Los Días del Hambre

Capítulo 4: El Peso de la Elección

Logan no sabía qué esperar. Irene estaba allí, frente a él, como una sombra de lo que alguna vez debió ser una persona normal. Pero no lo era. Nadie en este mundo lo era. El virus había despojado a todos de su humanidad, transformándolos en algo más salvaje, más primitivo. Aun así, su presencia era inquietante. Era diferente.

“¿Qué sabes del origen del virus?” Logan no pudo evitar hacer la pregunta, su voz saliendo más seca de lo que pretendía. Cada palabra parecía un peso en su lengua, como si todo su cuerpo estuviera resistiéndose a hablar, pero su mente le exigiera respuestas.

Irene no respondió de inmediato. En lugar de eso, su mirada se desvió hacia una mesa en la esquina de la habitación, donde había una serie de frascos con líquidos de colores extraños y archivos esparcidos por todo el lugar. La habitación estaba desordenada, pero el caos no parecía importarle. Había un aire de orden en todo eso, como si supiera exactamente qué buscar.

Finalmente, sus ojos regresaron a Logan, y esta vez había algo en su mirada que lo hizo sentir más vulnerable que nunca. “Lo que sabes es solo la punta del iceberg. El virus... no fue un accidente.” Su voz era baja, casi un susurro, pero la gravedad de sus palabras retumbó en el aire como un trueno lejano.

Logan la observó con desconfianza, su respiración se aceleraba. “¿Qué quieres decir con eso? ¿Quién lo hizo? ¿Y por qué?”

Irene dio un paso hacia él, y por un momento, Logan sintió que debía retroceder, que debía huir, pero algo lo mantenía ahí, en el centro de la habitación, como si la misma esencia del lugar lo estuviera reteniendo.

“Te lo contaré todo. Pero debes estar preparado para lo que vas a escuchar. Nadie está preparado para esta verdad, pero es la única manera de detener lo que está por venir.”

Logan apretó los dientes, sabiendo que no podía dar marcha atrás. Si lo que ella decía era cierto, entonces el mundo no solo estaba condenado por un virus biológico. Había algo mucho más oscuro detrás de todo eso, algo que había estado oculto a plena vista.

“Irene,” dijo con voz firme, “Dime lo que sabes.”

La mujer respiró hondo antes de hablar, como si las palabras que iba a decir pudieran cambiarlo todo. “Lo que estamos viviendo… el virus… no es natural. Fue diseñado, creado, por alguien que tenía un solo objetivo: el control.”

Logan frunció el ceño, sin entender completamente. “¿Control de qué? ¿Cómo puede un virus darles control sobre algo?”

Irene le dio una sonrisa amarga, como si supiera que la respuesta era algo mucho más siniestro de lo que él pensaba. “El virus no solo mata. No solo convierte a la gente en monstruos. Su verdadero propósito es transformar a los humanos en algo… diferente. Algo que no pueda pensar por sí mismo. Un ejército de sombras que obedezca sin cuestionar. Y quien controle ese ejército, controlará el mundo.”

La revelación cayó sobre Logan como una losa de cemento, aplastando cualquier esperanza que hubiera quedado en su corazón. No podía ser real. No podía. El mundo había caído, sí, pero esto… esto era algo que no podía comprender. ¿Un ejército de sombras? ¿Control mental?

“¿Y tú? ¿Qué tienes que ver con todo esto?” Logan preguntó, sin poder quitarse la sensación de que Irene estaba involucrada de alguna manera mucho más directa de lo que quería admitir.

“Soy parte del experimento,” dijo, su voz vacía de emoción. “Fui uno de los primeros sujetos. Lo que me hicieron… cambió todo en mí. Pero sobreviví. Y ahora, soy la única que sabe cómo detenerlo.”

El silencio se instaló entre ellos, y Logan pudo sentir el peso de las palabras que acababan de caer. Irene había sido parte de lo que había causado esta pesadilla. Ella había estado allí, al principio, antes de que todo se descontrolara. Y ahora, ella era la única que podía detenerlo.

Pero, ¿era ella digna de confianza? ¿Cómo podía saber que todo lo que decía no era solo una mentira, un juego en el que ella era la única ganadora?

“Entonces, ¿qué hacemos?” Logan finalmente preguntó, su voz más baja, más cansada. Sabía que no podía hacer este viaje solo, pero tampoco sabía si podía confiar en alguien como Irene.

Irene lo miró fijamente, sus ojos reflejando una intensidad que Logan nunca antes había visto. “Debemos encontrar el centro de investigación, Logan. El lugar donde todo comenzó. Ahí está la clave. La cura, si es que aún existe. Pero no será fácil. Nos esperan más que solo infectados. Nos están buscando.”

Logan sintió que su corazón latía con fuerza, pero su mente seguía procesando lo que acababa de aprender. El origen del virus no era solo un accidente biológico. Había sido planeado, creado por manos humanas, y ahora, él estaba atrapado en medio de un juego que no comprendía por completo.

“Entonces, ¿a qué estamos esperando?” dijo con determinación, sabiendo que no podía dar marcha atrás. Tenía que encontrar ese centro de investigación. Tenía que descubrir la verdad. No solo por su propia supervivencia, sino por el futuro de todo lo que quedaba de la humanidad.

Irene asintió lentamente, su expresión grave. “Porque el camino hacia allí está lleno de enemigos, Logan. Y si no tenemos cuidado, no solo perderemos nuestras vidas. Perderemos la última oportunidad de cambiar este mundo.”



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En el texto hay: zombies, thriller, supervivencia

Editado: 02.04.2025

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