Los Dieciséis Guerreros (libro 2)

Capítulo 25

El sueño fue muy interrumpido y nada reparador. Las voces a lo lejos comenzaron a descender en la madrugada. Kháli se despertó cuando el cielo negro comenzaba a tornarse azul. Silenciosamente los Guerreros se alistaron.

-Solo arrimen las bolsas y déjenlas, - les indicó Andi; -ya no las utilizaremos.

Comieron poco y rápidamente. Kháli temblaba; había frío y a pesar de que la ropa que tenía puesta le quedaba grande, era de tela delgada.

Luego de desayunar reanudaron su exploración. Andi los guió entre varias casas. Todas estaban sucias y la arquitectura no era muy llamativa, solo se asemejaban a grandes cajones de concreto con pequeñas ventanas.

Siguieron a Andi dentro de una casa abandonada a medio construir.

-Ahí es, - les señaló la casa de enfrente. – Ahí vive Ratas.

Era más grande de lo que esperaban. Un cajón de tres niveles con una ventana grande en el primer y segundo piso y una ventana pequeña en el tercero. 

-Bien, y ¿qué hacemos escondiéndonos? – preguntó Kháli a quien le urgía continuar. Estaban agachados intentando ocultarse ante la vista de cualquiera. Algo innecesario pues la calle estaba desierta.

-Es mejor examinar lo más que podamos sin que Ratas nos vea, - repuso Andi buscando algo en su mochila, - además no sabemos con cuántos más está trabajando, no queremos alertarlos.

Finalmente sacó una caja, extrajo el contenido de ella y se puso a armar las piezas rápidamente.

-¡¿Eso es una especie de dron?! – susurró Reff de lo más emocionado y ayudándole a armarlo.

-Sí, nos ayudará a ver el tercer nivel.

Kháli, que al ver el dron comenzó a echarle un vistazo al resto de las cosas que tenía Andi en la mochila, sacó un par de comunicadores inalámbricos. - Pensaste en todo,  ¿no?

-Sip, - contestó ella casi terminando, - hay otros dos más adentro. Así podremos comunicarnos si nos llegamos a separar.

-¿No pudiste conseguir celulares? – preguntó Kháli quien los hubiera preferido; sabía que en otros escaques no podía utilizar esa tecnología, pero el mercado blanco se presentaba como la oportunidad perfecta para tener uno, aunque fuera por tan solo unas cuantas horas.

-No; con los celulares habría que ver la pantalla para marcar el número o leer. Estos comunicadores son más prácticos. Además los celulares son demasiado frágiles.

Decepcionada, Kháli sacó los otros dos dispositivos de la mochila.

-Bien, - dijo Andi cuando terminaron con el dron. Tomó el control en sus manos e hizo que el dron se elevara por los aires y se acercara a la casa de Ratas. Por una pantalla podían ver lo que la cámara del dron estaba grabando. En esos momentos, la pantalla mostraba la ventana del tercer nivel.

Crishcas dio toquecitos al artefacto. -No topes con el cristal.

Ella lo apartó bruscamente de él. -Sé lo que hago.

El dron se detuvo justo afuera de la ventana, ésta tenía cortinas que no dejaba ver todo el interior, sin embargo se podía ver parte de la cama y el techo al extremo de la habitación.

-¿No pueden mover las cortinas? – preguntó Andi.

-¿Nos hablas a nosotros? – preguntó Kháli después de un momento.

-Sí, ¿no son ustedes los que usan magia?

-No es magia, es la Ayuda, - corrigió Reff, - y no funciona de esa manera. ¿No puedes inclinar el dron un poco?

-No se puede inclinar nada, moverlo horizontal o vertical es todo lo que puedo hacer.

-Pues parece que Ratas no está durmiendo, -observó Crishcas notando la cama vacía, - tal vez esté en el baño.

-No - dijo Andi, - la luz está apagada, - les señaló una ventana mucho más pequeña y sin vidrio.

-Acércate más.

Andi hizo lo que le indicaron; el dron se deslizó hacia la izquierda y la cámara apuntó a la diminuta ventana mostrando un baño vacío y una regadera sin cortinas.

-Ahora, baja, - Kháli también quería controlar el dron; Andi le apartó molesta el control, pero hizo bajar al dron a la ventana del segundo nivel.

-Sala, - comentó Reff al ver entre las cortinas un par de sillones.

-Y cocina, - dijo Andi cuando hizo descender al dron hasta el primer nivel; - no creo que esté en casa.

-Y tampoco parece que aquí sea en donde fabrica las sustancias, aparte de los muebles desgastados no veo nada.

Crishcas se sentó. -Vigilemos un rato.

Esperaron dos cuartos de hora. El dron rotaba entre ventanas sin que detectara algún movimiento, luz o ruido que les delatara alguna presencia en esa casa.

-Iré a investigar, - dijo Kháli cansada de esperar.

Andi la miró con una mirada inquisitiva. -¿Cómo piensas entrar? - La puerta es de hierro, no podrás abrirla sin crear un escándalo.

-No pienso entrar por la puerta, - repuso la Peón tocando la pantalla, - voy a entrar por la ventana del tercer nivel. Tendré que quebrarla, pero creo hacer menos ruido que si entrara por la puerta.



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En el texto hay: peleas, romance, guerreras

Editado: 08.06.2024

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