Los Destellos De Aurora

EL COLABORADOR

Un par de horas después de que Karîm háyase comunicado con Louis Wieber, el mismo se presentó en su apartamento para ponerlo personalmente al tanto de las novedades.

— Gracias a qué cómo seguiste minutos muy valiosos reteniendo la aquí en tu apartamento, logramos seguir a la chica y ya la tenemos rastreada, Karîm. Ahora cuéntame si te ha dicho alguna cosa relevante.

— La única cosa relevante es que ya no tendré que volver a ver a ese engendro. Yo no hubiese podido aguantar, tenerla frente a mí otra vez.

— ¿Qué dices? La idea es que Katja Gartmann te cite a algún lugar, o que te pida que la lleves a cenar, o alguna cosa parecida. ¿Qué fue lo que hiciste?

— Esa más bien era una idea tuya que yo no iba a soportar, por eso me encargué de agilizarte las cosas un poco.

— Dime ya qué fue lo que hiciste.

— La última vez que fui a la universidad me acerqué a ella tal y como querías fingiendo querer reparar nuestra relación de compañeros. Ella accedió, y luego de clases fuimos a la cafetería y conversamos. En esos momentos aproveché la ocasión para preguntarle si conocía alguien que pudieras recomendarle para mí algún mecánico que reparara una avería en mi coche. Sin muchos titubeos me dijo que podía hacer algo al respecto. Que hablaría con un tío de ella para qué una consiguiera uno muy bueno.

— ¿Y lo hizo?

— Sí. Antes de entregarle mi coche al mecánico Me encargué de colocar allí el teléfono móvil conectado al rastreador fantasma que pusieron tus expertos.

— ¿Acaso te volviste loco? Si las cosas son como las estoy pensando, y tu coche no se encuentra en ningún taller mecánico, podrían deshacerse del teléfono móvil, sí lo encuentran. Sabes qué es una pieza muy importante para nuestros planes.

— Me confirmaste de qué efectivamente mi teléfono móvil ya estaba intervenido por esos miserables ¿Piensas acaso que van a deshacerse de algo que ellos desean que yo tenga conmigo? Para ellos también es una pieza muy importante dentro de los planes que tienen, por lo tanto, nadie lo tocará.

— Está es la dirección y el nombre del supuesto taller mecánico donde se encuentra mi vehículo. Ese engendro del demonio me dijo que en tres días estará listo y debo ir a retirarlo.

— ¿En tres días? Entonces, dentro de tres días será el día qué escogieron. Me comunicaré ahora con el equipo encargado de los trasteos y las pericias. Si tu teléfono móvil se encuentra dentro de tu coche, podremos saber exactamente dónde se encuentra exactamente ese taller mecánico. Debemos estudiar minuciosamente la zona. Escúchame bien, Karîm por nada del mundo vuelvas a hacer cosas sin antes consultarlo conmigo ¿Te quedó claro? Yo te llamaré dentro de un par de horas para mantenerte al tanto de las novedades.

Sin emitir más palabras, el joven Karîm se echó sobre su sofá, y negando con la cabeza, el policía lo observó. Posteriormente, el apartamento del chico abandonó.

 

— ¿Qué podría salir mal? ¿Y por qué? Karîm me ha prometido un baile en la fiesta de primavera de la escuela y no existen motivos para que no me lo cumpla —conversaba consigo misma la pequeña Aurora—

Para toda su inocencia no había motivos, sin embargo, una horrible sensación dentro de ella parecía quebrantar su corazón. Por momentos lo veía como un simple temor absurdo de que por algún inconveniente el baile no fuera a suceder, entonces se sacudía los malos pensamientos repitiéndose una y otra vez de que todo estaría bien.

— Deja de pensar en cosas malas, tonta. Finalmente, tendrás a tu bello príncipe solo para ti en el baile de primavera de la escuela —le dijo su prima Amalie—

— De solo imaginar ese momento ya soy muy feliz, Amalie —habló Aurorita entre suspiros— Siento muchas ansías. Deseo que bailemos y bailemos toda la noche hasta llegar a las nubes cómo lo hicieron “La Bella Durmiente y el príncipe Felipe”

Poniendo los ojos en blanco, la joven Amalie hoy a las fantasías de su prima.

— Pues con suerte llegarán hasta las nubes si no te pisa los pies unas cuantas veces mientras bailan —le dijo riendo— Recuerda que el propio Karîm ya advirtió de que no sabe bailar—

— Lo hizo, pero sé qué hará su mayor esfuerzo para no pisarme los pies. De todos modos, aunque lo hiciera, tampoco me importaría. Ahora mejor dime. ¿Tú con quién irás?

— ¿Yo? Con nadie especial.

— No me mientas. Yo creo que la persona con quien irás al baile es más que especial, aunque no quieras admitirlo.

— Pues no sé a quién te refieres.

Con cara de fastidio, Aurora observó a su prima.

— ¿Y tú, Ihsân?

— ¿Yo qué? —preguntó el chico absolutamente desconectado de la conversación por estar concentrado en su videojuego portátil—

— ¿A quién llevarás al baile? ¿No invitaste a ninguna chica?

— Nein!

— Warum nicht?

— Aurora, no pierdas tu tiempo preguntándole ese tipo de cosas. Este zombi no sabría siquiera como divertir a ninguna chica en ningún baile de primavera ni en ninguna otra fiesta. ¡Es más! Ni siquiera sabe qué es una chica.




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