MANSIÓN DE BYFANG
— ¿Gina, mi amor, qué pasó? ¿Pudiste hablar finalmente con Karîm?
— Pude —contestó Gina Alicia con una voz qué no denotaba más qué aflicción—
Echada en un profundo llanto y sin responder, Gina Alicia sucumbió entre los brazos de su esposo.
— Todo es por mi culpa. Debí ser yo quien hablara con Karîm. Tuve oportunidad de hacerlo y por temor no lo hice. Él se enteró de toda la verdad de un modo que no debía ser. Lo hubieses visto, Michael. Karîm estaba deshecho, y sus palabras solo expresaban amargura y mucha rabia. Lo vi y lo sentí hundido en tristeza y a la vez en odio profundo.
— Mi amor, tú no puedes echarte la culpa por todo esto. No es justo que lo hagas.
— Fue culpa mía, Michael. Prolongué demasiado toda esta situación y ahora no sé de qué manera remediarlo.
— Khaleb es el único culpable en toda esta historia. Él y nadie más que él Gina. Puedo entender ciertas cosas sobre los motivos que tuvo para continuar ocultando a Karîm luego de la muerte de tu padre. ¿Pero por qué llegó tan lejos con esta mentira? ¿Por qué lo trajo hasta la casa de su verdadera familia para que fuera un simple empleado? El chofer de su hermana pequeña. Es una locura. Yo no quisiera estar en los zapatos de ese pobre chico porque considero que le han hecho algo imperdonable. La peor cosa que pudieran hacerle a un ser humano.
— Él le echa la culpa solo a mi padre y a nadie más.
— ¿Y esperabas acaso que no fuera de ese modo?
— Cuando llegué hasta su apartamento, lo vi salir y decidí seguirlo. Karîm llegó hasta el cementerio dónde están mis padres y lo oí decir cosas muy hirientes sobre sus tumbas. Me armé de valor para acercarme, sin embargo, me faltaron las palabras para poder consolarlo. Ojalá Karîm supiera que mi padre nunca hubiese querido que las cosas fueran de este modo. Él murió antes de poder hablarle con toda la verdad.
— Pues eso también es culpa de Khaleb. Si tan solo hubiese traído a tiempo al chico hasta Oberwolfach, mi suegro habría podido hablar con su hijo antes de morir. Quizás Karîm hubiese comprendido las razones de semejante secreto y lo hubiese perdonado en aquel momento en su lecho de muerte.
— Mein Gott! Mein Gott! ¿Qué triste destino es este? Deseo que toda esta pesadilla acabe, Michael.
— Mi amor tienes que calmarte. Es importa que tomes las cosas con calma. Piensa en Aurora y que aún tienes pendiente hablar con ella.
— Nein… Él no quiere que lo haga.
— ¿Qué dices? ¿Quién?
— Karîm me pidió. Más bien me advirtió que no me atreviera a hablar con Aurorita sobre esta situación. Me dijo que será él o que se encargue de contarle todo cuando lo crea oportuno hacerlo.
— ¿Por qué te pidió una cosa como esa cuándo puedes hacerlo tú en este mismo instante? Debes hablar con Aurorita cuanto antes.
— No puedo. Si Karîm me lo pidió, quisiera al menos respectar eso.
— ¡Qué absurdo, Gina, por Dios!
— No es ningún absurdo, Michael. Las sospechas del tío Khaleb eran ciertas.
Michael Bruchhagen observó a su esposa interrogándolo con la mirada.
— Aurorita se enamoró de Karîm. Y estoy casi convencida de que ese sentimiento es mutuo —prosiguió dejando a su esposo sin palabras— ¿Puedes dimensionar una cosa como esa, Michael?
— ¡Gina, eso no puede ser posible!
— Por supuesto que no puede ser posible, pero lo es. Aurorita está enamorada de Karîm y él también lo está de ella, Michael. El tío Khaleb me había advertido, sin embargo, no lo quise creer. No se me pasó por la mente una posibilidad como esa.
