Los Días del Hambre

Capítulo 20: La Sangre de la Traición

La ciudad de Valgrís parecía estar más cerca del fin con cada paso que daban. La niebla que se había instalado entre las ruinas lo cubría todo, haciendo que los contornos de las calles desaparecieran, y la atmósfera, saturada de humo y desolación, parecía tener vida propia, absorbido por el caos y la destrucción. Mientras avanzaban, cada rincón de la ciudad les recordaba lo que ya no quedaba: un mundo donde el temor había reemplazado a la esperanza.

Logan y Irene caminaban en silencio, el peso de sus palabras no dicho entre ellos. Lo que había revelado Irene en el capítulo anterior ya estaba marcado en su mente, una y otra vez, como una espada clavada que no dejaba de sangrar. Ella había sido parte de la creación del virus, parte del principio de todo lo que había llevado al colapso de la humanidad. Y, sin embargo, había algo más que la atormentaba.

"Irene..." La voz de Logan, baja y firme, rompió el silencio, sacándola de sus pensamientos. "Si en verdad te importa lo que está pasando, entonces... ¿por qué no nos detuviste? ¿Por qué sigues trabajando con ellos?"

Irene tragó saliva, su rostro no reflejaba la confianza que solía mostrar. Se notaba en sus ojos que, aunque había sobrevivido al caos, aún estaba tratando de encontrar su propio sentido de redención. La culpa la había consumido, y era evidente que no era fácil perdonarse a sí misma.

"Yo..." comenzó a decir, pero las palabras se le atragantaron. Su garganta estaba seca. "No podía. Creí que si... si me quedaba, tal vez pudiera detenerlos, pero..."

"¿Pero?" Logan la interrumpió, su tono frío.

"Pero nunca tuve el poder para detenerlos. Ellos, la corporación, me controlaban. Y cuando se desató el virus... fue como si todo se hubiera escapado de sus manos. No sabían cómo detenerlo, y lo peor es que ni siquiera intentaron hacerlo. Solo nos dejaron aquí, a nosotros, a los que sobrevivimos... a ver cómo todo se desmoronaba."

Logan apretó los dientes. La traición que había sentido en ese momento no era solo hacia él, sino hacia todo lo que alguna vez había creído. Ella no era una víctima en la historia; era una cómplice, aunque no fuera consciente de lo que realmente había desatado. Pero ahora, esa verdad se le clavaba en lo más profundo de su alma.

"Entonces, ¿todo esto... la gente que hemos visto morir, los infectados, el caos, la destrucción...? ¿Todo fue por nada?", preguntó Logan con dureza, su mirada fija en el horizonte.

"No, no por nada", dijo Irene, y por un momento, su voz tembló. "Lo que pasó aquí fue solo el comienzo. No se detuvieron ahí. Ellos... hay algo más, Logan. Algo mucho más grande de lo que ves aquí."

Logan la miró, confundido. "¿Qué quieres decir?"

"Ellos... el gobierno... Los que están detrás de todo esto... no solo querían destruir a la humanidad. Querían experimentar. Querían utilizar a los supervivientes, a los que quedamos, para algo mucho más grande. La plaga fue solo el primer paso. Lo que buscan ahora es... control total."

Un escalofrío recorrió la espalda de Logan. Se dio cuenta de que estaba ante algo mucho más grande, mucho más siniestro de lo que había imaginado. La lucha ya no era solo por la supervivencia; ahora se trataba de algo más profundo, más oscuro, algo que había sido planeado desde las sombras.

"Entonces, ¿cómo los detenemos?" preguntó con voz grave, sin apartar la mirada de Irene.

"Encontrarás la respuesta en el corazón de la ciudad", dijo Irene, su mirada fija en un punto lejano, casi como si viera más allá de las ruinas. "Allí está el centro de todo. El laboratorio donde todo comenzó."

Logan asintió, pero su mente ya estaba maquinando. Sabía que tenían que ir allí, pero también sabía que llegar hasta ese lugar significaba enfrentarse a lo peor. A las criaturas mutadas. A los hombres que aún pensaban que podían controlar el destino de la humanidad. A aquellos que, sin remordimientos, habían iniciado el fin del mundo.

"Irene", dijo Logan, antes de que pudiera dar un paso más. Ella se detuvo y lo miró, algo de miedo en sus ojos. "¿Qué te hizo quedarte con ellos? ¿Por qué no huir? Podrías haberte salvado."

Ella bajó la cabeza. "Lo intenté, Logan. Lo intenté muchas veces. Pero siempre había algo que me detenía. El miedo, la culpa, la necesidad de sentir que todavía tenía control sobre algo. Pero al final, me di cuenta de que no tenía control de nada. Ni siquiera de mi propia vida."

"Y ahora lo que te queda es redimirte, ¿verdad?" Logan observó cada uno de sus movimientos, buscando algo que pudiera probar que no estaba mintiendo. Que no era solo una más de las muchas piezas en un juego macabro.

Irene asintió. "Solo puedo hacer lo que está en mis manos. Y si eso significa ayudarte a detener lo que hemos desatado, lo haré. No hay vuelta atrás. Pero... tenemos que darnos prisa."

Logan la miró durante un largo momento, observando cómo la determinación comenzaba a reemplazar la inseguridad en su rostro. Tal vez, al final, Irene no era tan diferente a él. Ambos estaban atrapados por el peso de sus decisiones. Pero eso no cambiaría el hecho de que él no podía confiar plenamente en ella, al menos no aún.

"Vamos", dijo con voz baja. "El tiempo se acaba."

Irene asintió y juntos, avanzaron hacia lo que sería el último acto de una guerra sin cuartel. La ciudad ya no podía ofrecerles refugio, y los ecos de los muertos resonaban en cada rincón. Pero en sus corazones, había algo más fuerte: la necesidad de venganza y justicia.

Y mientras caminaban, el futuro se tornaba más incierto que nunca.



#3099 en Otros
#596 en Acción
#354 en Aventura

En el texto hay: zombies, thriller, supervivencia

Editado: 02.04.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.