Los Dieciséis Guerreros (libro 2)

Capítulo 28

Kháli deseaba ver a todos sus amigos, pero primero quería darse un buen y largo baño. Los costados de sus caderas aún le dolían y a veces le parecía sentir los dedos del Alfil Negro sujetándola. Además, tenía restos del pantano por todo el cuerpo haciendo que le doliera despegar sus párpados. Reff se encaminó a la Fortaleza. Ella fue a su casa acompañada de Cai, quien mostró resistencia a dejarla entrar.

-¿Qué sucede? – preguntó ella.

-Eso quiero saber, te ves diferente…

Kháli rodó los ojos. –Estuvimos dentro de un pantano. Soy un asco, claro que me veo diferente.

-No me refiero a eso. Te ves como…”apagada”.

-Pasaron muchas cosas, - dijo ella suavizando su tono y desviando la mirada. – Luego te contaré, por ahora quiero descansar un poco.

Ella giró, Cai tomó su mano. - ¿Me dirías si algo sucediera, verdad?

Ella sonrió y lo miró confundida. - De verdad no sé de qué hablas, - dijo de la forma más amable que pudo.

Él la observó unos segundos más, al fin asintió y la dejó ir.

Extremadamente cansada, Kháli entró a su casa solo para encontrarla llena de humo.

-¡Oh por Dios! ¡Se quema mi casa!

-¡No se quema, no se quema! – exclamó una voz desde adentro, Kháli reconoció a su padre y entrecerrando sus ojos pudo distinguir su figura.

-¿Qué sucede? – preguntó ella.

-¿”Qué sucede”? – preguntó la voz de su madre, - ¡¿”Qué sucede”?! ¡”Rik”! ¡Eso es lo que sucede!

¡Rik! Con culpa, Kháli se dio cuenta de que se había olvidado por completo de él en los últimos días, ¡Rik estaba en su casa! Ariadna continuó quejándose:

-¡Los Mayalles solo comen comida negra! Así que ¿qué tenemos que hacer? ¡Tenemos que quemarla toda para que pruebe siquiera un bocado!

Kháli buscó a tientas una silla.

-Estuvimos muy preocupados por ti, - comunicó Jerome inclinándose sobre la mesa para mirar a su hija, tenía lágrimas en los ojos, Kháli no estaba segura si era porque la habían extrañado o por el humo. - ¿Estás bien? Te ves…

-Sí, estoy bien. Todos los que fuimos estamos bien, – fue su respuesta, no quería entrar en detalles. Además, al oír las voces de sus padres, hacía que todo lo sucedido pareciera irreal y era eso precisamente lo que más deseaba, olvidar los últimos días, dejarlos afuera y que no pudieran tocar esa paz cotidiana. Llegar extremadamente sucio y magullado era algo normal entre Guerreros, por lo que sus padres no hicieron mayores indagaciones.

-Me alegra escucharlo, oí que el Rey se había recuperado, incluso lo vi partir…

-Sí, regresó con nosotros. Todos a salvo.

Intentó sonreír y agradeció la presencia del humo por opacar su tétrico humor.

-¿Y dónde está Rik? – preguntó instantes después.

-Está en tu habitación, escondiéndose de Cai, - respondió su madre. - Debo decir que Cai me sorprende; ha venido todos los días desde que te fuiste para verificar que Rik no nos había hecho nada. Rik lo confronta mucho, pero cuando ve que el deseo que tiene Cai de ahorcarlo es verdadero, huye a esconderse. Ambos te extrañaron mucho. La presencia de Rik nos ha ayudado a distraernos un poco de la angustia que sentíamos por ti, ¿Por cierto, qué era lo que sucedía con los Sfinxers?

-Fueron intoxicados con una droga, - dijo cortante y rápido cambiando de tema. - Así que Rik no está comiendo comida normal ¿eh? ¿Por qué no simplemente le diste frijoles negros?

-¿Crees que no lo intenté? Incluso estaba tan fascinado con los humanos que estaba segura de que estaría emocionado de probar nuestra comida, pero ni siquiera soportó mirarla; dijo que no toleraba ver tantos colores en lo que iba a ingerir; le horrorizó la pizza, los mariscos y la carne ¡Casi se desmaya al ver una ensalada! 

Kháli rio ante esto.

Jerome intervino entonces. – Intentamos con frijoles negros para comer y café para su bebida, pero le disgustó el sabor del café y dijo que la consistencia de los frijoles le hacía cosquillas a su paladar y que eso no le agradaba. Tu madre, molesta y para fastidiarlo, le quemó la comida hasta carbonizarla. No contábamos con que a Rik le gustaría, desde entonces hemos tenido que hacerlo.

A Kháli le sorprendió descubrir que aún conservaba su capacidad para reír. Después de unos minutos más con sus padres les preguntó sobre sus amigos. Le pareció que le ocultaban algo; sin embargo no tenía la energía suficiente como para indagar más así que decidió subir a su habitación. Arrastraba los pies del cansancio, añoraba el agua limpia y su cama. La puerta estaba cerrada. Iba a entrar, pero se detuvo pensando que quizá Rik estuviera cambiándose de ropa o algo parecido así que tocó. No hubo respuesta. Veía luz adentro, Rik debía estar ahí. Abrió la puerta.

-¡Déjame en paz! ¡Monstruo! – escuchó decir y recibió un fuerte almohadazo en la cara. 

-¿Así se siente tener novio? – preguntó ella con sarcasmo luego de que la almohada cayera al suelo.

-¡Kháli! – exclamó Rik obligándola a entrar y dándole un abrazo. - ¡Pensé que eras Cai! ¡Estás de vuelta! – la besó largamente, a pesar de que no era la primera vez, Kháli se sonrojó, - ¿Cómo estás? ¿Aún tienes piel? – preguntó examinando sus brazos de cerca.



#2279 en Fantasía
#2902 en Otros
#255 en Aventura

En el texto hay: peleas, romance, guerreras

Editado: 08.06.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.