Los elegidos: La ciudad de Vampiros

19

Los cuatro presentes observaban a la joven de pies a cabeza y hacían pequeños gestos de desagrado al ver como seguía jugando con la pequeña cuchilla.

Una voz los distrajo siendo está vez el rector quien cruzó la puerta y los observó serio.

— Tomen asiento.

Todos tomaron asiento nuevamente en el sillón, y la chica de vestimenta blanca tomó asiento en la silla del rector, ganándose unas miradas nada discretas por parte de los jóvenes presentes.

— No le molesta ¿verdad?

— No, adelante.

El rector parecía ser muy cercano a la chica, aquella situación se había puesto extraña al notar que el rector le dedicaba miradas nada sutiles a la chica quien no hacía más que sonreírle.

— Otra de las razones por las que no pueden seguir en el instituto, es debido a que la señorita Izis ha levantado un reporte en contra de ustedes cuatro — habló el mayor al mismo en que tomaba una carta que se encontraba sobre el escritorio— Por favor lean la en voz alta — ordenó.

Extendió su mano hacia Atenea y la chica tomó la carta y la abrió. Los tres jóvenes se acercaron a ver qué clase de calamidades había inventado aquella mujer desconocida, sin embargo al ver la carta se quedaron perplejos. Se miraron entre si por unos pequeños momentos y después dirigieron su mirada hacia el hombre frente suyo; Su mirada estaba perdida en la nada y parecía no tener demasiado equilibrio ya que se balanceaba un poco.

Albhadur se dispuso hablar sin antes dedicarle una mirada a Izis ya que desde el momento en que llegó está no había dejado de mirarlo en específico a él.

— ¿Se encuentra bien?

El rector volvió la mirada hacia él y nuevamente adoptó un semblante serio.

— No escucho que estén leyendo la carta. ¿Aún después de sus acciones recientes se rehúsan a tomar la responsabilidad de sus actos pasados?

Albhadur sabía que algo no estaba bien, sabía que incluso para alguien como él la actitud del rector parecía ser la del loco.

— ¡Lean la carta ahora! — exigió.

Los chicos soltaron un pequeño brinco debido al cambio de actitud tan drástico del rector.

Nuevamente se miraron entre si y los cuatro se pusieron de pie.

— ¿Como se lee una carta que está en blanco? — Amon tomó la hoja en manos de Atenea y la mostró al rector.

— ¡Lean la carta de inmediato! — Volvió a exigir con aún mayor furia.

Los chicos estaban confundidos debido a la actitud del hombre, realmente no entendían por qué se comportaba de esa forma, aún más el por qué la chica sentada en el escritorio les miraba con diversión.

— ¿Que le hiciste?— preguntó Albhadur mirando de manera acusadora a la chica sentada.

Las risas de la joven comenzaron a invadir toda la habitación, reía con tanta fuerza que incluso los tímpanos de Amon estaban siendo atormentados. En cuanto paró de reír, se puso de pie y caminó hacia el rector, pasando sus manos sobre el hombro del hombre para después posar su rostro sobre el hombro derecho.

— Albhadur Meuric— Pronunció ese nombre con lentitud haciendo énfasis en cada una de las sílabas manteniendo una mirada divertida hacia el antes mencionado — Creí que serías más... — se detuvo por un momento a jugar con la oreja del rector quien aún se mantenía inmóvil — Más temible, después de todo aquellos que te recuerdan dicen que eres toda una bestia, todo un monstruo....

Albhadur presentía que algo no estaba bien con aquella chica en cuanto la vió entrar por aquella puerta, sin embargo algo que no esperaba era que esa misma chica conociera su pasado, conociera aquello por lo que se había esforzado tanto por ocultar. Por lo que se comenzó a preguntar quién era ella en realidad.

Astaroth mantuvo su mirada en Albhadur intentado descifrar algo en el rostro del chico, algo que le diera la respuesta a aquello que había dicho la chica y aquel mensaje que había visto tiempo atrás en el celular de Albhadur.

— No se que clase de cosas te hayas metido como para crearte esas ideas, pero creo que te hice una pregunta, la cual no has respondido ¿Que le hiciste al rector?

La voz de Albhadur se había tornado más fría y oscura que de costumbre, si bien el aspecto del chico creaba el típico estereotipo de chico tímido y débil tanto físico como mentalmente, a decir verdad el era todo lo contrario, aquel que lo hubiese conocido unos años antes habría dicho que Albhadur era la clase de persona con la que menos querrías tener problemas.

Ambos mantuvieron una pequeña batalla de miradas las cuales creaban una atmósfera más pesada, ninguno de los dos desviaba la mirada y se mantenían fríos el uno al otro, hasta que la voz de Amon se interpuso en su pequeña pelea por ver quién lograba dominar al otro.

— Ya es suficiente

Ambos desviaron su mirada para dirigirla hacia el castaño quien estaba mas que molesto y confundido.

— Vamos Amon si tú eres el que más disfruta de los juegos — habló de forma insinuante la chica — Ah cierto! Tu prefieres otro tipo de juegos ¿no es así? — la sonrisa de la chica hizo que Amon se enfadara más de lo que ya estaba, dió paso hacia delante con la determinación de golpear a la chica pero las manos de Atenea y Astaroth lo detuvieron, haciendo que reaccionará y tomara conciencia sobre lo que estuvo apunto de hacer.




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