Con la ayuda de Blob, los Guerreros viajaron para encontrar diferentes ciudades de zoomorfos. Blob Fisher hablaba con los habitantes de la misma forma que hizo con su propio grupo; el resultado fue casi igual. Algunos zoomorfos estaban reacios a entregar su ánima mientras otros estaban dispuestos a ayudar como fuera. De vez en cuando se encontraban con grupos criminales contra los que los Guerreros se veían obligados a luchar. Otros zoomorfos aceptaban dar su ánima solo a cambio de algo; por lo regular sus deseos consistían en favores u objetos materiales.
A pesar de que su descanso era escaso y su trabajo arduo, a los Guerreros les tomó muchísimo tiempo recorrer los diversos pueblos.
El escaque se caracterizaba por tener una gran cantidad de volcanes así que los temblores continuaban siendo constantes; uno en particular que fue realmente fuerte, llamó la atención de todos, ya que derribó a todos los habitantes e inclusive algunas chozas.
-¿Los Terrorianos planean hacer otra erupción? – preguntó Blob Fisher incrédulo.
-Sí, y temo que lo hagan del volcán más grande, – respondió Alexandria.
Estaban en una choza que los habitantes de ese pueblo les habían prestado.
-¡¿El volcán Tajo?! ¡Si ese volcán hace erupción aniquilará a ciudades enteras! ¿Cómo vamos a detener eso?
-No lo haremos, – Alexandria fue a un rincón en donde Blob Fisher había dejado sus mapas y extendió uno sobre el suelo en el centro de donde los Guerreros estaban sentados. – Dejaremos que el volcán haga erupción.
-¿De qué hablas? – preguntó Bynner sorprendido ante la sugerencia al igual que el resto. - ¡Explícate!
-Están pensando en crear una erupción pliniana, la peor de todas. No solo aniquilaría a los habitantes, los sepultaría completamente. Sin embargo, - añadió mostrando partes específicas del mapa mientras hablaba, – dos tercios del volcán están rodeados de agua; si sumergimos el volcán lo suficiente para que la presión del agua detenga las proyecciones, crearemos una erupción submarina, y el volcán dejará de ser una amenaza.
Cuando Alexandria terminó su explicación, los demás se quedaron en silencio sorprendidos y dubitativos.
-... ¿cómo… cómo vamos a hacer eso? – preguntó Jim rompiendo el silencio.
-Fácil, – dijo Crishcas, él y Julian eran los únicos que no parecían incrédulos al plan. – Necesitaremos la ayuda de muchos zoomorfos.
Blob Fisher suspiró y se tocó la cabeza como gesto de pesar y desesperación - ¿cuántos? – preguntó. No entendía cómo se ejecutaría el plan, pero sabía que con los Guerreros solo debía ayudar en lo que pudiera.
-Miles.
-Necesitaré una respuesta más específica ¿y qué quieren que hagan? ¿Deberemos reunirlos cerca del volcán? ¿No sería eso más peligroso?
-No estamos hablando de zoomorfos terrestres, Blob – observó Alexandria.
Blob la miró sin querer comprender. - No estarás hablando en serio.
-Necesitamos a los zoomorfos submarinos. Son los únicos que podrían lograr algo así.
Los Peones se mantenían silenciosos a la plática. Cai estaba irritado de no poder comprender el plan.
-Los abandoné hace mucho tiempo Alexandria, yo no…- Blob sacudía la cabeza.
-Los zoomorfos submarinos son los únicos que pueden hacerlo; deben crear una ola lo suficientemente grande para sumergir el volcán. Habrá estragos, pero no serán tan perjudiciales. Ya que tu pueblo fue devastado solo debemos evacuar los otros dos y a la prisión.
Blob continuaba con la misma expresión reacia. -Es una locura. No puedo hacerlo.
-Claro que puedes. Explícales lo que está sucediendo y querrán ayudar. La erupción submarina no afectará su ciudad. Mientras, los Guerreros iremos al volcán para hacer que libere presión y así ganar un poco de tiempo.
Cai asintió, ahora que lo comprendía quería pasar a la acción. Aunque necesitaran la ayuda de los zoomorfos submarinos para hundir el volcán, a él no le gustaba la idea de quedarse de brazos cruzados.
-¿Y qué sucederá después? – preguntó Blob. – Quedan decenas de volcanes más, solo debe escoger otro y nuestro esfuerzo será inútil.
-No. Hacer erupción al volcán Tajo les exigirá demasiada energía. Si tenemos éxito, entonces no podrán activar a ningún otro y podremos aprovechar su debilidad para expulsarlos del escaque.
Sin mirarse convencido, Blob finalmente asintió, los Guerreros estuvieron de acuerdo y la reunión se dio por terminada; de inmediato comenzaron a evacuar los pueblos cerca del volcán y la prisión.
Los Peones se sentían exhaustos después de tanto trabajo; se daban un respiro de vez en cuando que duraba tan solo cinco o diez minutos. En esas ocasiones, Cai se preguntaba cómo le estaría yendo a Kháli. Confiaba en ella, pero no podía evitar temer también. Deseaba tener una manera de comunicarse instantáneamente, solo lo suficiente para saber que estaba bien. Envidiaba a los Reyes por poder hacer eso. Le había preguntado a Diana si podía ver a sus compañeros, verificar si se encontraban bien. Acongojada, ella había respondido que no. Cai tan solo suspiró y continuó con la labor. No podían dejar de moverse. Cada segundo contaba.
Editado: 08.06.2024