Los Destellos De Aurora

UNA PROPUESTA

MAWAL COMPANY (HORAS DE LA MEDIA TARDE)

Luego de haber ido a recoger a la pequeña Aurora a la escuela y llevarla a la mansión, Karîm Hafez fue hasta la Compañía de Mawal, tal y como había acordado con Gina Alicia.

— Karîm, puedes pasar —autorizó de inmediato, Gina al verlo llegar— Toma asiento, por favor.

El chico tomó asiento preguntando sin rodeos sobre qué asunto deseaba hablar con él mientras Gina Alicia luchaba consigo misma para no flaquear.

— Te pedí que vinieras aquí para tratar sobre una propuesta que quisiera hacerte.

— ¿Una propuesta?

— Así es.

— ¿Y de qué se trata? —preguntó Karîm con la misma extrañeza con la que había convivido desde que Gina apareció en su apartamento por la mañana—

— Quiero proponerte un puesto aquí en Mawal.

— ¿Aquí? ¿Qué labor podría desempeñar yo aquí? Solo que fuera la misma labor que hago en la mansión.

— Hay mucho que hacer aquí, Karîm, y tú eres un chico muy inteligente. Solo tendrías que decirme si te gustaría o no, y de acuerdo a eso veremos.

Sin decir nada. Con los pensamientos repentinamente perdidos, Karîm comenzó a frotarse las manos contra las rodillas.

— Aquí en Mawal también contamos con la sección de artes. Tal vez te guste ocupar esa área —prosiguió Gina intentando que dijera alguna cosa—

— No sé qué decirte. No esperaba algo así —habló finalmente frotándose esta vez las manos y tiritando las rodillas con los movimientos de sus pies—

— Mi madre hacia eso —dijo de nuevo con el aire nostálgico que la envolvía—

El chico se detuvo bruscamente hasta en los mínimos de sus gestos y observo a Gina.

— ¿Qué cosa?

— Frotarse las manos y… tiritas las rodillas —contestó observándolo brevemente a los ojos—

Prontamente percibió la incomodidad del mismo y decidió retomar su objetivo.

— No tienes que contestarme ahora si no quieres. Puedes pensarlo y me lo haces saber en cuanto tengas una respuesta.

— ¿Mi padre tiene que ver con todo esto, cierto? ¿Fue él quien te pidió que me propusieras trabajar aquí?

— Nadie me pidió nada. Fue una propuesta que se me ocurrió hacerte teniendo en cuenta que tu labor con Aurorita sería provisoria. Tú tienes otros compromisos que no puedes desentender. Como la universidad, por ejemplo.

— Pues yo voy muy bien en la universidad, y mi labor actual no es ningún obstáculo. Sí, no es un inconveniente para ti, yo prefiero quedarme donde estoy.

— No se trata de ningún inconveniente para mí. Y ya veo claramente que no te gustó mi propuesta.

— Pues sinceramente no.

— De acuerdo. Si tu deseo es permanecer en tu puesto actual. Así seguirá todo, Karîm.

El joven asentó con la cabeza.

— ¿Alguna otra cosa que quisieras decirme?

— No… Eso era todo lo que deseaba decirte. Y lamento mucho haberte incomodado —dijo Gina Alicia intentando con todas las fuerzas de su alma no derrumbarse en ese mismo instante— A finales de este mes yo estaré fuera por un par de semanas y a mi regreso planearemos aquí la reapertura de exposiciones de primavera. Es una tradición de Mawal donde cada año sacamos a exposición los cuadros fotográficos de mi padre. Habrá mucho que hacer aquí y simplemente por eso se me ocurrió llamarte para proponerte un puesto aquí, pero en vista de que no quieres seguirás acompañando a Aurorita. Imagino que ella tendrá nuevas actividades y me sentiré tranquila de que sigas a su lado.

— Mmm… Te lo agradezco. Y disculpa si soné algo grosero.

— No te preocupes. En realidad no lo fuiste. Solo sentaste tu postura y eso me parece muy bien.

— ¿Ya puedo irme, entonces?

— Puedes… Tschüss!

— Tschüss!

Luego de haber pasado un maravilloso fin de semana en compañía de Karîm, Aurorita rebosaba felicidad absoluta y según sus inocentes pensamientos nada podría quebrantar tal estado, sin embargo, la vida se regía por los inestables soplos del día donde o todo era tristeza o todo era alegría. La alegría ya la había tenido y para desgracia de su alma noble y pura, en cuestión de segundos durante la cena la invadió por completo la niebla más oscura.

— ¿Pasaron bien el fin de semana?

— Muy bien, hermanita —contestó Aurorita bastante—

— Fue un fin de semana muy agradable —acotó Isabella—

— Gut! —exclamó Gina Alicia— Ustedes siguen muy contentas, pero creo quien no sigue muy contento luego de aquel paseo es Karîm.

— Ah… hablando de Karîm. No sabía que tiene novia —irrumpió Isabella—

— ¿Novia? ¿Qué está diciendo Isabella? —se preguntó Aurorita con el corazón a punto de salirse de su pecho—

— Es justo lo que iba a mencionar —prosiguió Gina— Karîm estuvo por Mawal esta media tarde y no se veía muy cómodo. Parecía poco contento y supuse que quizás había discutido con la novia por haber tenido que dejarla algo rezagada el fin de semana para acompañarte Aurorita.




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