Los Elegidos: El brazalete de (1)

Secretos

En cuestión de segundos, Camila, Alejandro, Corazón de la Tierra y el chico misterioso pasaron de estar en el puente abandonado a estar en una calle desconocida que quedaba en la zona de clase media de Galea. Alejandro no podía entender lo que había pasado, ahora se hallaban frente a una pequeña casa de color salmón.

 ¿Qué diablos...? — exclamó mirando a los alrededores.

Camila también estaba un poco asombrada, sabía que con la magia casi todo era posible, pero no esperaba aquel viaje sobrenatural. Observó entonces a Corazón de la Tierra que sin decir nada se apresuró a tocar el timbre de la casa.

¿Dónde estamos, Camila?  interrumpió Alejandro—. ¿Cómo llegamos hasta aquí?

Es bastante complicado de explicar.

Entonces escucharon nuevamente el jadeo del Elegido nuevo que yacía en el suelo retorciéndose de dolor. Respiraba con dificultad y su cuerpo estaba cada vez más debilitado, como si fuera a desvanecerse en cualquier momento. Camila se agachó para ayudarlo y Alejandro hizo lo mismo. Segundos después, Corazón de la Tierra se acercó a ellos acompañado de un hombre de aproximadamente cuarenta años. Camila lo detalló tan rápido cómo pudo. Era rubio y de ojos castaños, poseía una barba más o menos crecida que le cubría todo su mentón. Ella sintió que tenía un gran parecido con Noah. ¿Acaso eran familia?

Ayúdenme a llevarlo hasta la casa les pidió el hombre a los muchachos. Entre los tres lo arrastraron como pudieron hasta dicho lugar.

La casa tenía dimensiones pequeñas, a simple vista parecía una madriguera. Contaba con una diminuta sala que solo poseía dos sofás, un estante lleno de libros y una mesa de estudio donde había algunas maquetas, papeles y un viejo microscopio. Desde allí se veía la cocina y una mesita con cuatro sillas que servía de comedor. Una escalera conducía a una habitación superior y otra puerta más grande separaba estos espacios de la recamara principal.

Por allí ordenó el hombre y los guio hasta dicha pieza. Con cuidado lo depositaron en la única cama que había. Corazón de la Tierra entró después, su rostro se veía preocupado.

El hombre sacó unas tijeras de una de las gavetas que tenía la cabecera de la cama y comenzó a cortar la ropa del joven. La piel del Elegido empezaba a ponerse cada vez más cianótica, como si sus venas contuvieran sangre azul en vez de roja. Sus párpados estaban hinchados y su cuerpo se retorcía por los espasmos involuntarios.

¿Puedes salvarlo, Emilio? — preguntó Corazón de la Tierra.

Va a necesitar el antídoto contra el veneno. Creo que tengo un poco en mi laboratorio, pero quizás no sea suficiente.

Haz todo lo que puedas. Es un Elegido respondió Corazón de la Tierra y se retiró de la habitación. Camila lo siguió.

¿No puedes hacer algo? le preguntó casi en un grito—. Él nos salvó la vida y sé que tu magia es muy poderosa.

Solo el antídoto podrá ayudarlo. Ese veneno es demasiado fuerte y tiene cantidades gigantes en su cuerpo. No puedo hacer mucho más.

Camila se quedó en silencio. Sentía una fuerte angustia, nunca había visto morir a alguien y no quería verlo jamás. Aquel muchacho no merecía un final tan doloroso. En ese momento escuchó los gritos de sufrimiento del joven y corrió a ver en qué podía ayudar. Emilio estaba haciendo un hechizo para aliviar su dolor, pero no parecía ser muy efectivo. Tenía sus manos sobre el pecho del muchacho mientras decía algunas palabras inentendibles en voz baja.

Iré a buscar el antídoto, mientras tanto preparen agua con alcohol y mojen su cuerpo. No podemos dejar que la fiebre suba demasiado.

Cuando Camila salió de la habitación para cumplir con el mandato de Emilio, se encontró con Noah que estaba bajando las escaleras, apresurado.

Cami, ¿qué haces aquí? — preguntó él con el ceño fruncido. Luego reparó en la presencia de Corazón de la Tierra y supo que había problemas.

Fueron atacados por un pulpo manipulado con magia negra. Un Elegido desconocido los ayudó, pero ahora está envenenado con la tinta del pulpo. Tu padre fue a buscar el antídoto a su laboratorio.

Corazón de la Tierra le dio toda la explicación al muchacho en un segundo. Noah asintió, consternado, pareció comprender la gravedad de la situación. Casi corriendo entró en la habitación de su padre para ver si podía ayudar en algo. Allí se encontró con Alejandro y quedó más sorprendido aún. Realmente sería una noche agitada.

Camila comenzó a pasar algunos paños mojados sobre la cabeza, los brazos y el torso del muchacho envenenado. Él continuaba temblando y murmurando cosas sin sentido, pero al menos no gritaba de dolor.

Su fiebre ha subido mucho reparó Noah tras examinar el termómetro—. Debemos seguir pasando el agua toda la noche.

Madre... —murmuró el joven y soltó un gemido de angustia.

Tranquilo, vas a estar bien le dijo Camila y le agarró la mano—. ¿Por qué tarda tanto tu padre? ¿Dónde queda ese laboratorio?

Está en el sótano de la casa, pero debe encontrar el antídoto adecuado para ese veneno. No es tan fácilrespondió Noah.

Se va a morirsentenció Camila a punto de llorar.

Tranquila, mi padre es el mejor en cuanto a medicinas, antídotos y cosas similares. Además, él fue un Elegido también. Confío en sus conocimientos. Noah le puso una mano en el hombro tratando de contenerla.

Sé que no es momento, pero podrían decirme qué está pasando. Hay muchas cosas que no estoy comprendiendo preguntó Alejandro. Se encontraba en un rincón de la habitación, atónito ante todo lo que había visto minutos antes.



#9578 en Fantasía
#19671 en Novela romántica

En el texto hay: reinos, romance, poderes magia

Editado: 10.03.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.