— ¡Mi pobre princesa! —exclamó Michael Bruchhagen recordando la última conversación que había tenido con Aurorita en su habitación— Ahora comprendo muchas cosas. Mein Gott! Quien menos merecería sufrir en toda esta historia es ella, Gina. ¿Qué haremos ahora?
— ¿Qué podemos hacer? Solo esperar. ¿Michael a dónde vas? Michael… No vayas a cometer una imprudencia, por favor. Yo le di mi palabra a Karîm quiero respetarla.
Raudamente, Michael Bruchhagen se dirigió en dirección a la habitación de Aurorita, detrás de él su esposa quién intentaba frenar sus pasos.
— Michael, detente…
— Solo iré a ver cómo se encuentra. Hace poco la vi llegar. La saludé y ni siquiera volteó a verme. Aurorita estaba muy extraña, Gina.
Alarmada por aquello que acababa de comentarle su esposo, Gina Alicia decidió acompañarlo para cerciorarse de que todo estuviera bien con su pequeña hermana.
DEPARTAMENTO INTERNACIONAL DE ESTRATEGIAS CONJUNTAS DE LA POLICÍA FEDERAL ALEMANA.
— Como ya sabes, Karîm, cuándo di inicio a la planificación de este operativo, mi objetivo fue siempre Hajjâj El-Hashem. Y lo sigue siendo, desde luego, no obstante, durante arduas investigaciones fueron saliendo a la luz sus cómplices. Criminales igualmente muy peligrosos. Uno de ellos, un pez realmente gordo dentro de las organizaciones clandestinas, ligada al tráfico de armas. Su nombre es Luděk Kocourek y es uno de los delincuentes más buscados de la República Checa. Hijo de Bozidar Kocourek. Un antiguo socio de Abujamal Saqqad Hasnan y desde luego uno de los mercados amigos de tu padre. Bozidar aún sigue vivo, pero debido ya a su avanzada edad, toda su organización quedó a cargo de su hijo, Luděk. Según lo que sé, fue Kocourek hijo el encargado de ejecutar sus amenazas en contra de Khaleb Hafez y el gerente general de Bahar Malak, Dabir Kazim para que estos acabaran extinguiendo las intenciones de presentar la firma de sucesión de nombres del Imperio Hasnan. ¡Aunque te digo algo! —adjuntó el policía Louis Wieber— De este personaje, Dabir Kazim no me fío en absoluto, pero es algo que lo ampliaremos más adelante. Šarlat Moře, es la organización perteneciente a la familia Kocourek. Una de las más grandes de toda Europa. Si la sucesión de nombres se llevaba a cabo, Šarlat Moře hubiese sido una te las más perjudicadas al tratarse de la base principal de todas las demás organizaciones de menor rango, Pues a través de esta se alimentaban otras organizaciones por medio de los privilegios exclusivos que esta poseía sobre las vías marítimas bajo la antigua firma Hasnan. Una vez que se asentaran las firmas de sucesión autenticada por el propio dueño de Bahar Malak, Said Majewski, serían reseteadas no solo las rutas trazadas para Šarlat Moře, sino desde luego para otras numerosas organizaciones clandestinas. Todas se verían altamente perjudicadas perdiendo millones y millones de euros progresivamente. Bahar Malak operaría como una nueva naviera. Con nuevas rutas marítimas cien por ciento legítimas y registradas dentro de los mapas establecidos y reconocidos por el comité de navieras tanto de oriente como occidente, y aquello desde luego no era del agrado de ninguno de los jefes de las principales organizaciones clandestinas con las cuales poseía vinculación el Imperio Hasnan. Debían hacer algo, lo que sea para frenar las intenciones de Said Majewski, y es allí donde entras tú en todo este laberinto para desgracia del padre que te crio y de su familia. Tu verdadero padre ya no estuvo al tanto de todo aquello pues debido a su delicado estado de salud, y por los últimos sucesos que había vivido, poco o nada hubiese podido hacer. Khaleb Hafez decidió no contarle absolutamente nada sobre aquellas amenazas qué había comenzado a recibir cuando se enteraron de tu existencia.