Los Días Más Largos

La distancia entre el rocío y la sangre

『2』

El humano suele caminar por ahí sin pensar que la tierra donde pisa, es producto de milenios y milenios de pequeños cambios ambientales, como millones de gotas de agua cayendo de la estalactita hasta erosionar la piedra y formar un agujero en el suelo, o una caverna, o un fiordo. 


Ya sean 15 millones de años, o 15 años, las gotas que caen y caen sobre la misma piedra, terminan erosoniando.

En el momento en que entró en la oficina de la subdirectora y se sentó frente a ella, los pensamientos fatalistas y caóticos empezaron a rebasar el cinismo que protegía la psique de Isla. La incertidumbre de no saber lo que quería de ella la subdirectora, le daban más miedo que las posibles consecuencias.

Encima del estrés por ese punzante dolor en el vientre que había vuelto y ahora más fuerte que antes.

-Supongo que sabes por qué estás aquí -Dijo la subdirectora. Isla denegó con la cabeza de forma nerviosa. La mujer la mira totalmente seria.

De pronto saca un libro de uno de los cajones de su escritorio.

-¿Este libro se te hace conocido? -Pregunta la mujer.

Los ojos de Isla se volvieron gigantes cuando ve su libro de matemáticas siendo sostenido por la mano de la señorita Smith.

-Yo creo que si debes conocerlo -Abre el libro -por qué en la primera página dice Isla A. Watson -Dijo Smith apuntando con su dedo el libro sobre la mesa.

-Es mi libro.. si -Dijo titubeante Isla con el semblante bajo.

-Entonces es bastante interesante que lo haya encontrado justo a lado de mi auto, luego de que alguien le haya roto un cristal con una piedra -El tono de la señorita Smith ahora era más alto, pero contenido.

Isla sintió lo que de inmediato supo eran cólicos.

-¿Estás bien? -Pregunta ahora más calmada la subdirectora al ver como Isla se retorció tocando su abdomen.

Respiró profundo y se forzó a sentarse recto otra vez.

-Yo no hice nada señorita, lo juro -Dijo apenas Isla entre dientes por el dolor.
-¿Entonces debo suponer que mi cristal se rompió solo y tu libro caminó hasta la escena del crimen? -Pregunta la subdirectora.

Isla no podía quitar sus manos de su abdomen bajo y sentía el vientre ligeramente inflamado.

-¡Yo lo que creo es que te molestaste por qué en la mañana regañé a tus amigos los punks y los obligué a vestirse como personas! -La señorita Smith se levanta y azota su manos contra el escritorio -entonces esperaste a que me distrajera para vengarte, ¿no? -La mujer apunta culpablemente a Isla.

-¡Eso es una mentira! -Ignorando un segundo el dolor, Isla también levantó la voz en su defensa -yo no haría eso jamás -Dijo ella, firme.

La subdirectora miró de arriba hacia a abajo a Isla.

-¿Enserio? ¿no serías capaz? -Pregunta la mujer, saliendo de su escritorio y yendo hacia Isla -¿crees que no me doy cuenta? ¿que no noto esos ojos arrogantes? ¿eres mejor que los demás verdad? eres tan especial y las demás personas unos idiotas -La señorita Smith estaba frente a ella, Isla estaba encogida en la silla, en parte por miedo, en parte por el dolor.

La docente toma de la barbilla a la chica que la miraba con los ojos vidriosos, la respiración agitada y el labio inferior tembloroso.

-Tal vez en tu pequeño mundo creas que eres un ser complejo, superior a los demás. Pero te diré algo -Le suelta la barbilla y ahora Isla pasa a mirar al suelo, incapaz de levantar la mirada con la misma enjundia que hace un momento -eres una pequeña mente más, encerrada en tu burbujita de egocentrismo; todas las chicas son putas menos tú, todos son unos falsos menos tú, tienes tanta podredumbre que casi apestas, y todo mundo puede verlo por qué eres un libro abierto, por eso no te tocan ni con un palo; en el fondo solo eres una chiquilla rica y mimada tan cobarde que te callas todo el odio que sientes, te estás envenando tu misma y culpas a los demás-.

La mujer mira por la ventana al estacionamiento con los brazos puestos detrás.

-Ese libro se lo presté a Alice -Una tenue y disminuída voz surgió de Isla. La mujer voltea y la mira con interés.

-¿Enserio? -
-Si, es imposible que fuera de otra forma, fui a clase cuando usted me lo ordenó -Dijo Isla con un hilo de voz -es más, ella siempre dibuja y hace garabatos en los libros cuando se los presto, puede buscar en el libro algún dibujo -Terminó de decir.

Smith lo pensó un momento y abrió el libro. Y apenas bastó pasar una páginas para ver la ilustración de Pitágoras, pero con trazos de marcador negro que dibujaban un enorme pene en la entrepierna de la imagen del matemático.

La docente vuelve a mirar a Isla, esta se encuentra cabizbaja, en silencio y sus ojos antes arrogantes ahora estaban escondidos.

-Bien, eso suena razonable -La subdirectora vuelve a sentarse -de hecho suena bastante creíble que haya sido esa revoltosa; se molestó cuando le ordené ir a clase -.

El dolor de Isla venía a la baja por suerte, su respiración se normalizó y había dejado de sudar.

La subdirectora la miró cuando levantó la mirada, esa mirada arrogante no estaba más, en su lugar había algo en sus ojos que solo podía definir como... hueco, vacío.

-Isla, espero que entiendas que todo esto es por tu bien -Smith intentaba lavarse las manos -es para que no te conviertas en alguien como Alice, de ella me encargaré después.

Isla la miró con los ojos temblorosos, una mirada desgastada, incolora, como si a una pintura le quitaras los colores, o a un perfume su aroma, o a una comida su sabor. Sin escencia.

-Puedes irte -Dijo la subdirectora sin expresión en un su voz.

Isla se levantó en silencio, dispuesta a irse.

Era imposible que supiera lo trascendental que sería ese preciso instante para el resto de su vida.

Algo tan minúsculo como la gota de agua que perfora la roca, o esta vez un segundo de dolor punzante y agudo en la zona baja del abdomen, como quién pincha la piel con un alfiler, o como un pellizco rápido pero doloroso fue suficiente. Lo siguiente que supo fue que sus manos estaban otra vez en su abdomen por un acto reflejo, y una caliente, semiviscosa y lenta gota empezaba a recorrer la parte interior de su muslo derecho hasta precipitarse en el suelo.



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En el texto hay: romance, drama, tragicomedia

Editado: 20.04.2024

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