve de ti y del resto del elenco cuando viajamos a California. ¿Lo recuerdas? —irrumpió el maestro Sascha Besler—

— No podría olvidar jamás aquel día, maestro Besler —dijo sonriendo— Sé que estará muy pendiente de cada uno de sus alumnos, y me siento muy tranquila de que Aurorita se encuentra su cargo para esta competencia.

Pocos minutos antes de abordar el avión, Gina Alicia también cruzó unas palabras con Jennifer y le deseó a Amalie los mismos éxitos que le había deseado a su pequeña hermana.

— Debo decir que me alegra mucho que tú también vayas a París acompañando a Amalie y al maestro Besler, Jenny. Espero que de tanto en tanto también puedas echarle un vistazo a mi destellito.

— No te preocupes Gina que el maestro Besler y yo estaremos muy al pendiente de todos y yo vigilaré muy de cerca a las niñas. —le dijo ella observando a las jovencitas—

Cuando los tres miembros del elenco de la Academia Helen Kneist, Henning Sadler, Amalie y Aurora abordaron finalmente el avión, se colocaron en una misma área de modo a que no se perdieran de vista de los maestros. Desde luego Aurora se sentó junto a Karîm quien para ese momento continúa bastante pálido y con las manos sudadas.

— ¿Karîm, si te abrazo con fuerza te sentirás mejor? Mi mamita se sentía mucho mejor con un fuerte abrazo —le susurró Aurorita—

— Apuesto a qué lo estaré —le dijo él rodeándola con un brazo— Eso sí… por favor necesito que no hables demasiado. Todo lo que necesito es silencio y estaré bien.

— Te prometo que no diré nada. Solo te abrazaré muy muy fuerte.

Aurorita se aferró entonces al joven para otorgarle toda la tranquilidad que requería hasta llegar a destino.

— No será un viaje largo. Solo relájate.

— Antes de abordar, ya me tomé mi pastilla contra la ansiedad, por lo tanto, estaré relajado hasta que aterricemos.

— Mientras estemos volando yo no voy a soltarte ni un solo instante.

Delante de Aurora y Karîm se encontraban Jennifer y Amalie. Y detrás, Henning Sadler y una hermana mayor suya que lo había acompañado. Al costado, un par de asientos más alejado se había ubicado el maestro Sascha Besler.




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