Los días pasan. 3 Días después de salir los chicos están a punto de llegar.
Diana: Parece que llegaremos más pronto de lo que pensábamos.
Los 4 se paran y ven un cruce.
Sara: ¿Por donde vamos?
Diana: POR LA DERECHA.
Rin: Ritia está a la izquierda.
Diana: Por favor. Vamos a la derecha.
Sara: ¿Por qué quieres ir a la derecha?
Diana: Es quee...
Rin: ¿No querrás ir a esa tienda?
Sara: ¿Que tienda?
Rin: Superpeluches.
Diana se pone roja.
Rin: Lo suponia.
Sara: ¿Superpeluches?
Rin: Es una tienda en la que venden solo peluches enormes.
Sara: ¿Es que te gustan los peluches?
Diana: Nooo. Solo...
Rin: No está muy lejos.
Diana mira a Rin.
Rin: Podemos pasarnos un poco.
Diana: Sí, sí.
Diana sale corriendo.
Sara: Diana espéranos.
Rin: Ya te acostumbrarás a no intentar hacerla parar.
Los 4 llegan hasta un edificio enorme. Tiene una puerta grande y un par de ventanas muy grandes. Es blanco y sin tejado. Diana llega primero y se para delante.
Diana: Vamos vamos.
Rin: Diana si no te paras no vamos ya.
Sara: Rin pareces su padre.
Rin: ¿Y que quieres? Llevo cuidando de ellos desde hace mucho.
Diana: Venga vamos a entrar.
Los 4 llegan a la puerta y entran. Diana entra primero pero se para rápido.
Rin: ¿Que te pasa?
Los demás miran la tienda según entran.
Diana: Esta vacia.
Sara: La verdad es que me esperaba algo más lleno de niños y de peluches.
La tienda es una gran sala llena de estanterías largas y grandes vacías. Está iluminado por lámparas con forma de muñecos. Al fondo ven a un hombre sentado tras el mostrador. El hombre es un señor mayor con gafas oscuras y redondas, pelo hasta los hombros blanco.
Hombre: Buenos días. ¿Han venido a comprar algo?
Los 4 se acercan ha el.
Diana: Solo veníamos a ver la tienda pero…
Hombre: Está vacía ¿verdad?
Diana: Sí. ¿Por qué no hay peluches?
Hombre: Lo cierto es que desde hace tiempo mis peluches han estado desapareciendo.
Rin: ¿Cómo que desapareciendo?
Hombre: Pues exactamente eso. Todas las mañanas, yo rellenaba las estanterías de mi tienda pero, desde hace unas semanas, hay menos peluches al cerrar de los que debería.
Diana: ¿Pero cómo pueden desaparecer los peluches sin que los vea?
Rin: Creo que eso tendría que estar claro en cierto modo.
Diana: ¿Cómo que estar claro?
Hombre: El muchacho verde se refiere ha que soy ciego.
Sara: Pero si es ciego. ¿Por qué lo ha llamado muchacho verde?
Hombre: Pues porque mi magia es de luz y mi habilidad me permite ver la magia de las personas recorriendo su cuerpo. Cada persona tiene un tipo de magia y cada magia la veo de un color. También dependiendo de la pureza de esa magia y de la cantidad puedo ver ha las personas o al menos una silueta.
Rin: Así que por eso me llamó muchacho verde.
Diana: Pero sin desviarnos del tema. Estábamos hablando de la desaparición de los peluches.
Hombre: Sí queréis saber más del tema acercaros.
Los 4 se acercan.
Hombre: Todo empezó hace unas 2 semanas. Yo estaba aquí vendiendo mis peluches como siempre hasta que de pronto entró un hombre de color naranja . No se que hizo pero de pronto mis clientes salieron rápido de la tienda. El hombre se empezó a reír y entró despacio en la tienda. Yo le salude como a todos los clientes pero el se paró en el medio de la tienda y me dijo que venía a comprármela. Claramente me negué y el hombre pareció haberlo entendido. Desde ese día han estado desapareciendo peluches y el hombre ha estado viniendo a diario para hacerme la misma oferta.
Sara: Pues yo creo que esta claro quien coge los peluches.
Hombre: Yo también pensé que era él hasta que empezaron a desaparecer peluches ha los que él no tenía acceso desde el centro de la tienda. Además de que hay peluches muy grandes para que los cargue una persona.
Diana: Pero es demasiada casualidad que desaparezcan desde que empezó a venir el.
Hombre: La verdad es que sin pruebas no puedo hacer nada.
Rin: Pues si no tiene peluches creo que deberíamos irnos.
Diana: Pero Rin, tenemos que ayudarlo.
Rin: Por si no os acordáis tenemos que hacer una misión.
Sara: Escucha Rin. Vale que tengamos que hacer una misión pero no podemos dejar a éste hombre así.
Rin: Haced lo que queráis. Yo me voy al cruce ha esperaros.
Sara: Pues vete. Si no vas a ayudar no hace falta que estés.
Rin sale por la puerta.
Hombre: No hace falta que os enfadéis por mi culpa.
Sara: No es por su culpa.
Diana: A Rin no le gusta meterse en problemas y menos si son ajenos.
Sara: Olvidemos a ese cobarde.
Hombre: ¿Entonces me vais ha ayudar?
Diana: Sí. Vamos a descubrir cómo desaparecen los peluches.
Hombre: Muchas gracias. Por cierto no me he presentado. Mi nombre es Javier.
Editado: 25.09.2020