Los Destellos De Aurora

UNA RAZÓN

APARTAMENTO DE ISABELLA MAJEWSKI Y LOUIS WIEBER

—Mi amor, has estado demasiado pensativo últimamente. Excesivamente diría yo. ¿Todo está bien?

— Todo está bien —contestó el agente bajo la mirada dubitativa de Isabella— Te digo que todo está bien. Es solo que el operativo del cual estoy a cargo lo hemos adelantado un poco, estado pensando en cosas, pero nada graves. Tú no tienes por qué preocuparte absolutamente de nada, cariño —le dijo él besándole una mano—

— Eso en verdad no tener motivos para preocuparme, Louis. Temo mucho por ti, Louis, y por mi familia también.

Louis Wieber negó con la cabeza reiterándole que todo estaría bien.

— ¿En verdad hay gente que desea hacerle daño a mi hermanito, Louis? Tú no puedes permitir una cosa compa esa. Por favor no lo permitas —suplico comenzando a derramar lágrimas desesperadas— Acabo de recuperarlo. Perdimos años de nuestras vidas sin estar juntos y no quiero que lo separen de mí ahora. Nunca más quiero separarme de Karîm.

— ¡Bella, por favor! Nada malo le sucederá a Karîm. No te pongas así.

Louis rodeó a la chica entre sus brazos, intentando calmar un poco en ella aquel repentino estado de ánimo.

— Debería llamar a Aurorita para preguntarle si él fue por ella hoy para llevarla a la escuela.

— Hazlo si eso te hará sentir más tranquila. ¿Pero no está acaso tú hermanita en sus horas de clases?

— Si… llamaré entonces a Karîm.

— Acaba de desayunar, ¿de acuerdo? Luego llamarás a Karîm.

— Karîm llevará a Aurorita al baile de primavera de la escuela. Mi hermanita está muy emocionada y feliz. Ojalá supiera que el chico que va a acompañarla es nuestro hermanito. Aurora adora a Karîm. Recuerdo que al principio ella no lo toleraba y se la pasaban discutiendo —comentó Isabella y su novio entre un gran suspiro la observó— ¿Por qué me ves así?

— Bella, se supone que ustedes las mujeres comprenden mucho más sobre esos temas que nosotros los hombres —dijo el agente volviéndola a mirar—

— ¿A qué te refieres?

— A esa adoración de Aurorita por Karîm que acabas de mencionar. ¿Piensas que es un sentimiento natural porque en el fondo presidente que el chico es su hermano? Lo mismo sucede con Karîm. La diferencia es que él ya lo sabe todo e intentará que la noticia no le resulte muy dañina a Aurorita.

Palidecida y negando con la cabeza, Isabella bajó sus cubiertos a la mesa. Raudamente, se puso de pie y fue a tomar su bolso, dispuesta a salir.

— ¿Bella, que vas a hacer? Bella… ¿Bella a dónde vas? —la siguió Louis Wieber obstruyéndole el paso—

— ¿Qué tontería es esa que acabas de insinuar, Louis?

— Yo no insinué absolutamente nada. Esa es la verdad.

— Debo hablar con Aurorita. Iré a esperar el receso para que podamos hablar.

— Tú no irás a ninguna parte. Y no vas a inmiscuirte en ese asunto —le dijo Louis deteniéndola de un brazo—

— ¿Por qué no?

— Por qué será Karîm quien se encargue de eso. Es un asunto que le compete solo a él. Incluso le pidió a Gina para que no interviniera.

Isabella Majewski jaló su brazo, bajó su bolso sobre el sofá y tomó asiento.

— Ves porque no quiero hablar contigo sobre cosa alguna.

— Eso no puede ser posible, Louis. Aurorita no pudo haberse ilusionado con Karîm de ese modo —dijo entre llantos—

— ¿Y por qué no? A tu familia se le ocurrió la brillante idea de traer a un chico joven para que hiciera el papel de chofer de una adolescente llena de fantasías. Mi amor, no voy a quedarme a discutir sobre esto contigo. Ya debo irme porque tengo mucho que hacer, pero te advierto una vez más que no se te ocurra meterte en esto. Deja que sea tu hermano quién se encargue de hablar con Aurorita. Nos veremos luego —se despidió de ella con un beso—

 

Cada vez faltaba menos para el baile de primavera de la escuela. Era viernes, y por la media tarde, luego las clases de ballet de Aurorita, Karîm debía ir por ella para que fueran a retirar su vestido a la Boutique de la señora Elwira Majewski.

 

HELEN KNEIST AKADMIE

— ¡Señoritas, nos vemos mañana en la fiesta! —se despidió Aurora de algunas de sus compañeras del ballet que también eran alumnas de la misma escuela que ella y que asistirían al baile de primavera—

— Tschüß Aurora! Nos veremos mañana.

La jovencita agitó sus manos de sus amigas, posteriormente se acercó a Karîm a quien ya había visto llegar.

— ¡Karîm!

— ¡Mi pequeño ángel! ¿Nos vamos?

— Nos vamos. Estoy muy emocionada por tener mi vestido mágico en mis manos.

— También tú deberías estar emocionado.

— ¿Por tu vestido mágico? ¡Por supuesto que estoy emocionado por vértelo puesto, mi reina —sonriente le dijo arrancando el coche—




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