Los Destellos De Aurora

EN OTRA VIDA

Envuelta en su luz y en toda su maravillosa esencia, Aurorita cantó su canción de amor. Y a lo lejos, apartado de la muchedumbre, con una sonrisa, su bello príncipe la ovacionó con el alma y el corazón.

Ni el más ferviente de los aplausos fue capaz de quebrantar entre ambos el encanto, sin embargo, una sombra perturbadora acabaría empañando el bello espectáculo.

— ¿Tenía que aparecerse aquí esa bicha? —dijo Amalie observando a Aurorita— Deberías echarla a rastras, primita. Tienes la potestad de hacerlo.

— ¿Qué dices, Amalie? No arrimaré este evento realizado en memoria de mi papito y mucho menos me comportaré como una niña berrinchuda. Yo sabré comportarme.

— Como quieras, pero quiero ver que sepas guardar compostura si esa garrapata se acerca a tu bello guardián.

Alina, aquella joven, compañera de Universidad de Karîm, hizo presencia inesperada en el gran salón donde se llevaba a cabo la recepción de la fiesta de primavera. Aurora se veía serena y desinteresada de su presencia. Y todo hubiera transcurrido de manera normal si aquella muchacha no actuara con la osadía de buscar al chico y acercarse a él.

Observando desde la mesa donde se había colocado con su prima y hermana, la pequeña respiró profundo. Tragó saliva e intentó detener a su corazón que estaba a punto de salir de su pecho.

— ¿Es ella la chica que dijo ser la novia de Karîm? —preguntó Isabella, observándola desde lejos y observando de reojos a sus primas—

— La misma. Una garrapata que muere por impregnarse a la piel de Karîm y succionar toda su sangre —contestó Amalie volviendo a observar a Aurora—

En esos instantes, la fugaz mirada de aquella joven, Alina se cruzó con la de Aurora y posteriormente sin más ni menos se impregnó a los labios a de Karîm con un repentino, profundo e irritante beso.

— Ah… ah… —Aurora se puso de pie—

— Mmm… Garrapata no sé, eh, pero succionadora ya veo que sí es —dijo Isabella— Cuanto descaro.

— Te lo dije, Aurora —le susurró Amalie al oído— Habitualmente no apoyo tus berrinches sin sentido, pero en este caso serían bien recibidos.

— ¿Cómo permite Karîm una cosa como esa si no es nada de ella? También considero que deberías hacer algo, destellito.

— ¿Yo? ¿Por qué debería hacer cosa alguna? —le dijo a aurorita a su hermana tomando asiento con un coraje que ya no podía controlar— Si Karîm niega que ella es su novia, debe ponerla en su lugar.

— Yo iré contigo Bella —le dijo Amalie— Deberías venir también Aurora.

— No. Yo me quedaré aquí.

Sin ánimos de insistirle a su prima, con raudos pasos Amalie fue tras Isabella.

Del otro lado del salón, alejados de la recepción, la atónita Violette intentaba no inmiscuirse en la situación.

— Comenzaba a sospechar que alguna cosa no estaba bien contigo, Alina, y ahora lo confirmo. ¿Qué pretendes, dime? —exigió tomándola de un brazo—

— Lo que pretendía, hecho, ya está —le dijo la joven jalando su brazo para que el chico la soltara—

— ¿A qué te refieres?

— Estoy segura de que si aquella mocosa no existiera, definitivamente mis besos no te incomodarían en absoluto.

— Quiero que te alejes de mí, Alina. En tu vida vuelvas a intentar una cosa cómo está. ¿Te quedó claro?

— ¿Karîm, porque no te acercas a nuestra mesa y nos presentas a tu novia? —irrumpió repentinamente una voz—

Karîm volteó y se topó con el policía Louis Wieber.

— Alina no es mi novia. ¿Ahora te dio por aparecer de la nada e inmiscuirse en conversaciones ajenas, policía? ¿Además, que te hace pensar que yo me sentaría a una mesa dónde tú estuvieras presente?

— Oye, tranquilo. Solo intenté ser amable y cortes.

— ¿Tú, amable y cortes?

— ¿Todo está bien? —irrumpió acercándose, Isabella—

Detrás de ella, la joven Amalie.

— ¡Bien! Yo mejor me voy a tomar asiento y beber alguna cosa —dijo Alina acariciando el rostro de Karîm.

El joven, sin duda, bastante molesto y a la vez incómodo, intentó esquivarla y ella se alejó bajo la atenta mirada del policía Wieber, quién no podía disimular su interés o intriga por aquella chica.

Amalie tampoco pudo disimular su rabia contra aquella chica. De ser por ella, la sacaría a rastras del salón de la recepción.

— ¿Karîm, todo está bien? —volvió a preguntarle Isabella—

— Todo bien, Isabella —dijo mientras su amiga Violette también se acercaba a él—

— Bella, ella es mi amiga Violette y una ex compañera de la secundaria. Violette, ella es Isabella. Hermana de Aurorita.

— Un gusto conocerte, Isabella.

— El gusto es mío Violette.

— Y ella es Amalie. La prima inseparable de Aurora.

Violette y Amalie también se saludaron mientras los ojos de Karîm comenzaron a buscar a su pequeño ángel.




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