Los Elegidos: El brazalete de (1)

¿Siervo o Elegido?

Cuatro semanas antes

La escuela de música de la calle Velardes recibía a sus estudiantes a las 8 am para comenzar la primera lección del día. No era un establecimiento grande, solo contaba con seis aulas, un pequeño patio decorado con plantas y flores y un anfiteatro donde se realizaban algunas presentaciones especiales.

La clase de piano había empezado en tiempo, por lo que el salón estaba cerrado y tenía un llamativo letrero que decía: No molestar. Karla llegó cinco minutos tarde e ignoró por completo la norma de no ingresar a una clase después de la hora establecida. Empujó la puerta sin siquiera tocar. La profesora la miró con visible enojo, pero terminó haciéndole una seña para que se sentara. La muchacha se colocó en su lugar habitual: frente a un piano de color negro que se veía casi nuevo excepto por algunos rasguños sin importancia. Buscó las partituras correspondientes lo más rápido que pudo y comenzó a tocar junto al resto del grupo. Pronto estuvo inmiscuida en la música y olvidó por completo todas sus preocupaciones. Tocar era su pasatiempo favorito.

Había sido inscrita en aquella escuela desde que tenía seis años de edad. Sus padres siempre le recordaban que debía ser una joven virtuosa y con muchos talentos para mostrar, por eso no solo se encargaron de que tocara el piano, también la inscribieron en clases de canto, de pintura, de etiqueta, etc. Debido a esto, creció siendo una persona muy culta que dominaba tres idiomas, tocaba el piano casi a la perfección, sabía comportarse en público y además podía mantener una conversación sobre distintos temas como política o historia. Sin embargo, ninguna de aquellas obligaciones le atraía, solo tocar el piano se había convertido en su único escape del mundo.

Al acabarse la primera canción Karla volvió a la realidad. Reparó por un momento en las ventanas de cristal que le permitían observar la calle. La ciudad comenzaba a animarse. Los transeúntes iban de un lado a otro, apresurados. Algunos llevaban niños de la mano y otros paseaban a sus mascotas. Los autos parecían rugir ante el desespero de llegar temprano a sus respectivos lugares. La voz de la profesora la hizo reaccionar, iban a interpretar una canción, de un músico volcaniense muy reconocido, llamada La isla azul. La joven la sabía casi de memoria, pero aun así buscó la partitura correspondiente. Muy pronto la música volvió a sonar y animó aún más la agradable mañana. Karla cerró los ojos y se dejó llevar por la triste melodía. En ese momento comenzó a recordar algunos sucesos ocurridos en los días anteriores, los que no lograba sacar de su mente por más que lo intentaba. Había tenido un extraño evento que la hizo replantearse toda su existencia. Había discutido con sus padres porque planeaban enviarla a estudiar a otro país y perdió el control por primera vez. Se enojó tanto que terminó lanzando un adorno que estaba en la sala de su casa. Luego de esto, comenzó a sentir que su cuerpo temblaba y sin saber cómo unas chispas que parecían electricidad recorrieron sus manos y salieron disparadas sin control. Aquella corriente eléctrica casi alcanza a su madre, pero por suerte terminó impactando contra la pantalla de la televisión, dejándola inservible. Por consiguiente, todos los bombillos y equipos electrodomésticos de la casa explotaron. Karla sintió tanto miedo que salió huyendo y estuvo todo el día fuera de su casa, deseaba obtener respuestas que no podría encontrar. Cuando por fin regresó, sus padres estuvieron callados sin mencionar nuevamente el suceso, aunque se veían visiblemente incómodos. Días después, el incidente se repitió, pero esta vez con más fuerza. Karla supo entonces que no era una persona normal y que no podría controlar aquella habilidad sobrehumana sola.

—Necesito saber que me pasa. ¿Qué es lo que soy?

Sus padres la miraron afligidos, como si supieran la respuesta, pero quisieran olvidarla. Por fin, se miraron el uno al otro y asintieron. Tendrían que revelarle aquella dura verdad.

—Eres una elegida.

Karla sintió una explosión muy fuerte que la hizo despertar de sus pensamientos. En ese momento se dio cuenta de que estaba en su clase de piano y que su mente había viajado sin control. Al mirar a su alrededor se percató de que la lámpara de techo que minutos antes relucía sobre sus cabezas había explotado, causando la conmoción de todos los estudiantes. Su corazón se aceleró como la primera vez. Nuevamente estaba experimentando la fuerza de su inmenso poder.

...

Alejandro se escabulló de su cama justo cuando comenzaba a amanecer. No había podido dormir casi nada en toda la noche porque estaba demasiado preocupado por la salud de Camila. Bajó las escaleras, descalzo para no hacer ruido. Se dirigió hacia la habitación donde descansaba la joven y abrió la puerta con mucho cuidado. Al entrar, observó que Camila aún dormía. Su rostro estaba iluminado por algunos rayos de luz que comenzaban a colarse por la ventana. Se veía bastante mejor que el día anterior, aunque aún seguía inconsciente. Ya habían pasado dos días desde que los siervos la hirieron y aunque Emilio aseguraba que su estado era normal, Alejandro no salía de su preocupación. Deseaba volver a verla sonreír como antes.

Cami...murmuró y estrechó su mano entre las suyas, como si quisiera protegerla de cualquier peligro—. ¿Cuándo vas a despertar? Te necesitamos por aquí rio con tristeza. Hizo una pausa y volvió a detallar el rostro dormido de la joven—. Todos estamos deseando que despiertes...

Ale...

Una voz hizo que el muchacho se sobresaltara y apartara su mano de golpe. Camila había despertado.

¿Cami? ¿Estás bien?  se emocionó Alejandro.

Camila tenía los ojos bien abiertos y no tardó en reconocer a la persona que estaba a su lado. El corazón le dio un pequeño brinco dentro de su pecho, por lo que tuvo que respirar hondo para calmarse. Los recuerdos de todo lo sucedido ahora pasaban por su mente de un modo arrasador, pero sintió cierta tranquilidad al saber que no estaba sola, que Alejandro se hallaba allí cuidándola.



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En el texto hay: reinos, romance, poderes magia

Editado: 10.03.2024

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