El sonido de la cuenta regresiva resonaba en sus oídos, su corazón acelerado, sintiendo la presión del tiempo aplastándolo. Los segundos pasaban con una rapidez mortal. Logan luchaba por mantenerse consciente, sus ojos tambaleándose entre la oscuridad y la luz intermitente de la sala del laboratorio.
Irene estaba en el suelo, inmóvil. El hombre-robot la había dejado caer de manera despreciativa, como si fuera solo una carga inútil. Logan, con esfuerzo, se levantó, las manos temblorosas, el dolor punzante atravesándole el cuerpo, pero la rabia y el miedo lo mantenían firme. No podía dejar que la máquina ganara, no podía permitir que Irene fuera otra víctima más de esta pesadilla.
"¡Irene!" gritó Logan, arrastrándose hasta ella, sin importarle el dolor que sentía en cada uno de sus movimientos. La tomó en sus brazos, la levantó con la fuerza que quedaba en él, y la arrastró hacia la consola donde había comenzado la secuencia de destrucción.
Las luces seguían parpadeando, cada vez más rápido, como si el laboratorio estuviera a punto de colapsar sobre ellos. Los tubos de metal que colgaban del techo comenzaron a chisporrotear y, en un rincón, una de las máquinas se derrumbó, haciendo que el suelo temblara bajo sus pies.
"¡Vamos, Irene! ¡Despierta!" Logan no podía dejar de gritar. El miedo lo dominaba, pero más que eso, lo que sentía era una determinación feroz. Tenía que salir de allí, no solo por él, sino también por ella. No podía perderla.
Un resplandor rojizo llenó la sala, y una voz mecánica, profunda y fría, emergió del sistema de altavoces.
"Protocolo de autodestrucción activado. Tiempo restante: 10 segundos."
La cuenta regresiva había llegado a su fin. En cualquier momento, el laboratorio y todo lo que estaba en su interior, incluido el monstruo cibernético, desaparecerían en una explosión devastadora.
Logan miró hacia la máquina. Aunque no entendía exactamente qué había sucedido, sabía que había una forma de salvarse. Un último resquicio de esperanza.
"¡Irene!" dijo, mientras la colocaba cuidadosamente sobre el suelo, ya sin fuerzas para seguir arrastrándola. El rostro de ella seguía inerte, pero al menos parecía respirar, aunque con dificultad.
Con un esfuerzo titánico, Logan se levantó y corrió hacia el panel de control. Los dedos le temblaban mientras presionaba los botones, buscando desesperadamente cualquier opción para detener lo que estaba sucediendo. Los segundos seguían avanzando como martillazos en su cerebro.
De repente, algo en el panel hizo clic. Logan miró fijamente los números que aparecían en la pantalla. Un único botón rojo brillaba intensamente en la esquina inferior derecha: "Cancelar Secuencia". Sin pensarlo, Logan presionó con fuerza, esperando que fuera suficiente.
"Secuencia cancelada. Destrucción desactivada."
Un suspiro de alivio recorrió su cuerpo, y por primera vez desde que todo comenzó, pudo respirar con más tranquilidad. El sonido de la cuenta regresiva se apagó, la luz roja se desvaneció, y el laboratorio dejó de vibrar, devolviendo el silencio.
Logan se dio vuelta, mirando a Irene. Su rostro seguía pálido, pero al menos ahora no estaba siendo consumida por la máquina ni por el caos. La había salvado, pero aún quedaba mucho por hacer.
Con una última mirada hacia el hombre-robot, que ahora parecía estar de pie, inmóvil en el centro de la sala, Logan se acercó a Irene y la levantó en brazos. Sus fuerzas flaqueaban, pero su determinación seguía intacta. No había tiempo que perder.
"Vamos, Irene. Es ahora o nunca", susurró, mientras comenzaba a caminar hacia la salida del laboratorio, el eco de los pasos de la máquina aún retumbando en sus oídos.
El mundo exterior estaba en ruinas. La ciudad se había convertido en un desierto de cadáveres, y la noche siempre traía consigo nuevas amenazas. Pero al menos ahora, había una oportunidad. El hombre-robot seguía allí, esperando a que cometieran un error, pero Logan sabía que si algo podía detenerlo, era la verdad.
No sabían lo que les deparaba el futuro, pero al menos en ese momento, tenían la esperanza de que la lucha aún podía ser ganada.
Editado: 02.04.2025