Los Dieciséis Guerreros (libro 2)

Capítulo 11

Con la ayuda de Blob, los Guerreros viajaron para encontrar diferentes ciudades de zoomorfos. Blob Fisher hablaba con los habitantes de la misma forma que hizo con su propio grupo; el resultado fue casi igual. Algunos zoomorfos estaban reacios a entregar su ánima mientras otros estaban dispuestos a ayudar como fuera. De vez en cuando se encontraban con grupos criminales contra los que los Guerreros se veían obligados a  luchar. Otros zoomorfos aceptaban dar su ánima solo a cambio de algo; por lo regular sus deseos consistían en favores u objetos materiales.

A pesar de que su descanso era escaso y su trabajo arduo, a los Guerreros les tomó muchísimo tiempo recorrer los diversos pueblos.

El escaque se caracterizaba por tener una gran cantidad de volcanes así que los temblores continuaban siendo constantes; uno en particular que fue realmente fuerte, llamó la atención de todos, ya que derribó a todos los habitantes e inclusive algunas chozas.

-¿Los Terrorianos planean hacer otra erupción? – preguntó Blob Fisher incrédulo.

-Sí, y temo que lo hagan del volcán más grande, – respondió Alexandria. 

Estaban en una choza que los habitantes de ese pueblo les habían prestado.

-¡¿El volcán Tajo?! ¡Si ese volcán hace erupción aniquilará a ciudades enteras! ¿Cómo vamos a detener eso?

-No lo haremos, – Alexandria fue a un rincón en donde Blob Fisher había dejado sus mapas y extendió uno sobre el suelo en el centro de donde los Guerreros estaban sentados. – Dejaremos que el volcán haga erupción.

-¿De qué hablas? – preguntó Bynner sorprendido ante la sugerencia al igual que el resto. - ¡Explícate!

-Están pensando en crear una erupción pliniana, la peor de todas. No solo aniquilaría a los habitantes, los sepultaría completamente. Sin embargo, - añadió mostrando partes específicas del mapa mientras hablaba, – dos tercios del volcán están rodeados de agua; si sumergimos el volcán lo suficiente para que la presión del agua detenga las proyecciones, crearemos una erupción submarina, y el volcán dejará de ser una amenaza.

Cuando Alexandria terminó su explicación, los demás se quedaron en silencio sorprendidos y dubitativos.

-... ¿cómo… cómo vamos a hacer eso? – preguntó Jim rompiendo el silencio.

-Fácil, – dijo Crishcas, él y Julian eran los únicos que no parecían incrédulos al plan. – Necesitaremos la ayuda de muchos zoomorfos.

Blob Fisher suspiró y se tocó la cabeza como gesto de pesar y desesperación - ¿cuántos? – preguntó. No entendía cómo se ejecutaría el plan, pero sabía que con los Guerreros solo debía ayudar en lo que pudiera.

-Miles.

-Necesitaré una respuesta más específica ¿y qué quieren que hagan? ¿Deberemos reunirlos cerca del volcán? ¿No sería eso más peligroso?

-No estamos hablando de zoomorfos terrestres, Blob – observó Alexandria. 

Blob la miró sin querer comprender. - No estarás hablando en serio.

-Necesitamos a los zoomorfos submarinos. Son los únicos que podrían lograr algo así.

Los Peones se mantenían silenciosos a la plática. Cai estaba irritado de no poder comprender el plan.

-Los abandoné hace mucho tiempo Alexandria, yo no…-  Blob sacudía la cabeza.

-Los zoomorfos submarinos son los únicos que pueden hacerlo; deben crear una ola lo suficientemente grande para sumergir el volcán. Habrá estragos, pero no serán tan perjudiciales. Ya que tu pueblo fue devastado solo debemos evacuar los otros dos y a la prisión. 

Blob continuaba con la misma expresión reacia. -Es una locura. No puedo hacerlo.

-Claro que puedes. Explícales lo que está sucediendo y querrán ayudar. La erupción submarina no afectará su ciudad. Mientras, los Guerreros iremos al volcán para hacer que libere presión y así ganar un poco de tiempo.

Cai asintió, ahora que lo comprendía quería pasar a la acción. Aunque necesitaran la ayuda de los zoomorfos submarinos para hundir el volcán, a él no le gustaba la idea de quedarse de brazos cruzados.

-¿Y qué sucederá después? – preguntó Blob. – Quedan decenas de volcanes más, solo debe escoger otro y nuestro esfuerzo será inútil.

-No. Hacer erupción al volcán Tajo les exigirá demasiada energía. Si tenemos éxito, entonces no podrán activar a ningún otro y podremos aprovechar su debilidad para expulsarlos del escaque.

Sin mirarse convencido, Blob finalmente asintió, los Guerreros estuvieron de acuerdo y la reunión se dio por terminada; de inmediato comenzaron a evacuar los pueblos cerca del volcán y la prisión. 

Los Peones se sentían exhaustos después de tanto trabajo; se daban un respiro de vez en cuando que duraba tan solo cinco o diez minutos. En esas ocasiones, Cai se preguntaba cómo le estaría yendo a Kháli. Confiaba en ella, pero no podía evitar temer también. Deseaba tener una manera de comunicarse instantáneamente, solo lo suficiente para saber que estaba bien. Envidiaba a los Reyes por poder hacer eso. Le había preguntado a Diana si podía ver a sus compañeros, verificar si se encontraban bien. Acongojada, ella había respondido que no. Cai tan solo suspiró y continuó con la labor. No podían dejar de moverse. Cada segundo contaba.



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En el texto hay: peleas, romance, guerreras

Editado: 08.06.2024

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