Los elegidos: La ciudad de Vampiros

9

Durante todo el día Astaroth continuaba viendo a Albhadur, tenía curiosidad por aquel chico, saber su pasado, por saber quien era, no es que fuera chismoso pero... Bueno realmente lo era, y si sentía que debía saberlo no descansaría hasta lograrlo, aunque dedicarle miradas sospechosas al chico no era una buena forma de averiguarlo.

En cambio Albhadur estaba nervioso, esas miradas que le dedicaba el contrario hacían que un solo pensamiento surcara por su mente...

>>Lo vio... Estas perdido Albhadur <<

Sus manos estaban inquietas y no lograba concentrarse en nada, cualquier mundano que supiera acerca de él significaba peligro, significaba un estorbo en su camino, aquel que debía ser eliminado, pero el  no podía cometer el mismo error, el no podía volver hacer aquello. 
 

— ¡Le estoy hablado joven Albhadur!— Artículo de forma molesta el profesor, quien dió un golpe a la mesa llamando la atención de todos, sacando al joven de sus pensamientos. 
 


 

— Disculpe — habló bajo, casi inaudible. 
 


 

— Veo que aparte de ciego es sordo — río alto, aquel comentario hizo que los alumnos se rieran, a excepción de los nuevos, quienes miraban preocupantes a su compañero. 
El profesor Loou no era el mas amado del instituto, amaba molestar a sus alumnos, amaba acosarlos, hacerles sentir menos y eso ocasionaba cierto desagrado para los demás, pero ¿que se puede hacer en contra de alguien que esta mas que protegido por el instituto?...exacto, nada.
 


 

Albhadur se mantuvo callado, con la mirada gacha y unas enormes ganas de partirle la cara, pero eso era mas irracional para alguien como él. 
 


 

El día paso de forma inquietante, pareciese que el mundo estaba en contra de los cinco jóvenes, quienes aun no entendían ciertas cosas que les ocurrían. 
 


 

Amon se encontraba enfrente de su casillero, mirándose al espejo que tenía en la puerta de este como si tratara de encontrar algo malo en su mirada, como si el quisiera que algo hubiera, pero nada, solo era el en el solitario pasillo, frente a un espejo con la mirada perdida.  
 


 

— Ayudame~ — se escuchó un susurro recorrer por los pasillos, amon salió de su trance y miró hacia todos lados en busca de la persona que escuchó — Vienen por mi— nuevamente aquel susurro pero esta vez con mas claridad, el joven cerro el casillero de un portazo, sujetó su mochila para colgarla en su hombro, con cautela caminó al centro del pasillo y empezó a concentrar sus sentidos, si algo estaba ahí él lo encontraría. 
 


 

Una pequeña niña se planto justo a unos metros frente a él, tenía la cabeza gacha y las manos detrás de su espalda, Amon se extrañó por ello, cuestionándose en ese instante que es lo que hacia una niña en el pasillo sola. 
 


 

—Hola! — saludó esperando alguna reacción de la niña — ¿Donde están tus padres? — preguntó mirandola con detenimiento, empezó a caminar hacia ella para poder tenerla cercas, hablar con ella y poder ayudarla si es que tenia problemas. 
 


 

—Muertos — susurro, aun que para Amon eso sonó mas que claro, sus oídos captaron algo anormal en ella, continúo acercándose tratando de verle a la cara ya que continuaba con la cabeza gacha pero era como si la luz no alcanzara a llegar en su rostro, como si no hubiera nada. 
 


 

— ¿Que dices? — preguntó con diversión — Eres la niña con el sentido de humor mas raro que he visto — se detuvo a unos pasos frente a ella y la observo, su vestimenta no era algo que se viera todos los días, su cabello rojizo caía sobre su rostro no dejando ver mas allá de ellos — Vamos te ayudaré a buscar a tus padres — sujetó su mano y trató de tirar de ella para que le siguiera pero un fuerte dolor de cabeza le detuvo, cientos de imágenes aparecieron en su mente, lo único que había era sangre, personas muriendo, siendo quemadas, personas alabando a alguien parecido a una deidad, lo único que había era masacre, un resplandor azotó su cabeza y cinco símbolos aparecieron haciendo que Amon soltara por fin la mano de la niña, quien desapareció al instante, Amon cayó al suelo y su cabeza empezó a doler mas de lo que nunca antes había sentido, se levanto con rapidez y empezó a recorrer todo el pasillo en segundos en busca de la niña, pero ahí ya no había nada mas que él. 
 


 

— Este pueblo me va volver loco — se quejó, cerró su casillero, tomó su mochila y camino para ir a la clase que le correspondía. 
 


 

— Amon! — Gritó un joven detrás de él, quien corrió para alcanzarle, Amon solo sonrió y le miró con naturaleza — vamos juntos, si entro contigo el profesor Key no me dirá nada sobre lo horrible que esta mi proyecto — río leve. 
 


 

— ¿y que te hace creer eso? — cuestionó con aburrimiento. 
 


 

— por que, si entro contigo el profesor solo se idiotizara en ti y yo seré invisible... Dha! — dijo con obviedad recibiendo como respuesta que el contrario le pusiera el pie en frente haciéndole tropezar y terminar en el suelo. 
 




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