Los Destellos De Aurora

UNA SOMBRA EN LAS PENUMBRAS

Louis Wieber había sido trasladado al hospital más cercano de la ciudad de Mülheim al igual que todos los oficiales heridos durante el operativo. Un operativo que para el servicio de inteligencia internacional había culminado de manera poco fructífera debido a que los miembros más importantes de clan Kocourek a excepción de Milan Kocourek cayeron abatidos, al igual que el principal socio, colaborador y cómplice de organizaciones clandestinas, Dabir Kazim quién utilizaba todas sus influencias como Gerente General de las navieras Bahar Malak para permitir el trazo de vías marítimas ilegales en el contrabando de armas.

La misión había culminado sin sobrevivientes claves que pudieran aportar datos relevantes para la ejecución de próximos operativos de desmantelamientos criminales.

Incluso Hajjâj El-Hashem había sido abatido durante el operativo. Para el Servicio de Inteligencia Internacional Danés un hecho insospechado y sin precedente en la preparación y prometedora carrera del joven agente.

Debido a todo lo ocurrido. A qué Louis Wieber había quedado seriamente herido y Karîm Hafez seguía desaparecido. Thomas Wieber en compañía de Simon Stewart, Gina e Isabella Majewski hasta la ciudad de Mülheim había venido.

ST. MARY'S HOSPITAL MÜLHEIM AN DER RUHR (A MEDIADOS DEL AMANECER)

— Louis, tienes que decirme que sucedió con mi hermano. Por favor dímelo que no lo encuentran por ningún lado —reclamó la desesperada Gina Alicia atropellando la sala de recuperación donde se hallaba el policía—

El mismo se encontraba aún bajo los efectos de un sedante.

— ¿Louis, que sucedió con Karîm? —le reclamó también Isabella al borde de su cama— Luis, responde cariño. Despierta por favor. Despierta y dime qué sucedió con mi hermano.

El médico de guardia aquella mañana intervino en vista de que el joven agente no se encontraba aún del todo consiente.

Las mujeres debieron ser sacadas del lugar. De manera fugaz abrió sus ojos el joven agente, quién observó el rostro empapado de su amada, alejándose forzosamente.

En los pasillos del hospital, Gina e Isabella con Thomas Wieber y Simon Stewart pudieron conversar acerca de lo último que se pudo averiguar.

Según las fuentes periciales realizadas posterior al fin del operativo, El establecimiento situado en la frontera de Mülheim qué había sido sitiado, por las llamas en gran parte había sido devorado. El incendio de la mansión había sido provocado, y al momento de ser arrasado solo Karîm y los cadáveres de sus enemigos, yacían en el lugar atrapados

— ¿Significa que mi hermano está muerto? ¿Es lo que quieren decirnos? —cuestionó Gina Alicia, quién sumergida en llanto al suelo se desmoronó— — Mi hermanito no puede estar muerto. Karîm no —se lamentó la joven Isabella con gran estremecimiento—

Las dos mujeres fueron asistidas por Wieber padre y Stewart.

Aunque los rescatistas lograron salvar la vida de Khaleb Hafez, el hombre también se hallaba con paradero desconocido tras enterarse de que posiblemente entre las llamas su hijo se había consumido.

— Hallaron cuatro cadáveres en el sitio, pero por el momento solo el de Hajjâj El-Hashem lograron confirmar identidad —comentó Thomas Wieber con gran pesar, no por la manera en la que acabó aquel nefasto hombre, sino por pensar en manos de quién cayó abatido—

Le dolía pensar en la posibilidad de que su hijo Louis haya manchado sus manos de una sangre qué no le correspondía derramar.

— Si no hubiese sido yo tan cobarde. Si años atrás hubiese sido él el encargado de acabar con la vida de Hajjâj El-Hashem, su hijo probablemente no se hubiese convertido en un agente encubierto para cobrar venganza. No estaría inclinándose en su contra el peso de la balanza, y la familia Majewski no habría sucumbido en tantas desgracias.

En esos instantes Gina Alicia se acababa de enterar de qué Khaleb Hafez había escapado del hospital con el fin de ir en busca de su hijo intentando otra tragedia evitar, no obstante nada resuelto hace un favor. El hombre no solo fracasó en su intento de proteger a su hijo, sino también en evitar otras desgracias qué enlutaran a seres qué tanto amaba y apreciaba.

 

BESTATTUNGEN DORNDORFT – ESSEN (SALÓN VELATORIO)

Al funeral de la pequeña Aurora asistieron personas varios ámbitos y de varias partes del mundo. No solo allegados de ella. Allegados también a toda la familia, en especial a Gina, Alicia y Michael Bruchhagen.

Fue un largo adiós de tres noches y dos días en los que compañeros y maestros, tanto del ballet cómo del teatro y de la escuela, pasaron a despedirla.

Directores y jurados de distintas obras y competencias en las cuales había participado, tanto regionales como internacionales, en el velatorio hicieron presencia. Incluso miembros selectos de la última edición de la Competencia Internacional de Ballet Clásico y Contemporáneo de la ciudad de París, en la cual Aurorita había participado y con incontables laureles había ganado.

Con inexplicable pesar, tristeza y dolor sintieron la invaluable pérdida. El mundo arte escénico perdió a un ser con el más elevado prodigio. Un verdadero ángel en la tierra que supo marcar en su corta vida una imborrable huella.




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