Los Dos Filos De La Navaja

Mentiras

No lo podía creer, mi novio besandose con... mi secretaria, esa rubia de ojos claros. Me quedé parada en la puerta por unos segundos, pero decidí salir de ahí antes de que pudieran verme. Así que corrí hacia la cafetería y por una extraña razón comencé a llorar ahí. De pronto escuché una voz que me hizo sentir un poco más tranquila.

-¿Estás bien?-preguntó ese chico rubio

-Sí-dije sin voltear a verlo-, estoy bien, sólo que, vi algo que... no importa, es una tontería mía.

-Algo que te hace llorar no creo que sea una tontería. ¿Quieres hablar?-Yo dije que sí únicamente con mi cabeza y él se sentó junto a mí- ¿Qué pasa?

-Mi novio me engaña-dije con tristeza y coraje en mi voz

-Lo siento

-Me siento fatal-dije al levantar la mirada-.Nunca pensé que lo hiciera.

Él únicamete me abrazó mientras yo lloraba. Después me tomó de las manos y me miró a los ojos

-Todo estará bien.-dijo con una enorme traquilidad-Si él no te supo valorar, alguien más lo hará. Tú vales muchísimo

-¿Cómo lo sabes?-dije un poco más tranquila- Apenas me conoces

- Sólo lo sé-dijo mientras me guiñaba un ojo

Yo sólo sonreí y en eso mi teléfono sonó, arruinando el momento. Era mi madre y después de un pequeño suspiro, respondí. Dijo que me estaba esperando, nunca iba, era muy extraño, pero en fin. Me despedí de ese chico tan tierno y salí.

Al llegar a mi oficina ahí estaba mi mamá.

-Mamá, ¿qué haces aquí?-pregunté sin mostrar ninguna emoción

-¿Cómo qué qué hago aquí? Vine por tí para ir a ver los vestidos de novia

Cierto... era hoy-estaba dispuesta a decirle a mi mamá lo que había sucedido-. Oye mamá...

-Buenas tardes señora Mier-dijo Israel, mi novio, irrumpiendo en mi oficina. Yo sólo puse mis ojos en blanco sin decir una palabra

-Hola Israel-saludó con gran entusiasmo-. ¿Cómo estás?

-Muy bien, gracias. Que milagro que viene- dijo junto a una sonrisa hipócrita

-Vine por Cat para ir a ver los vestidos de novia

-Oh! Entonces las llevo

-Claro, gracias. Eres el mejor chico para mi hija, que bueno que se van a casar.

-¿Nos vamos?-dijo Israel volteando a verme

-¡NO, NO ME VOY A CASAR CONTIGO, QUIERO QUE TE VAYAS PARA SIEMPRE DE MI VIDA!-pensé-Sí, vámonos o se nos hará tarde.-dije fingiendo alegría

Sí, definitivamente estoy loca

Al día siguiente, decidí pasar por mi café antes de llegar a la oficina.

-Hola-exclamé al ver a Alejandro-, buenos días Alex... ¿te puedo decir así?

-Buenos días señorita. Claro que sí. ¿Qué le ofrezco?

-Ash, háblame de tú

-Me encantaría, pero no me sé su nombre.

-Claro-dije colocando una mano en frente-, lo siento. Me llamo Catherin, pero puedes llamarme Cat

-De acuerdo Cat, ¿qué vas a querer?

-Un capuchino vainilla por favor

-Enseguida

-Gracias

-Bueno-comenzó a hablar mientras servía el café- y ¿qué pasó ayer? Supongo que terminaste con tu novio

-Ash, no pude.-dije con decepción en mi voz- Mi mamá está tan entusiasmada con la boda que...

-¿Boda?-dijo interrumpiéndome y entregándome el café

-Sí, me caso en un mes-dije sin entusiasmo-. Y la verdad no quiero decepcionar a mi madre, pero bueno.-suspiré- Me tengo que ir a trabajar. Gracias-dije mientras le pagaba-. Nos vemos.

Salí de la cafetería y crucé la calle para llegar a mi oficina. Una vez adentro subí por las escaleras, hasta llegar al segundo piso. Al llegar me encontré con Jimena afuera de mi oficina, como cada mañana. Maldita, quisiera despedirla, pero debo admitir que es muy buena secretaria. 

-Señorita-dijo Jimena en el momento en que me vio-, la señorita Luisa está en el teléfono




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.