DE HADA FANTÁSTICA A NINFA MITOLÓGICA

APARTAMENTO DE ISABELLA Y LOUIS (BREDENEY/ESSEN)

— ¿Louis, que haces aquí a estas horas? ¿No fuiste a trabajar?

— ¿Tú que haces aquí? Es una mejor pregunta que la tuya.

— ¿Se te olvidó acaso que aquí vivo contigo?

— Mmm…

La joven, que apenas podía ver el rostro del policía, encendió las luces del apartamento.

— ¿Qué hacías en la oscuridad? ¿Por qué no prendiste las luces? O mejor aún, abrir las ventanas.

— A ti siempre se te olvida que vives aquí conmigo porque cuando te enfadas, tienes una maravillosa mansión donde ocultarte de mí y de tus problemas de niña malcriada.

— Lo que me faltaba era tener que encontrarte ebrio y fumando en nuestro apartamento. ¡Qué asco, por Dios!

— Si sientes asco, toma tus cosas y vete, Isabella. Déjame en paz.

— No me iré a ningún lado, y dudo mucho que siquiera tengas fuerzas y agallas para echarme de nuestro apartamento ¿Por qué no fuiste a trabajar hoy? Suelta esa botella y contéstame.

— Me suspendieron por tres días —contestó volviendo a tomar la botella—

— ¿Qué? ¿Y eso por qué? ¿Acaso por ti cavernícola reacción en el centro de detenciones?

Louis Wieber no respondió.

— Contéstame Louis —le exigió Isabella volviendo le a arrebatar la botella—

— Fue por lo sucedido Dubái. Dicen que mi comportamiento no fue correcto. ¿Puedes creer semejante estupidez? Esa agencia ofrece a señoritas como si fuesen mercancía. Prácticamente, es una prostitución disfrazada de la que defendí a mi novia. ¿Y qué hacen en el departamento de policías? ¿Qué hacen? Me suspenden.

— ¿Y no hubo manera de arreglarlo? Apuesto a que ni siquiera lo intentaste. Quizás si pedías disculpas por aquel comportamiento, habrían tenido consideración para no suspenderte.

El policía se echó unas repentinas risas.

— ¿Disculpas? No hice nada malo para pedir disculpas. El nuevo jefe del departamento es un imbécil y la verdad no me interesó quedarme a escuchar sus sermones —decía mientras Isabella negaba con la cabeza—

— Pues en algún momento iba a sucederte una cosa como esa, Louis porque a ti solo te interesa agarrarte a golpes con los demás.

— ¿Bella, tú crees que soy un hombre indisciplinado? Contéstame mi amor.

— Por supuesto que lo eres. También eres salvaje y grosero, entre otros incontables defectos qué te los puedo ir y citando luego cuando te hayas dado un buen baño. En lo posible con agua fría para ver si se te quita ese estado nefasto de ebriedad —dijo jalándolo de un brazo para que se pusiera de pie— Y no olvides lavarte bien los dientes porque no pienso besarte con esa boca apestando a cigarrillo y alcohol.

— ¿Y acaso vas a besarme? Si lo harás, voy ahora mismo a lavarme los dientes.

— No solo quiero que te laves los dientes, quiero que te bañes. Ahora aléjate de mí. Anda. Ve al baño que mientras yo cocinaré para nuestra cena.

— Wie? ¿Tú vas a cocinar?

— ¡Eh! ¿Por qué lo preguntas en ese tono?

— Bella, mejor pide comida para los dos, no vaya a ser que al salir del baño, encuentre la cocina en llamas.

— No me hace gracia en absoluto. Vete ya —le dijo a empujones— Haz lo que te he pedido.

DÍA UNO DE LA COMPETENCIA INTERNACIONAL DE BALLET CLÁSICO Y CONTEMPORÁNEO (ÓPERA DE PARÍS)

— ¿Aurorita, estás bien?

— ¡Muy, pero muy bien, Karîm!

— ¿Segura? Has estado muy callada y eso definitivamente no es normal.

— Karîm, tú no te imaginas todo lo que siento. Me encuentro a punto de subir al majestuoso escenario del Palais Garnier, y a la vista de 8 prestigiosos jurados de distintas escuelas y compañías de Ballet que juzgarán mi desempeño —le dijo suspirando llena de emoción y dando brincos de felicidad hasta que finalmente oyó nombre — Todo te saldrá prefecto pequeño ángel— —le dijo el joven con un beso en la frente— Ahora ve.

La pequeña Aurora, brillando cuál el más reluciente astro de todo el firmamento, sonriente se dirigió rumbo a su presentación.

Al momento de pisar el plató, en nada más que en su baile pensó, y haciendo a un lado la ansiedad y los nervios, finalmente su baile presentó.

Allí se encontraba Aurora. Aquella pequeña soñadora que a sus escasos 4 añitos comenzó sus primeros pasos en el mundo del ballet, la declamación y el teatro, anhelando con toda su inocencia ganarse el papel de Tinkerbell en las obras teatrales de la escuela.

Un día lo logró, y a los 5 años, su padre Said le otorgó el permiso a su hermana Gina Alicia para que la inscribiera en las clases de ballet de la Escuela Helen Kneist Akademie.

A los 10 años, sin demasiado esfuerzo, Aurora convenció a Michael para que la dejara audicionar para una competencia de talentos infantiles en la que quedó en segundo lugar, y le otorgaron una beca de canto en una de las escuelas más laureadas de toda Renania del Norte en la ciudad de Köhl.

Creció entre alitas de Hadas, zapatillas de ballet y micrófonos. Creció entre y sobre los escenarios, bajo la maravillosa influencia de su talentosa hermana Gina Alicia y su eterna competencia. Anna Wieber. Otro genio talentoso de los pies en punta.

Por todo aquello, el pánico escénico era un sentimiento que no la perturbaba. Aurora desconocía el temor a fallar y a perder. Aurora creció deseando aprender a volar muy muy alto y a brillar como una luciérnaga libre y feliz para tocar en el cielo de cada noche las estrellas hasta convertirse mágicamente en una de ellas.

SYLVIA OU LA NYMPHE (SOLO)

ACTO III: EN EL TEMPLO DE DIANA.

En la costa, junto al templo de Diana, se celebra un festival en honor al dios Baco que es interrumpido por la llegada de Aminta, que busca a Sylvia. Espera encontrarla en el templo, pero se encuentra con las puertas cerradas. Aparece el barco con Eros, Sylvia y su séquito. Eros reúne a los amantes. Orión interrumpe el regocijo general, Sylvia se refugia en el templo, y tras luchar con Aminta, Orión trata de entrar en el templo. Diana, enfurecida por la intromisión, aparece y mata a Orión. Su furia se dirige entonces a los amantes, a los que prohíbe su unión, recordándole a su ninfa su voto sagrado. Pero Eros le recuerda a Diana su pasado amor por Endimión, y la perdona. (Fin del solo)